¡Maestro Talavante, solo está vencido el que abandona!
Se fue la improvisación, la creatividad, la fantasía.
Rafael Comino Delgado
De forma inesperada, por sorpresa, el maestro Alejandro Talavante ha decidido retirarse por tiempo indefinido, con lo cual el Fiesta pierde a unos de los toreros más importantes de los que yo he visto, desde 1950 hasta hoy.
Hasta la retirada de Talavante había dos toreros en el escalafón- ahora solo queda uno- que para nosotros marcan diferencia, y sin embargo esta temporada han toreado menos de lo que merecían. Uno es el maestro Finito de Córdoba, que da categoría a cualquier cartel, por su torería, clasicismo, maestría y calidad inigualable (cada vez que actúa deja, como mínimo, algún muletazo, alguna serie, algún ramillete de verónicas, grabados en la retina y el corazón del buen aficionado, para siempre), y el otro el maestro Talavante, que es, además de muy buen toreo, la improvisación, la creatividad y la fantasía vestidas de luces.
Desde que apareció en los ruedos, Alejandro Talavante llamó la atención por su forma de interpretar el toreo. Revolucionó Madrid sin cortar orejas y ello tuvo gran repercusión en todo el orbe taurino. Luego hemos tenido ocasión de disfrutarle durante 15 temporadas. Es de los toreros por los que merece la pena hacer muchos kilómetros para verle.
Resucitó la "arrucina", que casi estaba olvidada, y además la hacía frecuentemente de rodillas, en medio metro cuadrado, lo que parecía casi imposible. Ponía el corazón en un puño cuando, inesperadamente, se cambiaba el toro por detrás, o pegaba algún muletazo que levantaba la plaza. Y sobre todo, le hemos visto muchas veces echarse la muleta a la izquierda, plantarse en los medios y pegar dos o tres tandas de enormes naturales, sin previas probaturas, sin haber pasado al toro ni una sola vez con la muleta.
Aquello que decía el maestro Domingo Ortega, de que primero había que poderle al toro y luego ponerse derecho y torear en redondo no ha existido para Talavante. Al verle, otros compañeros lo han hecho también, pero la izquierda de Talavante nos ha hecho soñar muchas veces.
Él sabrá los motivos que le han impulsado a tomar esta decisión, si bien pensamos que el "sistema" le ha ayudado mucho, pues durante esta temporada se ha visto fuera de muchas plazas en las que debería haber estado por méritos propios.
Han publicado, decían que, las verdaderas causas de la retirada de Talavante, culpando a un empresario de los grandes, y este ha hecho un comunicado negando cualquier intervención en el asunto. Todo ello no sirve, no soluciona nada, es pérdida de tiempo. Las cosas son como son, y el maestro Talavante lo sabe muy bien porque ha estado dentro del sistema. El torero resuelve con la espada y la muleta, en el ruedo. Nunca nadie, en la historia del Toreo, tuvo más en contra al sistema y a la prensa que Manuel Benítez "El Cordobés", y pasó por encima de todos ellos. ¿Saben cómo? Pues cogiendo la espada y la muleta, poniéndose en un sitio donde nadie era capaz de ponerse, toreando de verdad y aguantando allí lo que nadie aguantaba.
Alejandro Talavante hizo una fuerte apuesta en la Feria de otoño, pero las cosas no salieron- no por su culpa- como se esperaba, y tal vez esto haya influido en su decisión. ¡No sé! Pero este torero tiene sobrada capacidad para revertir la situación en que ahora se encuentra. Como no se revierte es abandonando la lucha, aunque cada uno es como es y libre de hacer lo que crea conveniente.
Seamos realistas, los empresarios contratan al que les da a ganar más dinero metiendo mucha gente en la plaza. Eso ha sido así siempre, y ahora más que nunca, porque en otros tiempos había algunos empresarios románticos que, a veces, pensaban más en la Fiesta que en su cartera, pero esos tiempos pasaron.
Esperamos que tras unos meses de reflexión, las aguas vuelvan a su cauce y pronto regrese a los ruedos, para seguir dando tardes de gloria, pues es aún muy joven y seguro que puede aportar mucho al Toreo.
Precisamente la tarde en que él anuncio su retirada también se fue otro, el maestro Padilla, que ha demostrado ser invencible y, que, como dijo con el micrófono en la mano, aquella misma tarde, "nunca nada está perdido", si se es capaz de plantar cara a las adversidades y seguir luchando.
¡Maestro Talavante, solo está vencido el que abandona!
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