la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 25 de octubre de 2015

COLMENAR VIEJO: La casta de Ginés Bartolomé. / Por Juan Lamarca / Fotos de Andrew Moore.


Ginés Bartolomé a hombros de Uceda Leal, José Aguilera, Lázaro Carmona e Iván Vicente.


Redacción 'Del toro al infinito' / Fotografías de Andrew Moore
Madrid, 24 de Octubre de 2015.-
¿Y quien tiene duda? Este hombre, un caballero donde los haya, todo un señor empresario ejemplar creando empleo y riqueza desde la nada, con ímprobo esfuerzo y sacrificio desde su equipo familiar, dirige su alma, corazón y vida hacia el toro, echándole casta como los buenos toreros, en su apoyo y defensa, y también a su disfrute que le ha llevado a construir su placita de tientas en su propia casa, entre encinas y granitos a la vera de su pueblo, en el bajo monte de Colmenar Viejo -ay, Yiyo siempre en el recuerdo- a donde sus amigos acudieron a la llamada de Ginés para compartir el gran dia en que cumplía una de sus grandes ilusiones, la inauguración de su plaza con una tienta de lujo a eralas del buen ganadero de la tierra y mejor persona, Ángel Luis Peña, - ¡mejores no hay! tal como exclamaba de  los televisores Philips, en blanco y negro, aquella guapísima Carmen Sevilla- con las que se entendieron de maravilla los matadores Uceda Leal e Iván Vicente, los novilleros Luis David Adame y  José Aguilera, y los becerristas Carlos Enrique Carmona y Alejandro Adame, el más chico de la dinastía mexicana encabezada por el gran Joselito.

Y así, entre lances de recibo a las vacas, puestas en suerte al caballo, voces de cite y ruidos de estribo del picador, a los sones de los mejores pasodobles se sucedieron los cariñosos brindis a Ginés entre olores a leña ardiente humeante por el jugoso chorreo de los exquisitos ejemplares la deliciosa fauna porcina y vacuna de la tierra colmenareña.

Y al final salió a hombros quien tenía que salir, Ginés Bartolomé, que aunque hoy no se puso delante, sí que lo lleva haciendo desde que echó los dientes ante el difícil toro de la vida, con valor, torería y poderío, y al que le ha cortado los máximos trofeos. Allí se echaron p'alante los toreros y el apoderado Lázaro Carmona para llevarlo en una clamorosa y entrañable vuelta entre ovaciones y olés; qué sonrisa la de Ginés de oreja a oreja, irradiando felicidad y amor a lo suyo, a su gente, a su familia, a sus amigos y sin perder de vista la Bandera, la rojigualda naturalmente, que ondeaban al viento serrano y que presidió en el enhiesto mástil esta maravillosa jornada, tal como lo viene haciendo de siempre en el corazón de Ginés.



A GINÉS BARTOLOMÉ 

Por JUAN LAMARCA 
El aficionado a los toros es un ser de una especie única, su amor a la Fiesta sustentado en la camaradería y solidaridad le mantiene en constante apoyo y defensa de sus valores. Gracias al aficionado, la Tauromaquia pervive haciéndose depositario, como parte de pueblo español, de un patrimonio, no solo cultural e inmaterial, sino tangible a través del acto último y culminante del proceso taurómaco, es decir la corrida de toros en un recinto público. 

Todos presumimos de estar en posesión de la buena condición de aficionado, a veces con demasiado optimismo y adornado por la natural vanidad al hablar de toros; sin embargo, aflora el unánime reconocimiento, y como un atributo personal en la figura de Ginés Bartolmé de su calidad de aficionado por antonomasia, surgido de las entrañas de un pueblo como Colmenar Viejo donde la Fiesta es estimada como un bien ancestral heredado de sus antepasados, tierra de toros y cuna de toreros. 

Ahí está Ginés con su orgullo colmenareño ondeando el estandarte de dignidad y estirpe de españolía que le identifica con lo más puros sentimientos en defensa de lo que hoy se sitúa en el paronóico encierro del solar patrio para su acoso y derribo por las fuerzas sociales y políticas que han renegado de sus orígenes, de nuestra historia y de nuestros héroes. Ahí está el entrañable y admirable amigo Ginés para arrimarse como los buenos toreros al morlaco surgido de chiqueros con puertas de oscuros despachos para desnaturalizar la tauromaquia tirando derrotes contra la integridad y pureza en la crianza y lidia del toro bravo. 

Ginés como hombre cabal y de firmeza torera no da un paso atrás, a Ginés siempre se le recuerda echando la pata p'alante ante lo que se le ponga por delante......, con tesón y profesionalidad desde su empresa y hacia sus berroqueños paisanos, con naturalidad y fe en el ejercicio de su afición, y de sus virtuosos sentimientos y sólidos ideales que nos trasmite orgullo y confianza a los que tenemos el honor de gozar de su amistad. 

Cuando las dudas nos asaltan en este ruedo ibérico por las malas artes que nos empujan hacia las tablas, siempre tendremos el ejemplo de un hombre de España para asirnos a la esperanza. 

Gracias, amigo Ginés.


Iván Vicente, José Aguilera, Carlos Enrique Carmona, Luis david Adame, y José Ignacio Uceda Leal.

Brindis a la esposa de Ginés Bartolomé

































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