En la feria de abril de 2023 cuando empezó su singladura One Toro, nuestro gozo era infinito; teníamos la posibilidad de ver “mil” ferias desde el sillón de nuestro hogar y, lo que es mejor, a un precio irrisorio. Claro que, aquello que parecía lo más hermoso del mundo no empezó bien; se llamaba Mundo Toro, lo que me hace sospechar que usurparon el nombre de una Web taurina porque, poco tiempo después cambiaron de nombre y, mala cosa es cuando una empresa cambia de nombre en tan poco tiempo, todo ello, salpicado de muchísimas desconexiones y errores de todo tipo que nos quitaban el humor.
Al final, aquello no dejaba de ser una plataforma que nada tenía que ver con un canal de televisión convencional porque se podían ver los festejos por el ordenador, la Tablet, el teléfono; todo, menos por el sitio adecuado que era la televisión que, para ello, tenías que conectar el portátil a la tele con un cable, algo que no siempre daba resultado. Nos hicimos a la idea que lo que nos dieron era lo que teníamos que utilizar, no cabía otra opción. Yo fui uno de los que criticó aquella cadena de errores y, al mismo tiempo, el que les apoyó cuando arremetían contra la piratería del medio que, según ellos, es la que les ha llevado a la quiebra, algo que no comparto. Piratas en el sector informático los hay en todos los órdenes y más pirateado que está el fútbol, Movistar no ha quebrado por ello. Me parece una excusa baladí pronunciada por un irresponsable que nada sabe de la dirección de una empresa.
El que dirigiera dicha empresa lo hizo todo bien si de filmaciones mentamos pero, la dirección económica y administrativa es lo que les ha llevado a la quiebra. Como sabemos, un alemán puso la “leña” en calidad de inversor y aquello nos parecía muy raro. ¿Un alemán invirtiendo en los toros? Aquello sonaba a cuerno quemado y así ha sucedido. Unos dicen que pagaban sueldos astronómicos, que los derechos de imagen que pagaban a las empresas y toreros eran imposibles de sostener y, al final, ya vimos, la empresa emitió un comunicado pidiendo perdón a los abonados mientras los mismos nos quedábamos con el culo al aire. Todo ello ocurrió cuando faltaban por emitir las ferias de Sevilla, Madrid y Valencia y creo que algún festejo más pero, si ese comunicado lo hubieran emitido a mitad de temporada hubiera ocurrido lo mismo y, la estafa hubiera sido todavía más grande. ¿Quién sería la lumbrera que dirigía dicha empresa? Seguro que, si se sabe el nombre, será reclamado por muchas grandes empresas para que las cierre, claro está.
Se dice en los mentideros taurinos que los propios profesionales del sector abusaron de dicho canal exigiendo honorarios que no les correspondían pero, si pedían y se los pagaban, allá ellos con sus errores. Está claro que un canal de tv o página Web, como queramos denominarle, no puede sostener los derechos de imagen de nadie porque, entre otras cosas, a partir de año que viene, sin televisión, todas las ferias rebajarán el número de festejos y, la hecatombe está a la vuelta de la esquina.
Somos sabedores de que la imagen y sus derechos, son para gentes al estilo Messi o Ronaldo, por citar dos tipos famosos que, vendiendo camisetas con su nombre se hace rico cualquier club porque, como es notorio, esa imagen da muchos beneficios al fútbol. No es el caso de los toros que, Talavante, por citar una figura del toreo, es muy conocido en el sector taurino pero, más allá de las plazas de toros no lo conoce ni Dios. ¿Qué imagen puede aportar este hombre si su nombre no genera beneficio alguno a las empresas? Como vemos, estamos ante un callejón sin salida o, lo que es peor, vamos directamente al precipicio porque, la fiesta, si se sostenía todavía un poco era gracias a la televisión, sin ella pasará de forma genérica lo que ocurrió en San Sebastián, tiraron abajo El Chofre, Donostia estuvo más de cinco lustros sin toros y, cuando el bueno de Manolo Chopera construyó Illumbe como prueba de gratitud hacia su pueblo, ya era tarde, apenas tres corridas cada año con la mitad del aforo cubierto.
Es lamentable todo lo que digo, hasta la grandilocuencia que esgrimían los comentaristas de One Toro, los que presumían que se les veía en noventa países y, desilusión la nuestra cuando se ha sabido que, en cada país tenían un abonado. Pese a todo, por aquello de creer que el mundo es muy grande yo creía que tendrían cientos de miles de abonados y, cuando descubrí que éramos apenas poco más de cincuenta mil, ahí me derrumbé y, sin ser economista comprendí la tragedia, la miseria, la quiebra de One Toro que, con dichos abonados no tenían bastante dinero para pagar a sus empleados.
¿Qué pasa ahora con todos los que hemos pagado la temporada completa y se nos han hurtado un montón de festejos? Si nos devuelven el dinero, pese a todo habrán perdido todo el crédito de cara a sus abonados y si no lo hacen todos pensaremos que hemos caído en las manos de unos golfos. Muy triste todo lo que hemos vivido pero, lo peor de todo es que sospecho que alguien engatusó al alemán para que pusiera el dinero en calidad de inversor pero, lo que ellos no sospechaban era que, cualquier inversor lo hace para ganar dinero porque, hasta los multimillonarios no les hace ninguna gracia perder un céntimo de euro. Alguien tiene sobre sus espaldas doce millones de pérdidas y, seguro que no está nada contento; es más, tratará de recuperar dicho dinero y en ese tránsito habrá muchos cadáveres.
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