"..¿Quién no se ve volar, navegar por los sueños y buscar en ellos faenas de Puerta del Príncipe? ¿Y atravesarla en volandas agarrando con fuerza los despojos del triunfo? Cuando mañana jueves suene de nuevo al atardecer del día el característico sonido del cerrojo del portón de cuadrillas será señal inequívoca del comienzo de los deseos.."
Manuel Viera
Burladero/10 de julio de 2024
Son dieciocho los escogidos. Seleccionados por querer y, quizá, por poder ser alguien importante en el toreo. El valor, la originalidad, la sensibilidad y la elegancia de sus formas son irrealidades aún por mostrar. Deseos admirables que ya han empezado a exponer en la primera noche de toros de este mes de julio en la Maestranza de sus fantasías. Otros esperan ilusionados, dignos de ser comentados, animados, nombrados en las páginas taurinas de un periódico.
¿Quién no se ve volar, navegar por los sueños y buscar en ellos faenas de Puerta del Príncipe? ¿Y atravesarla en volandas agarrando con fuerza los despojos del triunfo? Cuando mañana jueves suene de nuevo al atardecer del día el característico sonido del cerrojo del portón de cuadrillas será señal inequívoca del comienzo de los deseos.
Cuando se abra la puerta de chiqueros y el eral irrumpa en el ruedo hablarán por sí solo y no a través de lo imaginado. Aportarán cualidades y calidades en la importante cita nocturna para que no haya lugar a la confusión. Aunque el resultado final rompa ilusiones o, por el contrario, lo eleve a la categoría de triunfador de la noche más soñada.
A partir de las veintiuna horas otros seis privilegiados aspirantes a toreros, tendrán la oportunidad de decir el toreo como ya lo dijo Pepe Martínez el pasado jueves, con el pluralismo estético y admirable de su arte, en la tierra dorada del ruedo maestrante.
El secreto para que tal cosa vuelva a suceder no es fácilmente revelable. Sólo, quizá, se halle en la complejidad de significados que acontezcan en estas noches de julio de toros sevillana. Escucharán los oles y apreciarán los silencios, entre lo posible y lo imposible, en ese instante fugaz por el que ha de pasar ese toro de ensueño. De todas formas, descubrir actitudes y facultades de quienes pretenden ser toreros es uno de los mejores disfrutes para cualquier aficionado que se precie. Y también el divertimento deseado para esa otra gente, familias completas, que ocupan tendidos y gradas dispuestas a tapear mientras jalean lo que sucede en el ruedo. Ahí es nada.
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