Manuel Escribano que, sin ser fino ni tener tantos incondicionales como el espada riojano, es un torerazo como la copa de un pino como bien demostró en su valentísima actuación que terminó triunfalmente con el último toro de la desigual corrida de Adolfo Martín.
Oreja de ley para Manuel Escribano, heroico y torerazo con un par…
J. A. del Moral
Madrid. Plaza de Las Ventas. Jueves 4 de junio de 2015. Vigésimo quinta de feria. Tarde calurosa con viento y lleno total.
Seis toros de Adolfo Martín, bien presentados en el tipo de la casa y de juego muy desigual. Muy noble aunque débil el primero. De inédito a alimaña con peligro el segundo. Alimaña de de principio a fin. Muy noble con clase por el pitón derecho aunque de poca duración el cuarto. Muy pronto parado el noble y muy blando quinto.
Diego Urdiales (marino y oro): Pinchazo muy hondo tendido y dos descabellos, gran ovación con saludos. Buena estocada, gran ovación con saludos.
Sebastián Castella (lila y oro): Pinchazo y estocada trasera tendida, silencio. Pinchazo y otro hondo trasero caído, silencio.
Manuel Escribano (verde botella y oro): Cuatro pinchazos y estocada, silencio. Media estocada, oreja.
La gran feria que llevaba le colocó como favorito y casi seguro triunfador del larguísimo ciclo. Quizá también como autor de la mejor faena si no la mejorara él con algún toro de Adolfo Martin. Ha tenido mucha suerte Castella con los toros que le han correspondido en sus dos primeras actuaciones. Pero en la tercera nos continuó con tan buena racha y, además, se llevó el peor lote de la corrida de Adolfo Martin. El excelente momento que atraviesa el espada francés chocó con dos reses de imposible lucimiento y por eso no pudo alcanzar un triunfo tan grande como el que acaba de disfrutar el Rey Felipe VI en su visita oficial a París.
Viendo las solemnes e impresionantes imágenes por televisión del recibimiento en Los Campos Elíseos, cerrados y adonados con las banderas de las dos naciones hasta llegar al Arco de Triunfo, y las de su memorable intervención en la Asamblea Nacional con todos los disputados ovacionándole largamente en pie, pues ¿qué quieren que les diga?, que me siento muy orgulloso de nuestro Rey y de cómo se está comportando este joven monarca, ahora mismo el Jefe de Estado más indiscutiblemente admirado en el todo del mundo tras el histórico y fructífero reinado de su padre Don Juan Carlos. Echamos de menos a Don Felipe antier en el Palco Regio de Las Ventas aunque, una vez celebrado, sufrido y lamentado el mano a mano entre El Juli y Perera, mejor habérsela perdido. Podría haber dicho Don Felipe, si se enteró del resultado del aburrido y decepcionante festejo, aquella famosa frase “París bien vale una misa” que pronunció Enrique IV de Francia y III de Navarra.
La Corrida de la Beneficencia de este año la presidió la hermana del Rey, Doña Elena, Infanta de España, y bien que ella como todos los que estuvimos en la plaza pudimos disfrutar y emocionarnos cuando apareció en el Palco Regio y recibió la ovación más larga de la tarde tras el respetuoso silencio que acompañó la interpretación del Himno Nacional por la banda de música. Otra manera de ser para dar una ejemplar lección a los que, días antes, había ensuciado su propia historia con una pitada absolutamente despreciable e intolerable en el estadio barcelonés del Nou Camp. Los habitantes de Madrid, crisol de todas las Españas, también valen una misa y mayor con tres capas, señores.
Ayer tarde en Las Ventas, también actuaron los matadores Diego Urdiales, pendiente de sacarse la espina de sus dos fracasos anteriores y que solo lo consiguió muy a medias con el lote más grato de la corrida, y Manuel Escribano que, sin ser fino ni tener tantos incondicionales como el espada riojano, es un torerazo como la copa de un pino como bien demostró en su valentísima actuación que terminó triunfalmente con el último toro de la desigual corrida de Adolfo Martín.
No quiero terminar este prólogo sin decir que cuando una ganadería lidia dos corridas suyas en una misma feria y ninguna reúne la presentación debida por muy buena reata que tengan los toros, es mejor elegir seis entre los doce y lidiar una sola. Ya se sabe, quien mucho abarca… Lo siento por la familia del Río a la que aprecio mucho.
