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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 5 de julio de 2014

APOTEOSIS DEL TORO en la tele de los sanfermines / Por Ricardo Díaz-Manresa




"...Los que somos apasionados del toro y admiramos tanto los encierros tenemos que dar muchas gracias a la tele –concretamente a TVE- por ofrecerlos porque donde se ven bien de verdad es en la pantalla que ya no es pequeña sino grande, según los gustos. Uno ha visto muchos en directo pero más en la tele, desde que los dan no me he perdido ni uno. Nada menos que 40 años viendo encierros. Todos y siempre..."

APOTEOSIS DEL TORO en la tele de los sanfermines

Ricardo Díaz-Manresa
La tele de los sanfermines es muy, pero que muy importante. Ya estamos emocionados esperando la tele millones y millones de españoles, europeos y norteamericanos. La tele del toro mundial. Toros en todas las televisiones. En España, a primera hora, encierro desde Pamplona para el que madrugamos tanto. Telediario y encierro cuando amanece. Los toros del encierro –cita obligadísima diaria- en todos los telediarios de mediodía de todas las cadenas. Repetición en los de las 21. Los Ana Blanco, Matías Prats, Pedro Piqueras diciéndonos todavía a esa hora –trece después del acontecimiento- si fue rápido, con o sin heridos por asta de toro o contusionados por las caídas, e incluso fracturas, y el número de ingresados en los hospitales pamploneses. Y siempre con gran espectacularidad de imágenes.

Y, por supuesto, en el canal especializado, la corrida del día desde las cinco y media o seis de la tarde, según la especialidad del festejo –novillada, rejones o corrida de toros- hasta que se acabe, cerca de las nueve, cuando todavía queda luz del sol.
Y los entusiastas viéndola de nuevo –en la repetición en la medianoche- cuando el día se va a acabar y acostándose casi en la madrugada pensando que a las siete alboreando el día hay que estar ante el televisor para no perderse detalle del encierro siguiente.
Y vayan por toda España por bares, chiringuitos, cafeterías y lugares de ocio similares y los que desayunan para entrar en seguida a trabajar…pues viendo el encierro. Muchos de los cuales hacen coincidir, incluso cambiando su horario habitual, su desayuno con el encierro.
La tele del toro lo puede todo. Tele del toro a todas horas. Todo el día. Desde las 7 de la mañana hasta que anochece. Los colores blanco y rojo del valor y la nobleza en todas las pantallas mucho tiempo. Es el triunfo del toro, de decirle a todo el mundo lo importante que es.

Incluso más importante en estos momentos aquí que fuera. En el resto de Europa lo saben, lo respetan e incluso los países que lo ignoran dejan libertad para mirar o no la tele si es que dan alguna noticia de algún encierro que haya sido especialmente importante. Pues que se enteren en España lo que significa el toro para nuestro país y los sanfermines en particular.
Sanfermines, la Feria del Toro, la Feria de la explosión de la televisión, la más vista de cuantas se celebran precisamente en la Piel de Toro. Hasta en eso nos lo recuerdan aunque algunos quieran arrancarse la piel e intentan arrancárnosla a los demás. Qué pueblo más suicida, Dios mío, de algunos que no piensan más que hacer daño. Pero tienen que tragarse toros en todas las cadenas –públicas y privadas- al menos durante 8 días consecutivos. La importancia de la tele que lleva a todo el mundo estas manifestaciones absolutamente únicas en el mundo. Sanfermines, la fiesta más universal española, incluso más que las otras dos del máximo tirón como la Feria de Sevilla y las Fallas. Arrasa la tele hasta el 14 de julio.
Y no digamos en los Estados Unidos desde que a Hemingway se le ocurrió escribir de esto. Los americanos son los más sanfermineros de la tierra. Y este año la NBC ha firmado un convenio con TVE para ofrecerla a 75 millones, 75, de posibles espectadores. Sólo con un 10% sería un tacazo, que lo ven más. Esperamos a las cifras de audiencia. Y comprobaremos. Es la empresa encargada de ponerla en los hogares de los norteamericanos, que después deslumbrados vuelan cada año a Pamplona –a puñaos- para disfrutarlo en directo.

Los que somos apasionados del toro y admiramos tanto los encierros tenemos que dar muchas gracias a la tele –concretamente a TVE- por ofrecerlos porque donde se ven bien de verdad es en la pantalla que ya no es pequeña sino grande, según los gustos. Uno ha visto muchos en directo pero más en la tele, desde que los dan no me he perdido ni uno. Nada menos que 40 años viendo encierros. Todos y siempre.

Y agradecer a TVE, que está haciendo así un servicio público y que le repercute en una numerosa y fiel audiencia, porque podía hacer como con las corridas de toros y dar una al año o ninguna. Así que disfrutemos la actualidad. Claro que los encierros lo pueden todo y son un clásico de la pantalla. Creo que ya indestructible a pesar de los pesimistas, aunque nunca se sabe lo que pueden conseguir los locos suicidas.

A TVE le salieron competidores mañaneros pero duraron poco porque la experiencia, solvencia y equipos de la tele pública ahí están año tras año y desde hace mucho, desde el principio. Las televisiones comerciales se cansaron pronto al comprobar que la mayoría aplastante de la audiencia se iba para la 1. Enhorabuena.
Muchísimos viendo los encierros donde haya un tgelevisor o un ordenador o cualquiera de los medios técnicos que salen al mercado todos los días.
Tal la fuerza de la tele que los encierros cambiaron hasta de horario. Sin tele, a las 7 de la mañana. Con ella, a las 8.

Los que estén estos días en Pamplona se dedican a encierros en directo en la calle y mucha actividad en el casco viejo y muchas asomaditas a la tele. Pero tienen menos tiempo para la tele que los que están en casa. Ellos deben saborear también el programa sanferminero no taurino sabrosísimo. Y los que no pues a disfrutar de las imágenes del blanco y rojo y del toro negro o del pelaje o capa que sea. Y a asustarnos, y a emocionarnos y a dejar aflorar nuestros sentimientos, las mejores sensaciones.

Porque esto no es sólo un espectáculo, ni un escaparate, ni algo difícil de explicar. Puede ser todo eso, pero por encima de cualquier cosa es un sentimiento.
Sentimiento de San Fermín multiplicado en esta ocasión por la bendita tele. Las tele de los sanfermines. La apoteosis.

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Avance taurino

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