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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 24 de marzo de 2025

Cesar Rincón Recibe el Premio “Opera Taurina” del Club Taurino Italiano


Pudimos recordar con el Maestro faenas importantes de su carrera, como la de su primera Puerta Grande en Madrid “que fue para mí de las más importantes de mi vida”, la del toro Bastonito “un día donde entendí que ya era torero de Madrid”


Cesar Rincón Recibe el Premio “Opera Taurina” del Club Taurino Italiano 

César Rincón recibió el pasado domingo el premio “Opera Taurina” del Club Taurino Italiano en un emotivo homenaje en los salones de la Villa Real de Monza en el que asistieron numerosos aficionados de toda Italia. En la conversación con el Maestro moderada por el Presidente del Club, Paolo Mosole, y el Vicepresidente Gaetano Fortini, se puso en relieve su trayectoria profesional destacando su entrega, su valor, la profundidad de su toreo y su capacidad de superar cualquier tipo de dificultades. El Maestro recordó las etapas más importantes de su vida, desde sus duros inicios en Colombia, hasta llegar a los ansiados triunfos de Madrid y de todo el mundo taurino.

También se volvieron a rememorar las dificultades a las que tuvo que enfrentarse, tanto familiares, como de salud, por ejemplo la dramática cornada de Palmira donde gracias a las transfusiones de sangre se le pudo salvar la vida. 

“Ese día 2 de noviembre 1990 volví a renacer y estoy agradecido a todos aquellos colombianos por volverme a dar vida”.


Igualmente contó el drama que supuso descubrir que padecía de la Hepatitis C y su lucha para superarla. 

“Lo veía todo negro y me temía que no iba a poder volver a torear, pero con mi determinación y la ayuda sobre todo de mi familia pude superar esa enfermedad”. 

Pudimos recordar con el Maestro faenas importantes de su carrera, como la de su primera Puerta Grande en Madrid “que fue para mí de las más importantes de mi vida”, la del toro Bastonito “un día donde entendí que ya era torero de Madrid” y disfrutar de momentos muy emocionantes viendo su última gran faena en la Maestranza de Sevilla del 2007 que incluso conmovió al mismo torero que volvía a verla después de mucho tiempo. Al ser preguntado por un aficionado como considera el futuro de la Fiesta, el Maestro contestó: 

“Todos conocemos las dificultades que sufre el mundo del toro especialmente en Latino América, pero viendo el ejemplo de vuestro Club Taurino Italiano y de vuestra afición en un país no taurino, tenemos que ser optimistas y tenemos que seguir luchando. Gracias por vuestro ejemplo!”

 El Maestro recibió el galardón “Opera Taurina” en reconocimiento a su trayectoria, un Minotauro en bronce obra original del artista florentino Silvano Porcinai, un premio que se ha concedido desde 2014 a personalidades del mundo del toro como don Santiago Martin “El Viti”, Paco Ojeda, Victorino Martín, Francisco Ruiz Miguel, Juan José Padilla, José Maria Manzanares.

Un toque, dos toques, tres toques / por Ignacio Ruiz Quintano

Juanito

'..A ver si ahora el señorío va a ser taparse con un esparadrapo el número “15” para no ofender a quien tenga menos. Somos el país de la envidia igualitaria, y, dada nuestra alma envidiosa, habrá que apencar con la pena que en estas circunstancias supone convivir con el rey del mambo. Visto por Joselu: “Es que estos cabrones ganan una Champions y ni lo celebran”..'

Un toque, dos toques, tres toques

Ignacio Ruiz Quintano / Abc
Pasó el Madrid, como estaba escrito, y el circo mediático se quedó cantando un toque, dos toques, tres toques, la Champions es un toque que se me escapó, con la música de un globo, dos globos, tres globos, aquella fantasía televisual de María Luisa Seco y sus cuentos para la infancia, infinitamente más entretenidos que los cuentos para la merma de Carlos Martínez y su escuela de sirenas, con los “madridistas” Valdano y Morientes defendiendo la “mano natural” en el área de un tipo que manotea, cortándolo, un balón centrado, porque Mateu, que es como el padre Mundina del arbitraje, y ha visto su nicho de mercado en la revisión de los estudios anatómicos de Leonardo da Vinci, así lo predica.

Lo noticioso de la noche no fue el penalti de Julián, o “julipenal” (versión futbolera del “julipié”, que es, en los toros, el volapié guarrindongo de otro Julián, el Juli), sino el sentido de Simeone, que por algo es el entrenador mejor pagado del mundo, para el espectáculo de la derrota.

