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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 15 de agosto de 2015

MARBELLA: UNA HONDA HERIDA EN LA FIESTA./ por Agustín Hervás



"...Morante aun preocupado por su futuro, y su piel, debería dedicarse a cuajar faenas excelsas porque con eso conseguirá más, que provocando junto con su apoderado, a la autoridad, para que se los llevara detenidos..."


UNA HONDA HERIDA EN LA FIESTA
  • Es pues intolerable bajo mi punto de vista que ambos bandos se lleguen a las manos, pues a partir de ese momento, el toreo pierde la dignidad que a tanta gala tiene y ha tenido históricamente.

Onda Cero Radio
Leo con tristeza, mucha tristeza, los comentarios despectivos hacia Rivera Ordóñez, cogido de mucha gravedad en Huesca. Me produce mucho dolor comprobar que gran parte de la gente tiene los valores éticos cambiados, llevando a esta sociedad hacia el abismo. Y no dejo de hacerme la misma pregunta. Los que vivimos la Transición Política Española, y obtuvimos la democracia que nos cobija, ¿en qué nos hemos equivocado para formar monstruos en vez de personas?
Al margen de las connotaciones taurinas en las que mas abajo entraremos, ¿Cómo de podrida debe estar el alma de los que desean la muerte de un congénere?

Y ahora en lo relativo a las agresiones antitaurinas. ¿Por qué se ejerce tanta virulencia contra los profesionales del toro y los amantes de la fiesta? ¿En qué nos hemos equivocado para no transmitir sabiamente los valores que engendra la Tauromaquia?
La herida que tenemos es tan profunda que afecta a los órganos vitales del toreo, entre los más importantes, la economía del toro. Por eso, ante su pérdida, el taurinismo se pone nervioso y embiste a la muleta de las provocaciones anti.
Intentaré reflexionar sobre ello, desde el amor que le tengo al toro bravo.

Vengo denunciando desde que ejerzo el periodismo taurino, todos los males que tiene esta fiesta con el propósito de mejorar en el futuro. Pero el futuro se me acaba y no veo mejoras. La cosa empeora tanto que los propios profesionales que en realidad son los que viven de este negocio, no saben como atajar el problema y a veces recurren, como los anti, a la violencia, como pasó en Marbella el pasado domingo. Recordar aquí todos los frentes que tengo abiertos para mejorar el espectáculo taurino sería larguísimo, pero ustedes, si quieren, pueden ir consultándolos en este blog, por temas. En realidad a la conclusión que quiero llegar, es a que el futuro de la fiesta está en manos de la pureza del espectáculo, del toro integro, en su canal, con sus pitones, con su trapío, y el torero digno que no emplee trampas en su oficio. Pero no, además de no volver a los cánones de la pureza, lo que nos encontramos es a profesionales como Morante que después de firmar una obra de arte con el quinto toro de Benjumea en Marbella, pierde los papeles (de profesional), entra al trapo de los anti, y se niega a matar el toro en protesta por: la persecución a la que está sometido por los antis (en definitiva por las agresiones de los enemigos de la fiesta), y por que la autoridad no ayuda al colectivo. Morante aun preocupado por su futuro, y su piel, debería dedicarse a cuajar faenas excelsas porque con eso conseguirá más, que provocando junto con su apoderado, a la autoridad, para que se los llevara detenidos. Parece mentira que siendo privilegio, en la escala de los mamíferos, que el hombre utilice la palabra para comunicarse, los taurinos no la usen, entren al trapo de las provocaciones anti, y agredan físicamente a nuestros agresores. 
Es pues intolerable bajo mi punto de vista que ambos bandos se lleguen a las manos, pues a partir de ese momento, el toreo pierde la dignidad que a tanta gala tiene y ha tenido históricamente. No podemos rebajarnos a los agresores y enemigos de la fiesta. Nosotros somos orgullosos de lo que tenemos, ladeamos el peligro, representado por el toro, incluso a nuestros enemigos, y glorificamos la muerte en el rito ancestral de la vida. Se que esto es muy difícil de entender para quienes confunden la ternura, con el odio, y el diálogo con áspides. Y no miran en sus almas las manchas de suciedad que produce, la bilis que arrojan en las arcadas de la madrugada.
Los profesionales que viven del toro necesitan reflexionar sobre lo que está ocurriendo, y armarse de razones para seguir defendiéndose. Pero razones de palabras, y no razones de puñetazos como los que recibieron los anti de las manos de los subalternos, en Marbella.

