la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 11 de agosto de 2015

QUIERO SER ANTITAURINO / por Antolín Castro


Este se lo pasa bien haciendo de las suyas 
reiteradamente sin que le pase nada


"...Tal y como andan ahora las cosas, los políticos que nos gobiernan, las tendencias sociales, etc., es mejor querer ser antitaurino. Si lo eres perteneces a ese grupo de personas que deciden todo lo que sucede en su entorno, encuentras colegas para ir de ‘marcha’ a manifestaciones contra las corridas de toros; en fin, que te enrollas bien con gentes que tienen en su quehacer diario el alto deber de ir prohibiendo cosas a los demás por el mero hecho de no gustarte a ti..."


QUIERO SER ANTITAURINO

España
Antes, hace ya algunos años, los niños soñaban con ser toreros y, como mínimo taurinos, aficionados a la fiesta de los toros. Hoy no, ya desde muy chicos quieren ser antitaurinos.

Hay razones para ello. La primera es que se trata de una opción individual de la libertad de las personas, de los ciudadanos, y uno puede ser lo que quiera. Antiguamente había quien quería ser cura aunque ahora haya menos; ahora hay más que quieren ser gays aunque antes no era una opción muy considerada; no hace mucho gustaba la canción española mayoritariamente, hoy gusta más que se cante en inglés; antes, como decíamos, había algunos que querían ser toreros y muchos aficionados, llevaba un respeto implícito, hoy es al revés, si odias los toros te respetan, incluso con exceso.

Tal y como andan ahora las cosas, los políticos que nos gobiernan, las tendencias sociales, etc., es mejor querer ser antitaurino. Si lo eres perteneces a ese grupo de personas que deciden todo lo que sucede en su entorno, encuentras colegas para ir de ‘marcha’ a manifestaciones contra las corridas de toros; en fin, que te enrollas bien con gentes que tienen en su quehacer diario el alto deber de ir prohibiendo cosas a los demás por el mero hecho de no gustarte a ti.

Para ello utilizarás argumentos que no necesitan de estudio alguno, no tendrás que romperte la cabeza analizando ni el cómo ni el dónde ni el porqué, solo te pondrás enfrente de esa opción elegida por otros y pedirás su prohibición y en ningún caso te verás obligado a pedir que se prohíban las drogas, por ejemplo, que, como es sabido, son menos dañinas para nuestros niños, jóvenes y ciudadanos del futuro.

Por si todo eso fuera poco, es decir oponerse sin necesidad de conocimientos del medio, podrás insultar a cuantos se posicionen en el lado contrario, tildándoles de asesinos para arriba por permitir que se maten toros en las plazas, obviando que millones de animales mueren en el mundo en el mismo tiempo que se matan seis toros en una plaza, para el consumo de todos nosotros, los de un lado y otro y a veces para ningún consumo.

Podrás obviar también que nadie haya establecido una lista de prioridades para saber qué animales merecen buen o mal trato, por lo que aquellas moscas, avispas, mosquitos, cucarachas, arañas, ratones y demás animales que todos matamos no pasan a engrosar el expediente de asesinos que todos hemos desarrollado y llevamos dentro. Un privilegio ese de poder decidir sobre qué animales merecen morir a la vista de cualquiera, pero queriendo evitar que el toro sea uno de ellos.

De nada te han de servir los argumentos de los taurinos de que el toro vive bien durante varios años y que otros no tienen esa suerte, contando además con que las hembras bravas viven siempre, lo que no se da en ninguna otra especie; no necesitarás tantas explicaciones para pedir su abolición y, consiguiente, exterminación de una raza; no tendrás que hacer caso a tantos argumentos, tú a lo tuyo: a prohibir e insultar, imitando a tanto líder político moderno.

Pero hay más, tendrás derecho a interrumpir el desarrollo de una corrida de toros, lucir en tu piel consignas antitaurinas y no te pasará nada. La policía que todos pagamos está para protegerte a ti de que un ‘aficionado chalado’ no te de una ensalada de hostias.

Así, campando a tus anchas, insultando al nivel que quieras, interrumpiendo un espectáculo público, gozando de la protección policial, etc., serás uno de los ciudadanos más privilegiados de este país y hasta puede ser que en cualquier ayuntamiento te den hasta una concejalía… de educación y cultura a ser posible.

No hay duda que es fácil escuchar esta frase: mamá quiero ser antitaurino.

***

No hay comentarios:

Publicar un comentario