En Argentina esta cultura de la derrota viene, según Borges, de Almafuerte, poeta prodigioso que juega con la idea de la derrota como un fin. Para Borges, desde luego, esa idea era realmente nueva. Almafuerte, dice, aceptó su neurosis a conciencia de que nunca sería feliz y asumió la frustración como la meta única de todo su destino: “Cuanto más abatido sea un hombre, más alto”. Para encontrar algo parecido, Borges tira de Stevenson, que no sabía para qué fin había sido destinado el hombre, “pero ciertamente no lo es para el éxito”. Y tira también de T. E. Lawrence, que en “Los siete pilares de la sabiduría” pone en boca de uno de sus personajes estas palabras:

–La victoria es una limosna de Dios, y un hombre orgulloso no tiene por qué aceptarla. Lo único digno es luchar contra Dios, que es omnipotente.

Milton, añade Borges, piensa de la misma manera: desafiar a Dios es lo único digno, precisamente porque es omnipotente y, de antemano, sabemos que seremos derrotados por él. Desafiar a Dios… ¡o desafiar al Espíritu de Juanito! Fue la conclusión que sacaba uno viendo a Simeone dar, como un Batman otra vez abatido, su vuelta triunfal ante un público entregado a la magia de la derrota. Un amigo taurino solía decir que sólo él sabía de dos criaturas en el mundo que se crecen ante el castigo, los toros y los falangistas. Visto lo visto, habría que añadir a Simeone: “Nosotros hemos perdido, vale, pero ellos siempre van a recordar lo mal que se lo hemos hecho pasar”. Otra historia es la purria mediática: en el plató de Valdano estaban haciéndose cruces como beatonas con rosario de cuentas de lapislázuli porque Vinicius (y varios jugadores más, pero esos no interesan) se habían señalado ante la afición colchonera la pegatina de las Quince Champions. En Vinicius (que venía de hacerle al Rayo el gol de Charlot, el cómico que dijo: “La comedia es la vida vista de lejos. La tragedia es la vida vista de cerca” fue su respuesta a la mofa en orfeón de “balón de playa”. Toma, 15. ¡Qué falta de respeto! ¿A dónde vamos a llegar? Que es lo que otros tontos de época, la de Luis Miguel Dominguín (padre de Bosé, para los nuevos) dando la vuelta al ruedo (con devolución de prendas) de Las Ventas y el dedo índice en alto para proclamarse el Número Uno.

–En este mundo, modesto es el que no puede ser otra cosa –sentenció felizmente Gregorio Corrochano.

A ver si ahora el señorío va a ser taparse con un esparadrapo el número “15” para no ofender a quien tenga menos. Somos el país de la envidia igualitaria, y, dada nuestra alma envidiosa, habrá que apencar con la pena que en estas circunstancias supone convivir con el rey del mambo. Visto por Joselu: “Es que estos cabrones ganan una Champions y ni lo celebran”.

Dicho lo cual, el derbi europeo fue, como fútbol, un horror. Ancelotti, que va a ganar la Champions porque tiene la fortuna incluso de las lesiones, fue en el Wanda el payés que conocemos y que tiene en Modric (ídolo, ahora, de todo el antimadridismo) la superstición del detente. Mozos: “A Juanito pedimos, / por ser nuestro patrón, / nos guíe en el encierro / dándonos su bendición”.

[Sábado, 15 de Marzo]

LAS VENTAS.- DAMIÁN CASTAÑO: UN VALIENTE QUE TOREA MUY BIEN, PERO MATA MAL / por Por Juan Miguel Núñez Batlles


'..Así que por la asignatura pendiente de la suerte suprema Castaño seguirá siendo señalado como un gran valiente, pero sin más. Y no es eso, no. Un valiente que torea muy bien, con mucho arte. Lo plasmó hoy en Madrid..'


Las Ventas - Festejo inaugural de la Temporada
DAMIÁN CASTAÑO: UN VALIENTE QUE TOREA MUY BIEN, PERO MATA MAL

Juan Miguel Núñez Batlles
Madrid, 24 de Marzo de 2025
El salmantino Damián Castaño pasa por ser un torero valiente, muy valiente. Que lo es, sin andarse con remilgos. Pero habría que advertir a partir de hoy que además del arrojo que hay en su toreo, atesora unas formas y estilo que agrandan esa idea que se tiene de él, que le encasilla injustamente en el grupo de "la legión". Este Castaño es, más allá de ese arrojo y coraje espartano que le define, un torero con mucha clase y excelente poso artístico. Lo ha demostrado, hoy, en Las Ventas, con las mejores razones que definen la facultad de lo más bello y sublime.

