"...Yo no pido ni quiero que las corridas de Miura salgan buenas para el torero. Pero si que quiero que salgan fuertes y duras. Una corrida como la de ayer, es la desmitificación de la ganadería de Miura..."
SÓLO FACHADA
Domingo Delgado de la Cámara
La corrida de Miura era de una fachada imponente. Toros enormes y de una altura y una longitud espectácular. Pero sólo tuvieron eso, fachada. El peor defecto que puede tener una ganadería dura es la falta de fuerzas. Y salvo el primero, el resto no tuvo ningún poder. Es más, quinto y sexto estaban totalmente inválidos y debían haber sido devueltos. Dejando aparte el preocupante asunto de la invalidez, además dieron un juego malísimo. Por sosos y desrazados, no parecían miuras. El miura peligroso tiene su cartel y gusta al aficionado. Pero los miuras de ayer ni siquiera fueron eso. Fueron unos toros parados, rajados, sosos... Estaban como dormidos. Una corrida descastada cualquiera de una ganadería cualquiera. Estábamos muy contentos con el juego que había dado la corrida de Miura en Sevilla. Parecía que volvían los buenos tiempos. La corrida de ayer nos ha sumido en la preocupación. Yo no pido ni quiero que las corridas de Miura salgan buenas para el torero. Pero si que quiero que salgan fuertes y duras. Una corrida como la de ayer, es la desmitificación de la ganadería de Miura.
Y otra cosa, durante muchos años, la de Miura fue la ganadería fetiche de los sanfermines. Y siempre había un llenazo espectacular en la plaza. Ayer la plaza no llegó a llenarse del todo. Aviso a navegantes. Hace tiempo que la afición no se vuelca para ver la lidia de estos toros. Y lo digo con pena, porque Miura es la ganadería que más admiro y que más quiero, y sus fracasos los siento como propios. Esperemos que ayer se juntaran todos los inválidos de la camada y pronto volvamos a ver corridas como la de la Feria de Abril.
Rafaelillo torea a todos lo toros igual, sean buenos, malos o regulares. Siempre parece que está delante de un marrajo imposible. Todo es toreo a la defensiva sobre las piernas y trallazos hacia fuera. Hasta al toro mas bueno termina haciéndolo malo. Con el único Miura interesante, el primero, estuvo como acabo de describir. Y el toro era noble y toreable. Con el deslucido cuarto, más de lo mismo. Lo único bueno de Rafaelillo, la estocada al primero, que le permitió dar la vuelta al ruedo.
Javier Castaño no termina de entenderse con el toro tobillero de Victorino, pero, con el bueyón de media arrancada se entiende de maravilla. Lo sabe esperar y lo lleva templadamente a media altura. Estuvo bien delante de un lote blandorro y descastado. Lo malo de su actuación fue el manejo de la espada. Ahora mismo no lo ve por ninguna parte.
Jimenez Fortes vino a triunfar a toda costa. En su primero se fue a portagayola, viviendo un lance dramático, con volteretón incluido. No le asustó la leyenda de la ganadería y estuvo tan valiente como siempre. También estuvo algo pesado. Con un lote blando y descastado,los principios de faena fueron aceptables porque hubo muletazos largos y templados. Pero los finales de faena fueron embarullados y chapuceros, por seguir insistiendo donde ya no había ninguna embestida. Hay que tener sentido de la medida. A su primero lo mató muy bien de una gran estocada en los medios, y le cortó una oreja.
Como habitualmente se pica tan mal, es una gran noticia lo bien que se picó ayer. Juan José Esquivel en el primero, Fernando Sánchez en el quinto y Ángel Rivas en el sexto, supieron colocar la puya en su sitio y medir el castigo. Si nadie se dio cuenta, fue porque no hubo la demagogia de poner el toro a veinte metros. Y si no se hacen aspavientos, ni se vende la mercancía, el público no se entera. La cuadrilla de a pie de Castaño dio su espectáculo habitual, pero esto ya no es noticia. Adalid vivió un amargo trance siendo revolcado por el segundo, pero se levantó tan telendo y siguió asomándose al balcón.
Lo único malo de los sanfermines es que el catorce de Julio se terminan. Pero... ¡Ya queda menos! ¡Viva San Fermín 2014!
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