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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 4 de octubre de 2018

Restituir al hombre y a los animales el sitio respectivo que les corresponde / Por François Zumbiehl


El eje de acción de esta Plataforma Los hombres y los animales en su sitio  así como de sus diferentes componentes es nada más y nada menos que la defensa de la libertad  y diversidad de las culturas, amparándose en las convenciones de la UNESCO sobre la protección y promoción  de la diversidad de los patrimonios culturales inmateriales, y entre ellos del patrimonio taurino.


Restituir al hombre y a los animales el sitio respectivo que les corresponde

François Zumbiehl
El título de la Plataforma Los hombres y los animales en su sitio, que promueven la ATP y la ANPTE, lo marca claramente : no se trata solamente de reflexionar sobre el porvenir de la tauromaquia, que por su carácter espectacular y simbólico concentra en estos momentos los ataques más punzantes de los animalistas, sino de considerar que esta batalla, a veces encarnizada, de ideas y planteamientos se sitúa en un contexto mucho más amplio; el de la lucha entre el humanismo que nuestra civilización ha heredado desde hace tantos siglos del pensamiento judeocristiano y grecolatino, y el animalismo, nueva ideología globalizante que el área anglosajona ha puesto de moda con su poder planetario en el campo económico y mediático.  Se trata también de entender las circunstancias sociológicas que han facilitado la transmisión de esta ideología : la concentración de los habitantes en las urbes, la pérdida de contacto con las realidades del campo, con sus valores y tradiciones, la humanización de los animales – artística y metafórica al principio, y adoptada al pie de la letra al final, bajo la mirada de Walt Disney y sus seguidores,  que ha influenciado las tres o cuatro últimas generaciones, y, por fin, la exclusividad urbana de la relación con mascotas, olvidando relaciones diferentes con animales salvajes o domésticos en el entorno rural…

Es urgente indagar el trasfondo de tal ideología, los métodos por no decir las manipulaciones de sus militantes, y los riesgos que estos planteamientos representan para la evolución de nuestras sociedades. Obviamente, aprovechando la pasividad del consenso general, ha nacido una nueva religión con sus dogmas: el verdadero pecado original es el hombre explotador del animal. En esta relación milenaria entre los dos seres, se piensa ver claramente quién es el verdugo y quién la víctima. En clave neo o seudomarxista el animal es es el último proletario que debe ser a toda costa liberado de cualquier vínculo con los humanos, y nosotros en ningún caso debemos aprovecharnos de él, ni para nuestra subsistencia, ni para la curación de nuestras enfermedades.

Ya viene siendo la hora de que los muy diversos practicantes y profesionales de actividades relacionadas con animales – cazadores, pescadores, ganaderos, campesinos,  directores de circos etc –  manifiesten su testimonio sobre los diferentes modos de  amar y cuidar a las bestias,  de respetarlas, cumpliendo con las exigencias de la especie de cada una, incluso cuando terminan por ser sacrificadas por ley de consumo o tradición.  El verdadero respeto, en este caso, es el respeto de la animalidad de los animales, de su instinto peculiar, y no de su pretendida « humanidad ». Es hora también de que dichos practicantes y profesionales dispongan de un foro para hablar de sus inquietudes y hasta de su sufrimiento ante las críticas y muchas veces la calumnias que una sociedad urbana y sus medios de comunicación, intoxicados por el animalismo e ignorantes de estas prácticas, difunden sin mayor examen. Si no se remedia temen que se acaben este mundo tradicional del campo, ya bastante en peligro,  y sus culturas, con las pérdidas económicas y de empleos implicadas por dicha desaparición.

El eje de acción de esta Plataforma así como de sus diferentes componentes es nada más y nada menos que la defensa de la libertad  y diversidad de las culturas, amparándose en las convenciones de la UNESCO sobre la protección y promoción  de la diversidad de los patrimonios culturales inmateriales, y entre ellos del patrimonio taurino. También conviene referirse al Protocolo del 22 de febrero de 2010 añadido al Tratado europeo de Amsterdam, que recomienda « velar por el bienestar animal en el respeto de la legislación y de las costumbres de los Estados referentes a los ritos religiosos, a las tradiciones culturales y al patrimonio regional. Esta defensa de las libertades culturales, mientras no están en contradicción con los principios de la declaración universale de los derechos humanos, debería superar obviamente las oposiciones entre los partidos y los movimientos políticos, y ser objeto de un amplio consenso, tal como sucede en mi país, Francia. La filosofía de la Plataforma Los hombres y los animales en su sitio queda muy clara : reinvidica el humanismo que nos constituye como civilización desde unos tres mil años. Quiere impedir al amparo de las leyes que los derechos y las libertades culturales de los hombres estén supeditados a la censura, por no decir la dictadura, de cualquier ideología, incluso la ideología animalista.

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