Sucedió en su primer toro, segundo de la tarde. Tras un lucido recibo a la verónica y quite por muy ajustadas chicuelinas, el entusiasmo del tendido no sobrepasaba los límites de la normalidad, acostumbrado el personal a que el valiente esté siempre en esa línea. Y aún más, se preocupó Castaño de intentar lucir en el tercio de varas una bravura que no iba más allá de la simple conjetura. Es lo que se espera de los toreros valientes cuando se enfrentan a toros de este tipo de ganaderías consideradas duras o toristas, sobre todo en Madrid donde más de uno de esos aficionados fundamentalistas se hace pasar por entendido cuando no es más que un "enterao", dicho en castizo, como ellos suelen expresarse. Total, nada. 


Un espejismo de bravura. Porque ni este toro, ni mucho menos los cinco que completaron el envío ganadero, dieron la talla de lo que se esperaba de ellos. En todo caso, éste terminaría echándose para adelante ya en la muleta por la sólida actitud del torero, que enseguida se hizo dueño de la situación. Fue en dos tantas a derechas, presentándole el trapo con tenacidad, muy seguro; los pies atornillados a la arena, y a esperar, aguantar y tirar de la todavía desordenada embestida. Ahí se vió el toro vencido, y no le quedó otra que obedecer. Castaño se gustó y gustó en muletazos de trazo firme y muy sentido. Temple y suma limpieza. Fueron las primeras exquisiteces artísticas, que iban a tener continuidad, y superándose, en el toreo al natural. Ahí vino la despaciosidad y el dominio absoluto. Toreo al ralentí, y más mérito aún, buscando siempre la línea curva, ni más ni menos que estrechándose gradualmente el espacio entre el hombre y el astado, hasta desafiar la ley física que obliga al remate de la serie ya sin solución de continuidad. Todo muy ligado y limpio, muy puro. Un monumento al toreo al natural. La consagración de Damián Castaño como torero de arte, con desafío implícito de ¿hay quién dé más?

Y qué rabia, en el momento que estaban a punto de caer las dos orejas, un pinchazo seguido de un infame bajonazo. No se puede estar peor con la espada.

Así que por la asignatura pendiente de la suerte suprema Castaño seguirá siendo señalado como un gran valiente, pero sin más. Y no es eso, no. Un valiente que torea muy bien, con mucho arte. Lo plasmó hoy en Madrid.

El quinto ya, de muy aviesas intenciones, le obligó a ir a la guerra. A punto de llevárselo por delante en varias ocasiones, el hombre insistiría hasta que le alcanzó con un terrible gañafón. Cornada grave, y ahí se acabó la tarde.


Porque Adrián de Torres poco o nada pudo hacer con un lote imposible, y ello a pesar de los arrestos que puso y el buen concepto que apuntó. Los revisteros antiguos dirían que se justificó, y no lo escribirían para andarse con rodeos. Pues eso.


Y lo que no es de recibo, la actitud y falta de aptitud del primer espada, Rafael de Julia, que dio un mitin de campeonato. Sin aparente afición ni recursos para estar delante de los toros. Penosa imagen de quien ejerce como profesor en la Escuela de Tauromaquia de Madrid, y todavía está anunciado en esta plaza el próximo 2 de mayo. Debería pensárselo por respeto a la profesión.

Ya fuera de las consideraciones en torno a lo que hubo en el ruedo, hay que resaltar las ganas que había de toros en Madrid, como lo prueba la buena entrada en la plaza.

La empresa acertó con el cartel programado, aunque ni la ganadería ni el director de lidia cumplieron las expectativas.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Adolfo Martín, muy bien presentados; corrida pareja en hechuras, sin exageraciones de quilos, musculada y con remate, muy seria, de impecable trapío. En el juego, sin embargo, dejaron todo que desear por su absoluta mansedumbre. Sólo se salvó el segundo por la firmeza del torero que tuvo delante.

Rafael de Julia: pinchazo, casi media, tres pinchazos más y sablazo chalequero (pitos); y nueve pinchazos, media y seis descabellos (gran bronca).

Damián Castaño: pinchazo y bajonazo (gran ovación); y herido, fue llevado a la enfermería, quedando el toro para De Julia, que dio ocho pinchazos y seis descabellos (gran bronca, y ovación para testimoniar el buen hacer y pundonor de Castaño).