Para salir al paso de la verdad de los acontecimientos allí ocurridos, y para poner las cosas en su lugar, se debería hacer un poco de historia para entender a lo que hemos llegado. Argumentos, repito, escritos en este blog, bajo el formato de artículos de opinión y de crónicas de festejos.
Tengo que recordar que cuando un tal Soriano, propició en la Junta de Andalucía, un Reglamento Taurino, que luego adoptaron casi el resto de las comunidades autónomas, gran parte de los interlocutores fueron profesionales del toro, haciendo y deshaciendo a su antojo artículos que les beneficiaban a ellos y desprotegían al aficionado.
Tengo que recordar, que los propios profesionales hasta hace bien poco, han solicitado a gritos, y por carta, que la policía desapareciera de las plazas de toros, dejando su organización y dirección a los taurinos.

No puedo obviar, todo el mundo que me conoce lo sabe, que soy un férreo defensor de la autoridad en este espectáculo, y siempre me opuse a que la policía fuera cesada de los palcos. El tiempo me da la razón, pues los criterios en la ética de los festejos han cambiado, en detrimento de la afición, por ejemplo no por dar mas orejas el espectáculo ha sido cumbre. Sin embargo como demócrata que me considero, he entendido que los seglares ocuparan los palcos presidenciales.


Y dicho todo esto me preocupa que lo que trascienda de la corrida de Marbella, no sea el gran triunfo de Morante, sino que la policía no actuó a tiempo. ¿A tiempo de qué, señor Morante? A tiempo de darle hostias también, como lo hicieron miembros de sus cuadrillas, a los anti? ¿Verdaderamente esa es la opción a emplear contra los que nos atacan? Dice usted que se siente desprotegido. Pues sepa que la policía está para protegerle, pero no como y cuando usted quiera, sino como ocurre con toda la ciudadanía por los cauces legales, y si no nos gustan, los demócratas podemos cambiarlos. Los violentos, no cambian nada, solo la libertad, por la cárcel, a donde por cierto usted y sus compañeros se libraron de ir, porque hubo un delegado gubernativo que tuvo la templanza y serenidad suficiente para entender la situación. Además, usted que calentó el cotarro del cambio de reglamento y de aquello de fuera la policía de las plazas, fíjese ahora como los necesita. Los necesitamos todos. Porque seremos todos unidos y sin violencia, los que intentemos arreglar esto. 

Y una cosa más, los que están moviendo en las redes sociales iras contra la policía, no son justos, pues por cuestiones físicas los primeros que llegaron a neutralizar a los antis que saltaron al ruedo, fueron como es natural los subalternos que estaban en él. Luego saltó algún policía, y si lo hizo fue contraviniendo el Reglamento Taurino de Andalucía y el Reglamento Nacional, pues en sus artículos 71.5 y 34.4.5 respectivamente, dice textualmente: “El espectador que durante la permanencia de una res en el ruedo se lance al mismo, será retirado de él por las cuadrillas y puesto a disposición de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que se encuentren en la plaza.” Y exactamente, eso fue lo que pasó en la plaza de Marbella. De manera que convendría por el bien de todos buscar un consenso entre los participantes en este espectáculo, grande, muy grande, para posicionarnos frente al enemigo, en vez de buscar culpables donde no los hay. 

Los taurinos y la autoridad de este espectáculo no somos los malos. Los malos son ellos, los antis, que no son demócratas. Nosotros somos gente educada, pedimos permiso, ladeamos el peligro y glorificamos la vida, como siempre, por encima de la muerte. Si los que nos atacan no entienden esto es que no son humanos, son otros animales de la misma especie que las bestias.

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