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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 29 de agosto de 2015

Bilbao: 6ª de las Corridas Generales: Escandaloso y deprimente debut ganadero de Bañuelos / por J.A. del Moral



Escandaloso y deprimente debut ganadero de Bañuelos

J.A. del Moral /28/08/2015
Bilbao. Plaza de Vista Alegre. Viernes 28 de agosto de 2015. Sexta de feria. Tarde soleada y por fin fresca con media entrada.

Seis toros de Antonio Bañuelos, de muy justa presentación y mal juego. Muy blando, soso y sin clase alguna el primero. Manejable si clase y pronto a menos el segundo. Muy deslucido el tercero. Sin nada dentro el cuarto. Solo valió el quinto en el capote. Nulo, sin servir para nada el sexto. 

Finito de Córdoba (negro y plata): Pinchazo y estocada, silencio. Pinchazo y estocada baja, pititos.
Iván Fandiño (salmón y oro): Buena estocada. Petición insuficiente de oreja, ovación con gritos contra el palco por no concederla y ovación con vuelta por su cuenta. Buena estocada, ovación.
Alejandro Talavante (gris perla y plata): Estocada, silencio. Pinchazo y estocada, gran bronca.

Dicen en los mentideros más informados del taurinismo bilbaíno, que Fandiño está muy enfadado con la Junta Administrativa de la plaza de Vista Alegre porque para estas Corridas Generales solo le habían contratado en una. El de Orduña se creía con derecho a dos. Al entrar en la plaza y viendo el público que había en la plaza, supongo que Fandiño y su apoderado se darían cuenta del por qué. Menos de media entrada. Y eso yendo con Finito de Córdoba por delante y con Alejandro Talavante por detrás. Pues eso. De todos modos, a nadie gustó el bajón de público en el día mayor de la llamada Aste Nagusia. Pero es que, para colmo de los colmos, la corrida de toros que trajo Antonio Bañuelos para su presentación en Vista Alegre fue, además de pobrísima en cuanto a presentación, una colección de ejemplares absolutamente inservibles. Sin fuerza, ni casta, ni bravura. Sin nada. El espectáculo fue escandaloso además deprimente. Es inexplicable que pueda ocurrir esto en Bilbao. Lo único bueno del festejo fue la brevedad.

Sin el trapío que se debe exigir en Bilbao saltó al ruedo el toro de Bañuelos que abrió plaza. Indigno del debut de la ganadería burgalesa y, para colmo, sin fuerza alguna. Le picaron de trámite y perdió las manos antes y después de la suerte de varas. El presidente lo mantuvo en el ruedo. En la corrida de Juan Pedro Domecq debió devolver cuatro toros y en la de antier de Garcigrande el cuarto. Pero este presidente tan caprichosamente duro solo lo es en su siempre caprichosa concesión de dar o de no dar orejas. Nada de particular ocurrió en el segundo tercio. Finito empezó doblándose por bajo con el toro. No era toro para eso. Al defenderse por arriba en sus cortos viajes, el arranque de la faena de Finito con la derecha solo fue lucido en uno de los redondos y en el de pecho. Y apenas en un natural de su baldío propósito a izquierdas. Continuó con la derecha sin relieve digno de mención ya con el toro casi parado y, cuando empezaron a sonar los pitos, cortó el trasteo. Llegaron luego el pinchazo y la estocada que liquidó al feble animal.

También fue protestado el castaño cuarto en su salida. Y eso que tuvo más cara que sus hermanos anteriores. Salió suelto del capote de Finito que no pudo lancear como sabe, cuando puede. Poco que poder tuvo este cuarto. Picado y banderilleado de trámite sin quite del matador. Solamente de Fandiño en su turno por gaoneras que no pasó de pretencioso.. El vacuo manso llegó a la muleta tardeando, con medios viajes y sin fuerza. Finito lo intentó con la derecha para empezar la faena. Solo pudo estirarse y medio sentirse a gusto en un par de redondos de la primera ronda. Tras un segundo intento, se rajó el animal yéndose a tablas y allí se acabó lo que se daba por tres reales. Qué digo tres… Ni uno. Pinchazo y estocada baja.

Palmas de tango al aparecer en la arena el anovillado segundo de la tarde. Noble. Al menos, los lances de recibo de Fandiño acontecieron con limpieza. El primer puyazo, muy leve, lo tomó el toro acostado en el peto. Apenas le señalaron el segundo. Bien Pedro Lara en palos. Fandiño empezó la faena con un pase cambiado con la derecha y la siguió con brevedad al natural. Pero prefirió el lado derecho creo que equivocadamente. La primera ronda por redondos no resultó templada con el toro enseguida a menos en brío. Le enganchó la muleta en los naturales que añadió. Digo naturales por llamarlos de alguna manera. Mejoró un poquito el trasteo con la derecha otra vez y los paisanos pidiendo música. Y más enganchones. Desplantes mirando al tendido con gestos de orgullo no sé de qué. Dos más limpios a derechas y el de pecho. El ramplón trasteo terminó con manoletinas y uno de pecho. Lo mejor, lo único a tener en cuenta, fue la estocada Se pidió una oreja sin mayoría y, como no se la dieron, Fandiño dio una vuelta al ruedo por su cuenta.
Larga cambiada apurada de Fandiño en su recibo del quinto. Y otra más limpia. ¿Mejor el toro que los anteriores? Lances templados del de Orduña. Cuidaron mucho al animal en varas. Muy desentendido y distraído entre una y otra agresión. Deficiente tercio de banderillas salvo el tercer par. Fandiño brindó a sus paisanos. Altos con la derecha en trance de querer mucho y lograr poco. En redondo de uno en uno apenas siguió la muleta el animal. Y lo mismo al natural con el toro ya casi parado. No le faltó a Fandiño el apoyo constante de su público. Pero tampoco este toro dio para mayores. Y otra vez una buena estocada.

El tercero también fue protestado en su salida. Talavante lo recibió con una larga cambiada en pie y siguió por verónicas insulsas por la insulsez del animal al embestir. Se defendió en varas. Rápido tercio de banderillas. Y a los medios Talavante con la mano izquierda. Al natural empezó la faena sin probar antes al toro. No se prestó como deseaba Alejandro. Solamente algunos pocos resultaron estimables. Tampoco por el lado derecho. Ni al insistir de nuevo con la izquierda delante de la puerta de la enfermería. Allí lo mató de estocada.

Y también muy protestado en su salida el sexto. Suelto del capote de Talavante. Sin fuerza alguna en los remos. ¡Vaya debut ganadero de Bañuelos¡. E inexplicable que esta corrida fuera elegida y aceptada. Las protestas se recrudecieron durante la innecesaria suerte de varas. Cubierto discretamente el tercio de banderillas, tras brevísimos tanteos, Talavante decidió matar al toro sin intentar darle un solo muletazo. Lo consiguió pronto de pinchazo y estocada. La bronca fue tremenda y hasta se arrojaron almohadillas al ruedo.

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