Esta mañana producto
de una penosa enfermedad
HA MUERTO RIGOBERTO BOLÍVAR,
MAESTRO DE LA VARA EN VENEZUELA
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz / Foto: César Omaña-Venezuela Taurina
Sabíamos de su delicado estado de salud, pues a finales de
julio de este año había sufrido un ACV que le mantuvo varios días hospitalizado
en su tierra de adopción como fue el San Cristóbal. Pero su estado de salud
tenia escondido el “toro negro resabiado” de un cáncer de próstata que estaba
haciendo estragos paulatinamente.
Esta mañana, recién estrenado el alba, un mensaje de texto
de nuestro buen amigo William Mota nos informaba el doloroso desenlace de la
muerte de un hombre que ha creado escuela y llenado de orgullo la afición
taurina venezolana. Me refiere a Rigoberto Bolívar, quien en el lío del toro se
le conoció cariñosamente como “Pastoreño”.
Ha sido Bolívar una referencia a tomar en cuenta al momento
de hablar del tercio de varas en nuestro país. Discípulo de Luis Rivero
"Orinoco", así como de otros grandes piqueros que llegaron al país
traídos por las consecuencias desoladoras de la
II Guerra Mundial, así como la Guerra Civil Española,
Rigoberto se fue haciendo nombre y cartel bajo las exigencias de un hombre
fundamental en el fomento de la fiesta brava a mediados de siglo como lo fue
Cayateno Pastor y Gregorio Quijano.
Maracayero de pura cepa, las temporadas en las arenas de
Caracas, Maracay y Valencia fueron escuela para su posterior salto a la Madre Patria , donde ya
consolidado como un varilarguero de primera línea hizo campaña con los hermanos
Girón (César y Curro) por varios años. Madrid, Sevilla, Pamplona, Bilbao fueron
algunas de las plazas donde ovacionaron sus intervenciones.
Pero seria el trío conformado por Vicente Aray “Camachito”,
Mario González y su persona, quienes dieron lustre y grandeza a quienes portan
con respeto el castoreño. Fue así como crearon escuela, de la que se ha
consolidado personalidades como los Enrique Key (+), “El Quemao” Valencia, José
Benítez “Maraco”, los hermanos Guimerá, y mas recientemente Ney Zambrano,
William Hidalgo entre los que logro recordar.
Afincado desde hacia varios años en el poblado tachirense de
Rubio, no había dejado perder contacto con el lío del toro, y era frecuente
verle en aquellas plazas donde su dilatado paso vio su levantamiento y
consolidación, caso de Mérida, San Cristóbal, Valencia, Maracaibo, Tovar entre
muchas que pisó.
Esta madrugada su cuerpo ha dicho no más, viajando a la
perpetuidad un hombre que con su caballerosidad, dentro y fuera de las plazas,
hizo historia. Ese fue, Rigoberto Bolívar, picador de toros. Su sepelio será
este próximo domingo en horas de la tarde, en el cementerio Jardín
Metropolitano El Mirador, de la capital tachirense. D.E.P.
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