¿O es que en el nuevo contrato de Ramos se incuirá acaso una cláusula por la cual no puedan pitarle los socios (dueños) del Real Madrid?
Preguntas indiscretas
Sergio Ramos seguirá en el Real Madrid. Por amor, asegura Tomás Roncero, el monarca absoluto del atrevimiento. Hombre, por amor a unos colores renovaban en blanco sus contratos los Santillana, Camacho, Benito o Miguel Ángel; Sergio seguirá en el Real Madrid por el pequeño detalle, sin ninguna importancia al parecer, de que tiene dos años más de contrato que firmó alguien muy parecido a él, por no decir que él mismo, y porque Florentino Pérez va a mejorar (sin requerimientos legales que le obliguen a ello) lo firmado, ampliándolo hasta 2020 y adaptándolo a las nuevas condiciones. Los tiempos son otros, claro. Antes los futbolistas eran casi unos modernos esclavos y ahora los esclavos son los clubes, que están en manos de unos jugadores (y entrenadores: Bielsa acaba de dejar tirado como una colilla al Olympique de Marsella) que pueden hacer y deshacer a su antojo sin encomendarse a Dios ni al diablo. Robinho, Özil o Di María también tenían contrato en vigor pero... ¿cómo retener a un jugador que no se encuentra feliz?... La respuesta es fácil: reteniéndolo.
Sergio no tiene la culpa. Ni su hermano tampoco. Ellos se limitan a imitar comportamientos que han visto hacer a otros jugadores de fútbol. Y con éxito. Leo Messi, por ejemplo, debe ir ya por su quinto o sexto contrato firmado, ojalá que el de Ramos sea el definitivo. Hay una corriente que cree que Sergio está sobrevaloradísimo pero yo pienso que es uno de los dos o tres mejores defensas centrales del mundo. Sergio tiene, además, calidad de sobra para jugar en el lateral y, si no se lo dicen de sopetón y en vísperas de un partido trascendental, también para hacerlo como mediocentro. Pero Ramos no seguirá en el Real Madrid por amor por la sencilla razón de que el amor a los colores ya no existe y pertenece a tiempos pasados. Ojo, no estoy diciendo que Sergio no le tenga cariño al club, que por supuesto que se lo tiene, pero por amor habría llegado a 2017 en las condiciones inicialmente pactadas y no habría convertido su continuidad en el culebrón del verano. Amor, amor, lo que se dice amor, suelen tener habitualmente aquellos que pagan y no los que cobran generosamente.
Por cierto que Roncero también asegura que desde el club deslizaron que Ramos era un pesetero. Mi colega utiliza el verbo "deslizar" por no emplear "filtrar", que pertenece según parece a un nivel semántico superior y que sólo atina a emplear cuando las informaciones las da el diario As. Pero la "información" se queda a medias: ¿Quién del club "deslizó"? ¿Y a quién lo hizo? ¿Qué periodista ha dicho en España que Sergio Ramos quería irse por dinero?... Yo sólo he oído a uno: Josep Pedrerol, director y presentador de El Chiringuito, programa en el que colabora un tal... Tomás Roncero. Y hablando de "deslizar": ¿No deslizó el As que, pasase lo que pasase, Sergio Ramos tenía tomada la decisión de irse porque no quería que le pasase lo mismo que a Iker Casillas? Si Ramos tenía tomada la decisión de marcharse, ¿cómo es que ahora se queda? ¿Qué le ha hecho cambiar de opinión?... Y otra pregunta indiscreta más: ¿Se puede saber qué cosa mala le ocurrió exactamente a Casillas en el Real Madrid salvo la de jugar como titular indiscutible durante quince años y acabar convirtiéndose en el primer capitán del club? ¿O es que en el nuevo contrato de Ramos se incuirá acaso una cláusula por la cual no puedan pitarle los socios (dueños) del Real Madrid?
No hay comentarios:
Publicar un comentario