"...Morante de la Puebla con su mano mágica borda unas letras dedicadas al Bardo y me dice el 'Hombre Tauro' José González, que el mismísimo Morante le pregunta ¿dónde se pueden encontrar las letras del Bardo? y es informado que esta columna a partir de LA PRENSA se multiplica por docena en los portales más importantes así que permítaseme agradecer a sus dueños que en conjunto con la impresión escrita, han hecho que esta columna que según las lenguas de doble filo 'No es la mejor escrita, (¡Claro que no!) ...sólo la más leída’..."
LA PRENSA 'El Periódico que dice lo que otros callan' en la voz respetada de su director Don Mauricio Ortega Camberos exclamaba en un lance de bondad, democracia y hasta atrevimiento; 'Bardo aquí en LA PRENSA tiene un espacio para cuando quiera que le publiquemos,' hoy ese espacio que inició hace diez años en un jueves cuarto de mes como hoy, sigue siendo el mismo bendecido por la libertad en la que jamás me han mutilado ni una coma, el que ya no es el mismo, es ‘El Bardo al que le han crecido los gatos en la barriga’ diría Manuel Rovira. Y es que mi menda no puede ni debe de permanecer impávido ante las embestidas descompuestas que ha venido sufriendo la Fiesta Brava, que es la razón de esta columna, la cual no debe dar un paso más sin que entregue mi agradecimiento a quien con sacrificio, tolerancia y voluntad en un acto de Magia le da coherencia y ya en el tercio venga mi agradecimiento a Don Mauricio Ortega Camberos y a Don Elías Moreno, mis superiores y desde luego me destoco ante usted tolerante lector, y como en las ocasiones de luces no falta el regalo
Morante de la Puebla con su mano mágica borda unas letras dedicadas al Bardo y me dice el 'Hombre Tauro' José González, que el mismísimo Morante le pregunta ¿dónde se pueden encontrar las letras del Bardo? y es informado que esta columna a partir de LA PRENSA se multiplica por docena en los portales más importantes así que permítaseme agradecer a sus dueños que en conjunto con la impresión escrita, han hecho que esta columna que según las lenguas de doble filo 'No es la mejor escrita, (¡Claro que no!) ...sólo la más leída’ y de ella en esta ocasión comparto lo que el maestro Leonardo Páez opina 'El Bardo de la Taurina escribe la columna taurina más libre del mundo’. Y de ello muchas tardes me pregunto ¿Por qué es tan pecaminoso, llamarle verde al verde? cuando que si no es así las situaciones se tornan lúgubres, máxime cuando se cobran, porque entonces es prostitución y si a eso le sumamos la falta de entendimiento ¡Válgame! por eso cuando los aficionados me preguntan ¿Bardo que lee y que escucha? contesto; solo a los periodistas y comunicadores enterados y éticos…leo y oigo muy poco, y esto viene oportuno en esta fecha porque si esta columna persiste es por desgarrada y no por disfrazada.
MAS CORNADAS DA EL HAMBRE
Hablando de letras y de incomprensiones el sábado pasado se palmo el personaje central que junto con Jesús ‘El Ciego’ Muñoz le dieron vida a la novela que a más toreros ha inspirado a abrazar los hábitos de la seda y el oro, esta novela narra el viacrucis de un chaval de la legua que a tropezones y a como sea llega a presentarse en el altar mayor de la antigua devoción taurina que lo era la Plaza México, el personaje de la vida real se llamaba Ramón Ortega y en el libro aparece con el nombre de Luis, mas allá de su nacencia que fue en el norte y de su palmada que fue en el sur, Ortega se convirtió en todo un personaje de tal tamaño que junto con ‘Pancho Camioneto’ (Ciego Muñoz), Juanito Lavín, ‘Rafaelillo’, ‘Don Difi’ le aportaron a la novela de Luis Spota tanta veracidad que la llevaron a ser un libro de cabecera, en la vida real este torero legendario se convirtió en Matador de Toros y tal vez es el único que mi menda recuerde que un toro le haya partido la yugular y aun así sobrevivió, por donde se le vea Ramón Ortega merecía el domingo se le recordada con un minuto de silencio, lo cual en la memoria de los jueces no ocurrió y es que eso de tener sensibilidad taurina no se les da a todos. ‘A la mitad del ruedo Luis Ortega se descubrió, por ser debutante, el tiempo golpeo cuatro veces en la campana del reloj de la Plaza México, ‘La Hora’ y Luis Ortega ponía ya el primer paso en el misterio’ (Más cornadas da el hambre).
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