También a los Martin que lidiaron ayer y lo harán hoy. Victorino, su hijo, su tío Adolfo. Los conozco y los trato desde que Adolfito y yo casi eremos niños. Suerte, amigos. La tuvisteis con tres toros.
Veo el programa y compruebo que solamente un toro, el tercero, pasa de los 500 kilos y eso me parece bien. Veremos si acierto. Solo con tres toros. Palmas tras el paseíllo, imagino que para Castella que no quiso salir del burladero. Hizo bien.
494 kilos el primero, con gran trapío, el pelo y el tipo de la casa. Metió la cara en el bien intencionado capote de Urdiales que dio buenos lances aunque sin poder evitar enganchar algunos. Cumplió en el primer puyazo aunque perdiendo las manos – ya vimos que no le sobraban las fuerzas – y le aliviaron el segundo. Desigual tercio de banderillas. Empezó la faena el de Arnedo con un molinete al paso y uno de pecho. Ya en el tercio, en redondo, dos, tres con pérdida de manos del burel, tres, cuatro y el de pecho. Bien. El toro muy noble aunque débil. Más a derechas, muy cerca, con mucho aguante antes los amagos de cogida y de pecho. Al natural, con el animal remiso y con el viaje a medias, dio varios templados, el de pecho y una bonita trinchera muy celebrada. Muy encima del toro, continuó a derechas vendiendo bien los cites cruzados y con buen resultado, mas un ayudado por bajo con mucho sabor. Esta vez sí que me está gustando Urdiales al quien no se puede pedir más. Dio lo que puede dar… ¿En otras manos…? Ayudados por bajo y pinchazo hondo tendido. Iba de oreja. Se la habrían pedido de acertar a la primera con el descabello. Halló la muerte del toro a la segunda.
480 el cuarto. Muy en tipo. Silleto. Suelto del capote de Urdiales. Bien en la brega el riojano. Se defendió mucho en el primer puyazo saliendo suelto y blandeando de remos. Protestas del 7 sin razón. Peor aún salió del segundo. Hábiles los peones en palos. Y Urdiales que brinda… supongo que para agradecer haber sido el torero mejor tratado de esta feria. Y con suerte porque este toro fue el segundo de la tarde que se dejó torear por tan noble como el primero o más. Un gran lote de tres orejas. Derecha con relajada naturalidad y temple en dos rondas. La segunda con el toro abriéndose por un punto rajado. Ayudado por bajo y naturales de mayor a muy menor acople. Hombre, Urdiales, que este toro no se te puede ir sin cortarle una… Tres más a derechas de uno en uno. Trinchera y adornos. Por lo menos hay que matar a la primera. Lo consiguió de estocada arriba.
El segundo, 475 kilos. El de menos peso. También con sobrado trapío. Otro toro noble de salida y algo flojo como el primero. Bien sin más Castella con el capote en el recibo. El toro, colocado a distancia, se arrancó al caballo por sorpresa y salió suelto al sentir el hierro. Otra vez a distancia tras excesivos capotazos de Sebastián para colocarlo, se distrajo el toro y se arrancó regateando para evitar ser picado. Muy listo el toro en su autodefensa. Buena arrancada en el tercer encuentro aunque también suelto. Pasó a banderillas sin quites. Esperó tanto en palos, que fue muy difícil clavarlos. Pitos a los peones. Todavía inédito, dio la impresión de llegar a la muleta con mucho que torear. Tanteos altos y bajos con la derecha de Castella y le da dos redondos con determinación solo que, en el segundo, con pérdida de manos del animal. Pronto remiso, más de uno en uno muy decentes. El toro, peor de lo que hubiéramos querido. Empezó a revolverse raudo y con guasa creciente. Demasiado expuso el francés. Palmas y pitos injustos. Imposible por peligroso al natural. Pasó de inédito a alimaña. Muy mal el público con Castella exigiéndole lo que no pudo hacer de ninguna manera. No obstante, insistió a derechas con riesgo de ser cogido. Más palmas y más pitos injustos. Y, tras buscar la igualada, pinchó antes de la estocada que fue suficiente pese a quedar trasera y tendida.