Adrián de Torres: estocada trasera y caída (silencio tras aviso); y cinco pinchazos, casi media y descabello (silencio tras aviso).

En cuadrillas, Rubén Sánchez puso un buen par al segundo; Juan Sierra se desmonteró tras banderillear al quinto; e hizo lo propio Iván García en el sexto.

La plaza tuvo casi tres cuartos de entrada en tarde fresca, pero, por fin, sin la lluvia que no ha dejado de caer en lo que va de mes.

Parte facultativo.- Damián Castaño fue operado bajo anestesia general en la enfermería de "cornada en el tercio superior de la cara posterior del muslo izquierdo con dos trayectorias: una hacia dentro de 15 centímetros que bordea la cara lateral del fémur y contusiona la arteria femoral; y otra hacia arriba de 10 centímetros contusionando el isquión. Pronóstico grave".

Firman el parte los doctores Máximo García Padrós y Máximo García Leirado.

Tras la intervención fue trasladado a la Clínica madrileña La Fraternidad, donde quedó ingresado.

Francisco Franco, campo historiográfico y democracia morbosa


A los cincuenta años de su muerte, y en plena conmemoración gubernamental, un repaso a la evolución de su consideración política y a lo publicado sobre su figura.

Francisco Franco, campo historiográfico
y democracia morbosa

Por Pedro Carlos González Cuevas
En su obra Tótem y tabú, Sigmund Freud describió el nacimiento de la sociedad mediante la descripción imaginaria de un proceso en el que una horda primitiva, bajo la égida de un tiránico viejo macho que disfrutaba de las mujeres y de los bienes materiales, imponiendo su despótica voluntad sobre los machos jóvenes. Pero un día los adolescentes se conjuran y asesinan al odiado patriarca, devorando su cuerpo en un banquete caníbal. Es el día de la liberación. Viene esto a colación, a causa la iniciativa del actual presidente del gobierno Pedro Sánchez Pérez-Castejón de considerar el año 2025 como año de Francisco Franco, a la hora de conmemorar el medio siglo de su muerte. La muerte de Franco ha de ser celebrada, en multitud de actos políticos y académicos, como génesis del actual régimen político español. No existe la menor duda de que este programa tiene un innegable sesgo psicoanalítico

Nuestra derecha más superficial, es decir, el Partido Popular, se ha apresurado, como de costumbre, a denunciar esa iniciativa del ejecutivo como una cortina de humo que intenta encubrir los casos de corrupción en que se hayan insertos algunos miembros del gobierno y de la propia familia del presidente del gobierno; y, de paso, hacer olvidar los problemas reales, es decir, materiales, del conjunto de la población. Naturalmente, discrepo de esa interpretación tópica. Como ya he adelantado, la iniciativa gubernamental tiene un claro fundamento psicoanalítico. Y, en ese sentido, posee toda una lógica. Como luego analizaré, lo criticable no es la iniciativa en sí, sino la forma de abordar el tema. Y es que, por lo menos a mi modo de ver, Francisco Franco ha sido la principal figura de nuestra historia contemporánea. Esto no pretende ser, en principio, un juicio de valor, sino la descripción de un hecho, que puede ser interpretado en sentido positivo o negativo.  

En el caso de los convocantes de esa campaña mediática, política e historiográfica, la figura de Franco ocupa claramente el rol del viejo patriarca explotador, del “Padre Malo”, al que aquellos jóvenes más o menos rebeldes fueron incapaces de asesinar o derrocar. Un año después de la muerte del dictador español, se estrenó la película de Jaime Chávarri, El desencanto, en la que se describía esa profunda frustración, personificada en la familia de uno de los poetas afines al régimen, aunque no a la figura de Franco, Leopoldo Panero, prototipo del patriarca opresivo y castrador, en un universo simbólico en el que, de una manera u otra, la presencia del dictador era ubicua y permanente. En realidad, el síndrome venía de lejos. A la altura de 1965, el poeta Jaime Gil de Biedma afirma, en una página de su diario: 

“No cabe decir, como dicen algunos frívolos, que Franco es simplemente un individuo grotesco que tiene buena suerte, porque eso no es más que la versión invertida de la imagen de Franco, hombre providencial difundida por la propaganda. ¿Puede, en efecto, imaginarse nada más providencial que veinticinco años de buena suerte? España y los españoles han cambiado, y aunque forzosamente hubieran cambiado también sin Franco, el hecho es que han cambiado con él. De la España que Franco deje han de partir quienes vengan, cuando él acabe, no de ninguna anterior”.

