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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 10 de abril de 2024

SEVILLA. LA BRAVURA SE ESCRIBE CON S Y D, Y TRATAMIENTO DE DON / por Juan Miguel Núñez

Enhorabuena, don Santiago Domecq
¡Y AHORA, A POR MADRID!

"..Con ese trapío y hechuras, el tipo de toro por estampa ideal. Y la forma de embestir, fieros y nobles, la bravura soñada. Se agotan los calificativos para ensalzar las virtudes que tuvo esta corrida de Santiago Domecq.."

LA BRAVURA SE ESCRIBE CON S Y D, Y TRATAMIENTO DE DON

Juan Miguel Núñez Batlles
No soy partidario de escribir sobre lo que no se ve en vivo y en directo, mas aún después de muchas "guerras" contadas con el sentimiento que da la realidad. Los hechos o sucesos hay que relatarlos, y no digamos si además se opina sobre ellos, en su verdadero contexto, cuando uno ha estado presente. Postulado fundamental de la actividad periodística. Aunque vaya usted a saber en estos tiempos dónde y cómo están los principios, si es que queda alguno de esta otrora sagrada profesión de informar. En los toros se puso también de moda ese periodismo miserable de hacer la crónica de la corrida vista por tv, fuera de ambiente, o todavía peor, influenciado por los comentarios de unos entusiastas relatores que no siempre narran la película que se proyecta. Y a estas alturas tampoco es cosa de pedir cuentas a nadie, cuando quien tiró la primera piedra fue alguien que ya no está entre nosotros, que para mayor asombro iba de duro y de puro. Es lo que hubo, y lo que hay.

Pero como siempre se ha dicho que en ocasiones el gozo está en el pecado, por esta vez no me voy a resistir, dejándome caer en el mismo desliz que crítico. Solamente me voy a ceñir a un apunte, nada de crónica, quede claro, que se me hace irresistible después de disfrutar, y de qué manera, con la presencia y el juego de los toros de Santiago Domecq, este martes, en Sevilla. ¡Qué pedazo de corrida de toros! Seis de seis.  

Cómo salieron y embistieron los seis toros. 

Con ese trapío y hechuras, el tipo de toro por estampa ideal. Y la forma de embestir, fieros y nobles, la bravura soñada. Se agotan los calificativos para ensalzar las virtudes que tuvo esta corrida de Santiago Domecq. 

La pena el gran fiasco del presidente, a quien no habría que dar relevancia alguna después de las sonoras broncas que provocó por su ¿ineptitud, o chulería? negando tantas evidencias triunfales que tuvo el envío del muy honrado y respetable ganadero jerezano. A este hombre, triste protagonista de escándalos por su provocadora conducta, que unas veces da de más y otras de menos,  caso que nos ocupa, habría que pedirle que deje ya el puesto. 

Se da el caso de que estuvo cesado un tiempo como presidente de esta plaza de Sevilla, pero no se sabe qué argucias se trajo para volver. Como lo que maniobró para fundar y presidir una asociación de presidentes que estaría en contra de la actual y legalmente constituida, cuya junta directiva quiso presidir, sin embargo, no salió elegido en las votaciones al efecto. Luque, váyase ya sin comprometer más a quien le mantiene en "el palco". Y deje que destaquen cada tarde de toros los verdaderos protagonistas de la corrida.

Por eso antes de cerrar este comentario abundando en las alabanzas al ganado,  se hace justo cantar también los méritos de un importante, o mejor aún, importantísimo David de Miranda, a la altura de la brava corrida. Pudo haber cortado una oreja de su primero si no se le atasca el descabello. Y se llevó las dos en el del gran suceso de la tarde, pues lo suyo fue también el acabose con la oportuna, primorosa y rotunda actuación que cumplió en ese gran quinto, el toro "Tabarro" para el que la plaza pidió el indulto con absoluta unanimidad. Sin duda, David de Miranda puso lo suyo para que el bravo, bravísimo animal luciera sus excelencias. 

Pero, ay, el presidente obvió hasta el pañuelo azul de la vuelta al ruedo en el arrastre. ¿En qué manos está el espectáculo de los toros? O, parafraseando a aquel vociferante, a veces intransigente y siempre insistente protestón del Tendido 7 de Las Ventas, ¿a quién defiende esta "autoridad"?

En fin. No obstante, nada debe opacar otros méritos en la tarde. Como igualmente los de José Garrido, en un gran momento de su carrera, que se ganó otro trofeo que le debe valer para que se fijen más en él las empresas. Y justificar a Leo Valadez, que superó los inconvenientes de una seria voltereta para cumplir una digna actuación. 

Y punto final en este comentario con el que he pretendido, sin duda, alabar al toro, del que siempre se ha dicho que es el gran protagonista de "la Fiesta". Una bravura que desde ya se escribe con "S" y "D", y tratamiento de "Don".

Enhorabuena, Don Santiago Domecq.

¡Y ahora, a por Madrid!

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