Javier Jiménez, por bernadinas al tercer toro
"...Con escuadra, cartabón y un duro rasero midieron a Jiménez, que se la jugó con valentía frente al tercero, con movilidad pero con su peligro guasón. El rubio torero de Espartinas apostó y se plantó a torear sin probaturas a derechas, con exposición..."
Muda sinceridad de Javier Jiménez en el cierre de temporada en Las Ventas
ABC, 12/10/2015.-
Honor y gloria a los que dieron su vida por España en el día de la Fiesta Nacional. Honor y gloria a los que han ofrecido su vida en el nombre del toro, símbolo español y universal le pese a quien le pese. En el nombre de una Puerta Grande rozada, se anunciaban dos triunfadores del verano venteño: Iván Vicente y Javier Jiménez. En un agosto sangriento en el mapa taurino, ambos sintieron las mieles de una oreja de ley en Madrid. Pero ayer todo pareció agriarse con una deslucida corrida de Martín Lorca...
Con escuadra, cartabón y un duro rasero midieron a Jiménez, que se la jugó con valentía frente al tercero, con movilidad pero con su peligro guasón. El rubio torero de Espartinas apostó y se plantó a torear sin probaturas a derechas, con exposición. Mudo parecía su valor, que apenas calaba en los sordos tendidos: alguno exigía limpieza sin atender a lo rebrincado de un animal que se negaba a ir metido en los vuelos. Mientras unos se ponían de parte del transmisor toro, a otros esa supuesta casta se antojó más de «Farol» –que así se llamaba– que buena y verdadera. Para sinceridad, la de Javier Jiménez en unas bernadinas de infarto. De angustia y «¡ay!», de cloroformo y enfermería... Lo cazó a la primera pero precisó del uso de verduguillo y ni le convidaron a unas palmas. Dureza para el joven sevillano, que mostró su disposición de nuevo con el sexto. No ganará ningún certamen de belleza este «Honrado» que cerró la temporada en la Monumental.
Iván Vicente roció con gotas de su fina clase su obra al primero, noble y con posibilidades. Se centró en la derecha para dibujar tandas de temple y clasicismo sobre las rayas del «8», con un pase de pecho de pitón a rabo, pero aquello no terminó de cuajar y cuando pasó a la zurda el ejemplar se acabó. Ahí quedó un hermoso cierre por bajo, pero el metisaca enfrió más los ánimos. Con el otro nada pudo hacer: una caída por aquí, un arreón por allá a la defensiva... Una porquería hablando mal y pronto que no mereció tantas voluntades.
Quien no quiso ni intentarlo con su lote fue Alejandro Amaya. Vaya imagen que dio: ni actitud ni aptitud. Como si allende los mares no hubiese espadas con ganas de ser alguien y abrirse un hueco acá. Con una bronca lo despidió Madrid, que bajón el telón con dos chavales pidiendo libertad para labrar su sueño en la Escuela Taurina.
FICHA
MONUMENTAL DE MADRID. Lunes, 12 de octubre de 2015. Corrida de la Hispanidad. Más de cinco mil personas. Toros de Martín Lorca y Escribano Martín, serios, con leña dentro de la desigualdad, deslucidos, noble el 1º y con movilidad el 3º.
IVÁN VICENTE, de grana y oro. Metisaca y estocada (saludos). En el cuarto, estocada trasera contraria (saludos).
ALEJANDRO AMAYA, de rosa y oro. Estocada desprendida y dos descabellos (pitos). En el quinto, pinchazo bajo, media tendida traserísima y tres descabellos (pitos).
JAVIER JIMÉNEZ, de verde manzana y oro. Estocada trasera y cinco descabellos. Aviso (silencio). En el sexto, media con travesía y descabello (silencio).
No hay comentarios:
Publicar un comentario