 Otro escritor, Juan Goytisolo, denunciaba, poco después de la muerte de Franco, la impotencia de su generación a la hora de vivir al margen de su imagen en los espacios sociales: 

“Sólo él no cambiaba. Dorian Grey en los sellos, diarios o enmarcados en los despachos oficiales en tanto que los niños se volvían jóvenes, los jóvenes alcanzaban la edad adulta , los adultos  perdían cabellos y dientes”.  

El historiador Santos Juliá Díaz se ha referido a Franco como “el gran padre”, en un sentido igualmente psicoanalítico. 

Y el ensayista Fernando Savater, en su Panfleto contra el Todo, profundizaría elocuentemente en el problema: 

“¿Les descubriré el gran secreto, el mysterium tremendum que configura el final de la democracia en España y determinará medularmente los acontecimientos del postfranquismo? Es un secreto a voces que nadie divulga, una alarmante novedad que nadie ignora y pocos comentan: Franco murió de viejo en la cama”.

Seguir leyendo en La Gaceta de la Iberosfera / Ideas
22 de marzo de 2025

Herido grave Damián Castaño en la inauguración de la temporada de Las Ventas / por Andrés Amorós

 Damián Castaño resultó herido por el segundo toro de su lote, de nombre 'Revoltoso'@LasVentas (Plaza 1)

'..Salgo de Las Ventas aterido pero contento: ¡ya ha empezado la temporada! La mejor noticia: la gran entrada. Está claro que, en Madrid, la gente tiene muchas ganas de toros, a pesar del ministro Urtasun; o, quizás, gracias a personajes como él tenemos todavía más ganas de disfrutar con el arte del toreo..'

Herido grave Damián Castaño en la inauguración de la temporada de Las Ventas

-Gran entrada en el coso madrileño y toros de Adolfo Martín de impresionante arboladura

Crónica deAndrés Amorós
El Debate/23.03.2025 
El diestro salmantino Damián Castaño sufre una cornada en su segundo toro; en el primero, pierde con la espada el seguro trofeo, después de una faena de mucho mérito.

En la inauguración de la temporada de Las Ventas, con una muy buena entrada, se lidian toros de Adolfo Martín, de impresionante arboladura, cárdenos, cinqueños, aplaudidos de salida pero de juego complicado, salvo el buen segundo. El jienense Adrián de Torres se muestra voluntarioso; Rafael de Julia tiene una mala tarde.

Impresionan las cabezas de estos toros de Adolfo: abiertos de pintones, veletos. Los revisteros clásicos habrían hablado de las pavorosas «velas»; de las «perchas», donde se podría colgar todo un vestuario; de la «leña», suficiente para encender varias chimeneas…

Recuerdo una copla popular del siglo XIX: «En nuestra plaza de toros / y desde el palco cuarenta, / admiró la cornamenta / de un Miura, Juan Amores / y su esposa (esto es notorio)/ le dijo con mucho mimo: / ‘Cuernos como éstos, mi primo / te ha puesto en el dormitorio’».

Después de las grandes lluvias, asoma el sol, para celebrar la primera corrida del año en Madrid. No llueve pero hace un frío que pela. Las Ventas es una nevera: veo abrigos, bufandas, capotes, gorros, algún encapuchado… Todo un surtido de prendas de invierno.

Hace un siglo, decían los revisteros que la inauguración de la temporada, en Madrid, era un acontecimiento nacional, que se vivía con más emoción que un cambio de ministros. ¡Y eso que no conocían a los actuales!

En su nueva etapa, vuelve a esta Plaza el madrileño Rafael de Julia, de Torrejón de Ardoz: tiene 45 años, ha estado retirado diez años, pero siguió vinculado a la Escuela de Tauromaquia Yiyo. Esta tarde, los dos toros de Adolfo Martín, violentos y complicados, le desbordan y tiene dificultades para matarlos. Prefiero no entrar en detalles. Me cuenta un amigo que quizá no estaba en las condiciones físicas necesarias, pero el público no lo sabe.

Rafael de Julia, ante el primer astado de la tarde, de impresionante cornamenta@LasVentas (Plaza 1)

El jienense Adrián de Torres ha dado muestras de valor sereno, en este ruedo. Esta tarde, muestra su disposición entrando a quites y brindando al público sus dos faenas. En el tercero, justo de fuerzas, miden el castigo. El toro acude pronto, es noble pero flaquea. Muestra su buen concepto clásico en estimables naturales pero el toro se queda corto, se apaga. La espada queda baja.

