Con Borja Jiménez estuvieron más respetuosos y condescendientes.
Uno y otro salieron a tope en sus toros, con largas a porta gayola y ajustados y muy artísticos lances, y asimismo en los correspondientes quites. Los seis toros pasaron el primer tercio con una buena ración de lances.
Y del encierro en conjunto de Victoriano del Río cabe decir que, sin comerse a nadie, tuvieron su "carbón", una exigencia que sin la presión que los dos diestros soportaban en esta comparecencia, seguramente hubieran resuelto mejor la tarde.
Poco caso le hicieron a Adrián en su primero, toro que apuntó cierta falta de fuerzas y soltaba la cara al final del muletazo, además del inconveniente del viento que obligaba a cerrarse con él más en tablas. El caso es que hubo muletazos buenos que "los fundamentalistas" no acabaron de apreciar. Su segundo, tercero de la tarde, se frenaba a mitad de unas embestidas que no decían nada. Toro "sin transmisión" según el nuevo lenguaje de algunos profesionales y comunicadores (como si los toros fueran una emisora de radio o de televisión). Hubo muletazos aislados de buen trazo, pero poco sentimiento.
Y volvió Adrián con todo y a por todas en el quinto, aunque nuevamente faltó la colaboración del astado, que apenas respondió en la querencia, de las rayas hacia dentro, y sin una embestida en condiciones, a veces incluso buscando al hombre. "Se va sin torear" fue el grito inoportuno que salió de la zona de los intransigentes, no obstante, esta vez ahogaron las protestas los aplausos del resto de la plaza.
Con Borja Jiménez se volcó más el público, concretamente el polémico sector de la plaza. Es verdad que el sevillano anduvo en muchas ocasiones muy resuelto e inspirado. A su primero, el toro con mejor respuesta de los seis, lo cuajó con el capote, mientras que con la muleta llegaría asimismo a cotas muy notables en el toreo a derechas. Temple y ligazón, ajuste y hondura, un toreo limpio, sin un sólo tropiezo. Ya por naturales bajó el diapasón. El pinchazo previo a la estocada le privó de cortar una más que segura oreja. Y por eso hizo bien en echar a andar la vuelta al ruedo sin hacerle caso a los protestones de siempre.
A ver si de una vez se pone en valor este reconocimiento cuando se pierden las orejas con la espada, algo de lo que también son culpables muchas figuras que renunciaron a pasear el anillo sin trofeos después de una buena faena, y todo por esos reproches que no cesan. Muy bien Jiménez, como el día antes hiciera Tomás Rufo, recuperando la importancia de la vuelta al ruedo. El cuarto no dió opciones, y la faena resultó demasiado larga. Con el último, parecidos comtratiempos. Jiménez lo intentó por ambos pitones. La respuesta del "victoriano" fue nula en todo momento.
Al menos esta vez coincidía con el final de corrida, para callaran del todo los gritones.
FICHA DEL FESTEJO.- Quinta función de la Feria de Otoño. Corrida en mano a mano. Lleno sin apreturas en tarde plomiza y algo ventosa.
Toros de Victoriano del Río, bien presentados y de juego desigual. En realidad el único de claras embestidas, el segundo; los otros cinco, con más o menos dificultades.
Fernando Adrián: estocada baja (división en contra, con más pitos que palmas); estocada ligeramente desprendida (leves pitos entre algunas palmas); y media atravesada y dos descabellos (fuerte ovación y algunas protestas).
Borja Jiménez: pinchazo y estocada caída (vuelta tras aviso); pinchazo en la suerte de recibir, media caída y tres descabellos (silencio tras aviso); y estocada trasera y caída (silencio tras aviso).
En cuadrillas, muy aplaudido en el sexto el picador Manuel Jesús Ruiz "Espartaco", aunque fue más la puesta en escena que la efectividad de las suertes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario