Ni Fiesta ni Nacional
Ricardo Díaz-Manresa
27-abril-2011
Ni Fiesta ni Nacional. Mucho más. Un gran sentimiento emocionado y un espectáculo internacional. No se puede buscar diversión en algo en que algún torero muere de vez en cuando y el toro, salvo los indultados, siempre. Y donde a diario hay sangre. ¿Diversión? ¿Fiesta? ¿Ir a pasarlo bien?
De un ser humano que se divierte cuando otro está lleno de miedo, o sufre una cornada o está latente el riesgo o las pasas canutas se puede decir poco bueno. O aunque triunfe y domine clamorosamente. No es fiesta, ni diversión, ni divertimento. Es otra cosa. Mucho más.
Tampoco cabe la palabra trabajo aunque los espectadores –los zafios- le pidan al espada que trabaje o le reprendan con frases como hoy no tiene ganas de trabajar.
¿Y nacional? La Fiesta Nacional es el 12 de octubre, teóricamente la de todos los españoles. Los toros, por su parte, están prohibidos en Cataluña y mirados con lupa en Galicia y en debate permanente ahora en otros muchos pueblos. ¿Se puede llamar a esto nacional?. Para merecerlo, además, tendría que ser con diferencia el primer espectáculo de masas. Más que nacional, española, porque nació, se inventó y se desarrolló en España. E Internacional después de la suprema lección que nos ha dado Francia y por lo que siento vergüenza española ante los franceses.
Creo que lo de Fiesta Nacional no le hace ningún favor en estos momentos para defensa, mantenimiento o promoción al espectáculo taurino. Primero porque los antitaurinos se rebelan con lo de Fiesta cuando ellos creen que hay tortura. Y lo de nacional porque un sector geográfico o poblacional, sobre todos los de algunas autonomías que se autocalifican de históricas, la rechazan. Y porque –insisto- es una fiesta internacional con cabida y desarrollo en Portugal, Francia, México, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador etc que sobrepasa por tanto el término, significado y definición de nacional. Y nacional es lo perteneciente –repito perteneciente- o relativo a una nación. Y nacional es el natural de una nación.
¿Qué es Fiesta? Miremos al diccionario ahora que tan poca gente lo hace. Fiesta es alegría, regocijo o diversión, chanza o broma. No encaja. Fiesta es también el día en que la Iglesia celebra con mayor solemnidad que otros, como los domingos, Pascua y demás fechas especiales. No encaja tampoco.
Fiesta es asimismo día en que se celebra alguna solemnidad nacional y no se trabaja. O regocijo dispuesto para que el pueblo se recree. Agasajo, cariño u obsequio que se hace para ganar la voluntad de uno o como expresión de cariño. Y por supuesto función de gran convite, baile o regocijo. O las fiestas del calendario laboral o religioso. O el día de la Patrona o el Patrón de un país. Se dice estás de fiesta cundo te encuentran alegre y simpático.
O sea, ninguna de estas definiciones –aunque alguna encaja más- se puede aplicar, en mi modesta opinión, a la llamada –mal llamada- Fiesta Nacional. Así que tengamos la fiesta en paz. Aquí en España, el 12 de octubre. ¿En qué quedamos? ¿Es todos los días en los que se celebran corridas o El Pilar, La Hispanidad, la Raza, la de los hermanos de Hispanoamérica y nosotros?...
No es fiesta sino sentimiento y cultura. Es decir, emociones del alma. La exministra de Cultura, Carmen Calvo, a la que no recuerdo por nada como miembro del Gobierno pero que como defensora de los toros lo hace muy bien, dice :”Vosotros no matáis un toro. Creáis arte” (sentimiento) y añade: “Si un Consejo de Ministros entrega la Medalla de las Bellas Artes al toreo y lo hace mediante un acta con valor jurídico, es algo verde y con asas. Es que esto es cultura y todas las actividades taurinas son cultura sin excepciones” (Cultura igual a formación y no a fiesta).
Y remata la señora Calvo : “ Se cuenta con jurisprudencia, es un espectáculo legal, reconocido por la Ley y avalado por gestos institucionales del propio Ministerio de Cultura cuando concede la Medalla de Oro al Mérito Taurino de las Bellas Artes. Es un reconocimiento explícito del Gobierno y del Estado. El toreo es cultura y es arte”.
El toreo –lo he leído y oído muchas veces- es el arte de las artes, ya que en una tarde de toros se conjugan todas las demás artes : la música, la poesía, la escultura, la danza, el teatro, la pintura… Ya lo ven : no es fiesta, es muchísimo más.
Y relean, mediten y apréndanse esta pieza maestra del Nobel, y muy taurino, Mario Vargas Llosa : “Conquista las emociones y las sensaciones, esa facultad de percibir lo inefable, lo innominado, que fraguan la sensibilidad y la intuición, exactamente igual como ocurre con la poesía y la música”. Leo emociones, sensaciones, sensibilidad, intuición, pero no fiesta.
También Boadella mete el hombro, bien metido : “Es el único espectáculo que muestra de forma real y al mismo tiempo metafórica todos los elementos esenciales que confluyen en la existencia humana:
- La valentía
- El miedo
- El valor
- La inteligencia
- La astucia
- El dolor
- El honor
- El conocimiento
- La dignidad
Lo que representa sentir el pánico sin mostrarlo, el enfrentamiento entre la naturaleza racional, el triunfo, el fracaso y, cómo no, el arte”.
Tampoco veo fiesta en ninguno de estos conceptos, que son mucho más elevados.
Podríamos resumir que el toreo es la inspiración eterna para todos los grandes genios que envuelven las distintas artes, por su belleza, verdad, grandeza, emoción y sentimiento.
Por tanto, insisto y acabo : ni es fiesta ni nacional. Para mí.
En mi vida he ido a divertirme a los toros. Ni iré. He ido –y seguiré yendo- a ver a unos héroes, que hacen lo que dicen Mario Vargas Llosa y Albert Boadella en una actividad única y excepcional y que remacha muy bien Carmen Calvo.
He dialogado varias veces con mi hija sobre los conceptos Fiesta y Nacional y no parece muy de acuerdo conmigo. Expongo sus argumentos para los que piensen como ella. Es nacional –dice- porque la inventamos en España y es por lo que más se nos conoce fuera de nuestras fronteras. Es nuestro icono mundial.
En cuanto a lo de Fiesta, me recuerda que había muchas fiestas religiosas que tenían una parte de la celebración no desdeñable en el sacrificio de un animal. En el templo de Jerusalén la ley judía obligaba a llevar animales de regalo para el sacrificio. Las dos tórtolas en la presentación de Jesús en el templo, por ejemplo.
Añade que hay muchos conceptos de fiesta y que en todas las de España hay un espectáculo taurino o varios como plato fuerte. Por tanto, hay vinculación entre fiesta y toros. Y que sí, que el toreo es algo más que fiesta, algo más, mucho más, que una Fiesta.
Podría empezar el debate.
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