Bravo gaucho: Óleo de Alejandro Arnutti dela Porta
“Fue un entrevero brutal. Los toros, enceguecidos, cargaban por derecho, a pura aspa. Los terneros gambeteaban con la cola alzada. Los demás, medio perdidos, arremetían a la buena de Dios. El paisanaje se desgañitaba gritando. Los ponchos se levantaban en lo alto flameando. Sonaban los rebenques contra las caronas. Las atropelladas y los golpes llegaron a su máximo. No falto quien se hiciera rueda por el suelo, en una confusión de novillo, caballo y hombre”
“Don Segundo Sombra”, de Ricardo Guiraldes, 1926.
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