477 el quinto. Aparentó bastante más aunque fue muy bajo. Corretón de salida. Castella lo abrió de tablas a los medios andándole hacia atrás con acierto. No habría valido para saludarlo bien en tablas. Fue prácticamente solo al caballo y cumplió sin celo, saliendo mermado de fuerza en los remos. Pero metió la cara. Casi por su cuenta también fue al segundo, aliviado. Bien los peones en palos. Brindis de Castella al público en los medios. Y esta vez sin quedarse allí. ¿Buen toro?. Por bajo con la izquierda, natural y cambio. Noble aunque punteando por el lado derecho. Y demasiado tardo. Dio algunos buenos pero los primeros enganchó y, la verdad sea dicha, el animal se vino demasiado pronto abajo. Lo vimos en su nuevo intento con la izquierda y de nuevo a derechas. Los que dio, fue a duras penas. Por encima del toro pero sin trasmitir nada. Fue imposible. Le jalearon el arrimón y falló con la espada.
El tercero, 516 kilos. Otro cárdeno como sus hermanos. Escribano a porta gayola. Lo hace a diario, como Paquirri. Pero se arrodilla excesivamente del la puerta de chiqueros. Esta vez el toro pasó del sevillano. Pero Escribano se volvió hacia el animal aun arrodillado y le pegó la larga cambiada. Enorme gesto de valor y de habilidad. El toro se encojó ostensiblemente y surgieron pitos. Antes nadie pedía que devolvieran a los que se inutilizaban durante la lidia. Últimamente, sí. Tomó un primer puyazo y se cambió el tercio. Por fin, razonable el palco por no acceder al cambio. Con solo dos medias quitó Urdiales. Escribano en solitario con los palos. De poder a poder el primero con salto. Falló en el segundo. Muy bueno el tercero. Ovación. Tras sacarlo de tablas hasta el tercio, Escribano pretendió empezar la faena empezar con naturales, Vano intento. El toro le buscó. Con la derecha, aún más peligroso. Una prenda este toro, alimaña pura. Al volver con la izquierda, salió Escribano desbordado y desarmado. Este amago fue de enfermería. Pero siguió con la derecha con ninguna razón estando de nuevo al borde del abismo. A estos hay que matarlo ya, Manuel. Porque el empeño en que te cojan solo vale unas palmas. Exponer tanto solo de hay que hacerlo con un mínimo de posibilidades. Y con este no había ninguna. Lo peor fue matar a la primera. Pinchó cuatro veces antes de pegar la estocada a cambio de un puntazo en el cuello.
Y sexto, 492 kilos. Negro entrepelado bragado meano y con mucha cara. Y otra vez más a porta gayola el de Gerena. Limpiamente bien. Colada al dar el primer capotazo en pie y muy suelto el toro de capotes. Empujó en el primer puyazo y salió listo.. sin fuerza ni celo. De tramite el segundo, simulado. Escribano volvió a banderillear en solitario. Tras ser perseguido hasta las tablas en una arrancada imprevista, el primero lo puso sin zapatillas y muy bien. Y asimismo el segundo. En el tercero, de fuera a dentro casi resulta colgado de un pitón y por no poder clavarlas, insistió con una cuarta vez, consumando el par que antes casi le cuesta una gravísima cordada. Con un par de eso que le sobra…. ¡Qué valor¡ Y al natural para empezar la faena en breve intención. Nada grato el toro por el derecho. Buscó los tobillos. Pero noble por el izquierdo. Por encima Escribano al natural sin que faltaran acosones y momentos de peligro al rematar con los de pecho. Se la jugó por el derecho, consiguiendo lo que parecía imposible. Festín vistosísimo para rematar por naturales a pies juntos y media estocada efectiva. Oreja de ley.
Me alegro de coincidir en un tripartito de opiniones manifestadas por un profesional de la información taurina como es el caso de J. A. del Moral, con lo dicho sobre Manuel Escriban.
ResponderEliminarCon la opinión del comentarista Domínguez Ortega en el artículo “La de Adolfo. El mejor Escribano y borrones de Castella y Urdiales”.
Y por último, con lo escrito por Diego Barceló, en especial la parte dedicada a F. Vilches, en el artículo LAS VENTAS: TOMEMOS NOTA.
Y ahora a esperar los 6 victorinos de El Cid, como único espada.
Gabriel Mañas