Recibe con lances aseados al último, caída ya la noche de invierno. El toro acude al caballo haciendo regates. Se luce Iván García, como siempre, con dos grandes pares. En los primeros muletazos, el toro se cae: desilusión general; luego, embiste dormido, a media altura. Cruzándose al pitón contrario, Adrián le saca algunos naturales pero el toro se apaga y mata mal.

Adrián de Torres, con el primero de su lote, de nombre 'Volador'

Ya conoce lo que es el triunfo en esta exigente plaza el leonés Damián Castaño, hermano del también matador Javier. La pasada temporada, dio un fuerte toque de atención, al triunfar en Bilbao con los toros de Dolores Aguirre. Su secreto es muy fácil de explicar –no de hacer–: a los toros encastados, duros, torearlos con desmayo, como si fueran bondadosos. No siempre se consigue.

El segundo toro sale suelto; lo lidia bien con el capote hasta el centro del ruedo. La res cumple en varas. Damián le planta cara, le baja mucho la mano, conduce las nobles embestidas en muletazos largos, mandones, que levantan un clamor. Remata con naturales a pies juntos. Una faena medida, con tres tandas por cada uno de los lados. Se ha ganado limpiamente el trofeo pero todo lo estropea con la espada. Entra a matar con una extraña técnica: se coloca muy de frente pero luego, cuartea, en vez de cruzar. Así, parece imposible matar bien. Desilusión general. Los revisteros decían, en casos como éste: «¡Para matarlo a él!».

Damián Castaño, con el segundo de la tarde, el mejor de toda la corrida@LasVentas (Plaza 1)

El quinto aprieta de salida, se duerme en el caballo, recibe tres varas pero es incierto. Se la juega Juan Sierra, con los palos. En la muleta, el toro saca evidentes dificultades. Con la montera puesta (como hace su hermano Javier y hacía Luis Francisco Esplá), Damián acepta el envite: la pelea es emocionante, porque el diestro esquiva arreones y aguanta parones. Se ve venir la cornada, que llega en cuanto se echa la muleta a la mano izquierda.

Según el parte facultativo, sufre una herida «en el tercio superior, cara posterior del muslo izquierdo, con dos trayectorias: una, hacia, dentro, de 15 centímetros, que bordea la cara lateral del fémur y contusiona la arteria femoral; otra, hacia arriba, de 10 centímetros, que contusiona el isquion. Pronóstico grave».

Deja Damián Castaño una excelente impresión: conoce muy bien el oficio necesario para enfrentarse a corridas duras. Pero ha de aprender otra técnica más ortodoxa y más eficaz para matar: sin eso, los triunfos se diluyen.

Salgo de Las Ventas aterido pero contento: ¡ya ha empezado la temporada! La mejor noticia: la gran entrada. Está claro que, en Madrid, la gente tiene muchas ganas de toros, a pesar del ministro Urtasun; o, quizás, gracias a personajes como él tenemos todavía más ganas de disfrutar con el arte del toreo.

FICHA
MADRID. DOMINGO 23 DE MARZO. INAUGURACIÓN DE TEMPORADA. Muy buena entrada: unos tres cuartos de plaza (13.381 espectadores).

Toros de Adolfo Martín: todos cárdenos, cinqueños, de impresionante arboladura pero, en general, de escaso juego, salvo el buen segundo.

RAFAEL DE JULIA, de nazareno y oro, cinco pinchazos y estocada baja (pitos). En el cuarto, ocho pinchazos, media caída y seis descabellos (bronca). Por la cogida de Damián Castaño, mata también el cuarto de varios pinchazos.

DAMIÁN CASTAÑO, de azul marino y oro, pinchazo y estocada baja (saludos). Herido en el quinto.

ADRIÁN DE TORRES, de aguamarina y oro, estocada baja (aviso, silencio). En el sexto, varios pinchazos (silencio).

domingo, 23 de marzo de 2025

El prior rebelde / por HUGHES


'..En la España actual se prolonga una aniquilación ideológica, minuciosa y sistemática que viene de antiguo. Todos sabemos lo que está amenazado, todos sabemos a qué tipo de comportamientos se le agotan los trienios..'

El prior rebelde

HUGHES
Lo contó el abogado Luis Felipe Utrera-Molina, que estuvo allí: «Bolaños le acusó en mi presencia (al padre Santiago Cantera) de rebeldía por haber rescatado el Santísimo cuando precintaron la Basílica. Yo dije que algún día sabrá lo que es el Santísimo».

