"...Hasta no hace muchos años cuando queríamos palpar la bondad acudíamos a los templos, a Cáritas, a Manos Unidas -al Parlamento de España seguro que no- y a otros lugares de culto donde, como explico, allí anida la bondad. Ahora todo ha cambiado y si de bondad hablamos tenemos que ir a los toros, eso sí, tiene que torear Morante y sus adláteres y de dicha forma hablaremos de bondad en el gran sentido de la palabra porque, insisto, los animalitos de ayer no tenían fuerzas, ni casta, ni bravura, ni siquiera parecían toros de lidia..."
Alabanzas para Zacarías Moreno
Pla Ventura
Toros de Lidia / 6 febrero, 2022
Los videos que ayer pudimos ver en torno a la celebración de la corrida de toros que se celebró en Valdemorillo, nos han demostrado que vivimos equivocados los que pedimos la autenticidad del toro íntegro, bravo y con casta. Sí, porque unos animalitos indefensos con una nobleza extraordinaria sustituyeron en dicha plaza a lo que otras veces hemos visto que, como se barrunta, era el toro en su pujanza. Ha tenido que ser Zacarías Moreno, un ganadero de nueva ola el que nos haya situado en la realidad del momento en que vivimos puesto que, clamar porque aparezca el toro es tarea baladí, un absurdo en toda regla.
Hasta no hace muchos años cuando queríamos palpar la bondad acudíamos a los templos, a Cáritas, a Manos Unidas -al Parlamento de España seguro que no- y a otros lugares de culto donde, como explico, allí anida la bondad. Ahora todo ha cambiado y si de bondad hablamos tenemos que ir a los toros, eso sí, tiene que torear Morante y sus adláteres y de dicha forma hablaremos de bondad en el gran sentido de la palabra porque, insisto, los animalitos de ayer no tenían fuerzas, ni casta, ni bravura, ni siquiera parecían toros de lidia pero, lo que se dice bondad, les chorreaba por las pezuñas. Quiero decir que, ya hemos visto el primer entrenamiento de las figuras, pero con gente en la plaza porque, Valdemorillo era un hervidero de gentes del clavel, toreros retirados, políticos, cantantes, restauradores, en definitiva la flor y nada de Madrid. Aficionados no había muchos y del tendido siete de Madrid, ni uno. Eso sí, me estoy olvidando de todos los lacayos del poder que todos contaron y cantaron al unísono la grandeza de un espectáculo «inenarrable», que así debió de ser porque uno de los portales adictos al poder, en su ficha técnica del espectáculo daba como «novillada» la memorable corrida de toros. Eso sí, con un presidente que quería estropear el hombre la fiesta cuando le negó la oreja a Morante. ¡Cómo sería el esperpento! En realidad, lo imaginamos todos al ver los toros que se lidiaron.
He leído por ahí a un interesado en que todo saliera bien y calificaba el espectáculo como histórico, primero en el lleno de la plaza que, como dije, de no haberse agotado el papel aquello tenía que haber sido de juzgado de guardia. Calificar como algo histórico que Morante mate una corrida adulterada en un pueblo con una plaza con capacidad para poco más de cuatro mil personas, imagino que la propina que recibirá el interfecto escribidor debe ser de aúpa. Hay que ser juntaletras para decir semejante estupidez, como el que hizo la crónica que, por error, dijo que se trataba de una novillada. Claro, estaban todos tan emocionados ante un evento de tanta magnitud que, por lo que deduzco, a algunos hasta les traicionó el subconsciente. Aunque fuera por error, no le faltó razón al que, sin pretenderlo calificó dicha corrida como una novillada.
Pese a tanto botafumeiro, algo falló. Si los toros eran hermanitas de la caridad por su bondad, los toreros eran primerísimas figuras, el público a favor al igual que en la grandes tardes en el Santiago Bernabéu en que el Real Madrid ya se le da el triunfo sin haber jugado el partido. Todo estaba a favor, empezando por el ayuntamiento que se encargó de difundir el espectáculo para que lo más granado de Madrid acudieran al pueblo, al final solo se cortó una orejita por parte de Diego Urdiales que, con todo lo que ha penado este hombre, ver que ahora es todo tan sencillo como él nunca imaginara, se frotará las manos de alegría porque, reitero, algo debió de fallar de forma estrepitosa porque, con toda seguridad Urdiales no falló. Que cada cual saque sus conclusiones. Eso sí, de allí se marcharon todos felices porque lo que allí acudieron, la grandeza del toreo en su faceta más pura les importa lo que a mi Pablo Iglesias. Estuvieron todos con las figuras, vieron el toro amorfo, endeble, santificado, sin picar y todos los demás requisitos que exigen las figuras pero, como aquello era una reunión de amiguetes, al final, se abrazaron y todos marcharon contentos.
Eso sí, puedo afirmar que tal y como está el toreo en la actualidad, Zacarías Moreno no se le quedará ni un solo animalito en la dehesa, se los quitarán de las manos, si es que Morante no se los ha pedido ya todo, cosa que no dudo en lo más mínimo, A Luís Uranga le costará encontrar comprador para sus toros y si pretendiera lidiadores de primer nivel, es decir, las figuras, no lidiaría ni un solo animal. O sea que, tenemos que contentarnos con lo que tenemos, al menos eso es lo que intentan por todos los frentes. Los taurinos son lo más parecido a Pedro Sánchez, aunque todo lo hagan mal, hay que vitorearles. Prefiero morir con mi verdad antes que estar arrodillado ante estos mercachifles de la adulteración del espectáculo.
Plaza de toros de Valdemorillo (Madrid).- Segundo festejo de la Feria de San Blas y La Candelaria, novillada. Reses de Zacarías Moreno para Morante de la Puebla, Diego Urdiales y Daniel Luque. Cartel de ‘No hay billetes’ en las taquillas.
Ficha del festejo:
Morante de la Puebla, ovación tras petición y vuelta al ruedo
Diego Urdiales, oreja y saludos
Daniel Luque
Entonces, por tofo lo leido, la o el "juntaletras" mencionada/o, de toros debe entender poco, y más ha escrito un artículo tipo el NODO, para mayor gloria de un bolsillo agradecido y deudor de alagos remunerados que por el bien de la fiesta y del toreo. Si es que al final los ayuntamientos y equipos de gobierno no deberían estar involucrados ni involucrar el dinero publico en los eventos taurinos, la política lo mancha todo y la carne del hombre es débil y resta nobleza al espectáculo.
ResponderEliminar