Una escena de la patocracia, porque lo de la partitocracia se queda corto. Es partitocracia de psicópatas. La degeneración servil convertida además en discurso público. Así respondió Bolaños al relevo del prior: «Es muy buena noticia que un prior que no comulgaba con los valores democráticos salga del Valle en plena resignificación y conmemoración del fallecimiento de Franco».

Los «valores democráticos» de Bolaños (los de la UE) también se comulgan. Los últimos años del régimen, los de la flexión sanchista, podrían entenderse en dos lugares: la sauna del suegro, donde se hundía el Estado Cuan Profundo y la Basílica del Valle, donde el Régimen estatalizó el cadáver no-democrático de Franco para prolongar, in aeternum, una sacralización antifascista.

La sustitución del prior no puede sorprender a nadie que escuche la radio de la Conferencia Episcopal española. Hace unos años, participé fugazmente en ella. Allí se discutía si Vox era aceptable por la democracia española. No lo decía ningún izquierdista caribeño. Lo sostenía ante mis ojos un periodista de El Mundo.

Y esto es importante recordarlo esta semana en la que ha pasado alguna cosa más.

En TVE se acusó abiertamente a Abascal de delito de odio y se recordó, con tono amenazante, que lo único que le protege del banquillo es su condición de aforado.

Y apareció un nuevo artículo «liberal» contra el quintacolumnismo en España. Nuevo señalamiento del que estando en guerra colabora con el enemigo. «Zapa traicionera», en palabras del filósofo Savater, su autor. Es un tic ya habitual del autodenominado liberalismo español. Savater, cuya idea de la libertad nos quedó clara en la pandemia, estuvo 47 años escribiendo en El País hasta que descubrió que seguían una línea afín al PSOE (Javier Bilbao), entonces culminó la proeza intelectual desembocando en Ayuso, que lo premió, por cierto, con un Dos de Mayo.

Abascal dijo algo estos días: «A Ayuso le han encargado la destrucción de Vox». La presidenta del Madrid DF, con más agenda que Von der Leyen, regresaba de London. Hasta que nos traigamos la City, será Mahoma quien tenga que ir a la Meca. Allí explicó a los ingleses el «liberalismo a la española», que consiste en no mentir. Liberalismo es, por tanto, lo que se dice en Londres pero no lo que se financia en radios y periódicos en Madrid.

Los excesos de Savater («recua», «semitotalitarios») iban acompañados del habitual resumen peliculero del siglo XX: EE.UU salvó a Europa de los «autócratas belicistas». Hernández Mancha confesó que el PP se llama PP por el PPEuropeo, y habría que empezar a tener claro que también europeizaron la historia. Como la española no les valía, los neoliberales españoles subcontrataron su explicación del siglo XX a la propaganda del mundo anglosajón. Porque a España… ¿quién la salvó y de qué riesgos? Pase que a la hora de explicar la Segunda Guerra Mundial se olviden de la Unión Soviética, no nos afecta mucho, pero lo que hace la derecha instalada y señaladora es conectarse con esa visión del siglo XX, ese buenos-malos, olvidando la realidad española. Enchufan el 78 al orden del 1945, empalman el abrazo de la Transición (from the law to the law) con la legitimidad churchilliana y el orden de posguerra del mundo liberal, pero su legitimidad (el primer «ley» del de la ley a la ley) no está ahí sino en la guerra ganada al frente popular soviético que contaba además con la carnicera ayuda de progresistas internacionales.

Sobre la República, la Guerra Civil o el exterminio de católicos se extiende un manto de silencio, un olvido. Un literal no es nuestra guerra y se sustituye la historia española por la propaganda churchilliana.

Pero esta derecha no viene de Normandía. Viene de donde viene. Y a España no la salvó Churchill

Lo que nos lleva al prior Cantera, y su martirio blanco. Quien sirve a Cristo bastante es que sirva a España. A la verdad de España. Es admirable que lo haga pudiendo simplemente ‘moderarse’. Abandonarse a Cristo, ese absoluto estar en otra liga, debe de ser estar a otra cosa estando a todo.

En la España actual se prolonga una aniquilación ideológica, minuciosa y sistemática que viene de antiguo. Todos sabemos lo que está amenazado, todos sabemos a qué tipo de comportamientos se le agotan los trienios.

¿Cómo acabar, porque urge ya, un artículo que empezó con Bolaños interviniendo el Santísimo?

Isabel García, una científica que vive en Alemania y ha de volver a su Bilbao para cuidar de la madre, contó en el bendito X de Musk la siguiente escena:

«Al salir del ambulatorio con mi madre, había dos hombres y un perro. Le estaban enseñando a obedecer en euskera. Uno de ellos le repetía:

-Erderaz, puaaaaagh, erderaz, puaaaaaagh.

Que quiere decir: «¡en español, que asco. En español, qué asco!».

Al perro se lo decía. Y el otro hombre se reía».

México.- Un atropello a la Cultura y la Libertad / por Antonio Martínez Iniesta.


 '..La Fiesta Brava no necesita salvadores ni reformistas que la mutilen, sino respeto y reconocimiento como lo que es: un patrimonio vivo, con raíces profundas y una dignidad que no puede ser arrebatada por decreto..'

Un atropello a la Cultura y la Libertad

Antonio Martínez Iniesta
La reciente prohibición de las corridas de toros con sangre en Ciudad de México es un nuevo golpe contra la Tauromaquia, un atropello que trasciende el ruedo y afecta a la cultura, la economía y la libertad de un pueblo.

La medida, presentada como un avance en términos de “protección animal”, es en realidad un acto de censura impulsado por el fanatismo ideológico, que ignora siglos de historia y el profundo arraigo social de la Fiesta Brava.

La Tauromaquia no es un espectáculo más. Es una manifestación artística y cultural con hondas raíces en México y en el mundo hispano. Prohibirla o desvirtuarla con regulaciones absurdas como la de las corridas “sin sangre”, equivale a intentar reescribir la historia y despojar a un pueblo de su identidad.

Resulta paradójico que en un país donde la violencia real cobra miles de vidas al año, los políticos pongan su atención en erradicar una tradición en la que el toro, criado con un destino noble, se convierte en símbolo de la lucha, la bravura y la muerte entendida como parte de la vida.

Pero este ataque es aún más torticero porque, en el fondo, no se trata solo de una cruzada contra la Tauromaquia, sino de un intento de erradicar la huella española en México. No comprenden que cada país acoge y desarrolla aquellas tradiciones que verdaderamente enraízan en su cultura.


La corrida de toros no es solo una seña de identidad española, sino también una seña de identidad mexicana, y lo es de manera independiente en cada nación. 

Se ha convertido en parte del alma de México porque así lo han querido los propios mexicanos, del mismo modo que en España la Fiesta sigue siendo un pilar fundamental de su cultura.

Lo que se intenta con esta prohibición es juzgar una tradición con criterios actuales y una mirada sesgada, sin entender que la cultura no se impone ni se borra por decreto. México no ha mantenido la Tauromaquia durante siglos por imposición de España, sino porque su propio pueblo la ha hecho suya, la ha vivido y la ha defendido.

Más allá del aspecto cultural, la prohibición de las corridas de toros afecta directamente a miles de familias que dependen del toro bravo. Ganaderos, toreros, mozos de espadas, empresarios, veterinarios y un largo etcétera ven amenazados sus medios de vida por una decisión tomada desde la comodidad de un despacho, sin entender la realidad del campo y de la Fiesta.


México ha sido una de las grandes potencias taurinas del mundo. Desde los tiempos de los legendarios Rodolfo Gaona, Silverio Pérez o Manolo Martínez, hasta la irrupción de figuras contemporáneas, el país ha demostrado que la Tauromaquia es una parte esencial de su patrimonio. Golpearla con prohibiciones arbitrarias no es solo un acto de censura, sino una traición a su propia historia.

Prohibir las corridas de toros no es solo un ataque a la cultura y a la economía. Es, sobre todo, un atentado contra la libertad. La libertad de quienes aman y defienden la Fiesta, la de aquellos que viven de ella y, sobre todo, la de un pueblo que debería tener el derecho a decidir sobre sus propias tradiciones sin imposiciones ideológicas.

Los defensores de esta prohibición dicen luchar contra la violencia, pero la verdadera violencia es coartar el derecho de los ciudadanos a disfrutar de su cultura. Hoy es la Tauromaquia, mañana será otra manifestación cultural que no encaje en los dogmas del momento. ¿Hasta dónde llegará esta deriva prohibicionista?


México tiene la oportunidad de corregir este error y demostrar que sigue siendo una nación donde la tradición, la identidad y la libertad no son pisoteadas por la demagogia. La Fiesta Brava no necesita salvadores ni reformistas que la mutilen, sino respeto y reconocimiento como lo que es: un patrimonio vivo, con raíces profundas y una dignidad que no puede ser arrebatada por decreto.