Técnica depurada y firmeza de pies del debutante diestro Javier Castaño, donde igualmente le quito la ocasión de “tocar pelo”.
Fotos: Fernando Zambrano
Nueva lección de toreo a la jineta del rejoneador navarro
Hermoso de Mendoza:
Nueva lección de toreo a la jineta del rejoneador navarro
Hermoso de Mendoza:
ABC del arte del rejoneo contemporáneo
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
SAN CRISTÓBAL (Enviado Especial).- La corrida iba por el camino del
tedio. El envío de la ganadería de El Paraíso ha sido una verdadera gallumbada,
limpieza de potreros o vaya usted a saber. Uno a uno dichos astados dieron
impresión de corraleados e incluso otras cosas más que sería gravísimo definir.
El dije con la que el jabonero segundo se plantó en el ruedo fue la guinda de
una situación que deben de tener muy en cuenta la sociedad de jóvenes ganaderos
con las que Don Jerónimo Pimentel dejó sus hierros tanto en Colombia como
Venezuela. Preocupante y lamentable que el esfuerzo de Pimentel por sembrar el
toro bravo en Suramérica se diluya de esta manera.
Pero saltó
a la arena en el último cartucho de la tarde Pablo Hermoso de Mendoza y todo
fue alegrías. Para ello se encontró con un buen toro que le hizo expresar a
plenitud las cualidades de sus equinos toreros. Es el toreo a la jineta en su
más completa versión. Repito que difícilmente y solo elegidos logran la
compenetración como la que Hermoso hace con sus caballos. Y allí están los
resultados.
Ya lo
señalaba. Un quinario la corrida de mansedumbre contando para ello con toreros
como del debutante Javier Castaño de sobrados recursos. O las ganas de
justificarse ante lo infumable que fue el primero del lote de Rafael Orellana. Ni
Pablo Hermoso había logrado colocar en vereda la tarde frente al tercero. Y
para rematar se parte un pitón el 4º de la corrida y tenemos que esperar poco
más de media hora para ver en el ruedo el zambombo sobrero, de serio trapío que
impuso su ley en el tercio de varas, provocando tres tumbos al varilarguero
Segundo Ramírez.
Javier
Castaño tuvo en el que abrió plaza momentos de méritos a reconocer. La
rotundidad con la que manejo las telas sobre la mano diestra, y la firmeza de
faena en los medios hizo que el toro rompiera sobre todo por el pitón derecho,
donde se explayo el coleta salmantino, sobre un palmo de terreno de la pesada y
grumosa arena sancristobalence. Faena de maciza estructura que iba camino a
premio luego del soberbio volapié con la que dejo la espada en lo alto. Pero el
toro se amorcillo y hubo de necesitar cuatro golpes con el verduguillo.
El desorden
de lidia del cuarto bis fue lo esperado ante la seria percha del remiendo de
Juan Bernardo Caicedo. Aquí nuevamente Castaño aplicó el teorema de una lidia
de inteligencia, pausas y aguante ante las embestidas bastotas del astado, el
cual permitiría lucimiento sobre la zurda mano por la que Javier apostó y literalmente
ganó la partida al bruto. Una pena que el espadazo que presagiaba efectos
toricidas fulminantes no resultara y nuevamente con el descabello en tres
ocasiones dejara ir la que de seguro era oreja a ley.
Orellana ha
pechado con la cara y cruz de la moneda en cuanto a toros se refiere. Pregonao
de maldad y aviesas intenciones fue su primero del lote, animal que desde su
misma salida de capote se vencía por ambos lados, haciendo por el torero y por
quien se le colocara enfrente. Orellana quiso justificar lo injustificable resultando
volteado afortunadamente sin consecuencias que lamentar. Fueron necesario cinco
viajes con el acero para despachar tal regalito, lo que le agradeció los
presentes.
Pero la
bondad y nobleza del “zapatico” segundo suyo fue base para una labor preñada de
entrega y voluntad de parte de Orellana donde abuso de las cercanías de
terrenos a un toro el cual no dejo respiro entre pase y pase. La excepción que
supuso «Bullidor» del envío de El Paraíso dejó en bandeja de plata lo que pudo
haber sido un triunfo necesario, tras haberse pasado por bajo, por alto, por la
espalda y ajustado a su cuerpo los noblotes viajes. Faena que comenzó en los
medios cambiando por la espalda y de rodilla la embestida, y remató de dos
viajes con el acero y tres descabellos, llevándose con ello las orejas de
triunfo. La vuelta al ruedo supo a gloria a tenor de cómo había resultado la
corrida para los de a pie.
Y vamos con
Pablo Hermoso. Lo señalamos en crónica anterior, que este rejoneador ha
marcado un antes y después para el toreo
a caballo. Es algo similar a lo que el “Pasmo de Triana” supuso para el toreo a
pie. Eso es Pablo Hermoso. Y afortunadamente le vimos con un toro que
posibilitó el milagro del toreo a la jineta en su máxima expresión. Lo hizo
ante «Tinajero», bravo ejemplar de Rancho Grande donde desplego Hermoso parte
de su arsenal de técnica con sus caballos. «Silveti», «Dalí», Churrumay» fueron
protagonista de cites, quiebres, remates y cabriolas en las salidas de enorme
expresión de cara al tendido. La cercanía de Pablo al clavar al estribo y el
aprovechamiento de terrenos para dejar en lo alto tanto rejones como
banderillas han dejado en evidencia la perfección de un arte que expresado a
este nivel invoca aires de grandeza a dos ejemplares de suprema belleza: el
toro de lidia y el caballo.
El
fulminante rejón de muerte, contrario y caído hizo que el bravo pupilo de Hugo
Domingo Molina rodara “pata arriba” en la misma puerta de toriles y con ello la
concesión de las dos orejas y la merecida vuelta al ruedo al toro a sus
despojos.
Previamente
Hermoso de Mendoza se había labrado una actuación un tanto fría con el ejemplar
de El Prado que enlotó en primer lugar. El fallo en rejones de castigo así como
las marcadas querencias de tablas, apretando el toro hacia ellas a los
caballos, dejo su actuación tras rejón caído y contrario en tímidas palmas.
La salida a
hombros en loor de multitudes ante una afición rendida resume lo que ha sido un
precedente y lección a futuro para el aficionado y público en general de lo
grande que es el toreo cuando tiene como interpretes genios tocados por la suerte
de llegar al máximo nivel. Y uno de ellos es Pablo Hermoso…
Nueva
apoteosis de Pablo Hermoso, al cortar las dos orejas única de ayer en la
tercera corrida de la FISS
Rafael Orellana
En sus
manos tuvo la posibilidad del triunfo, pero la espada se lo privó
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros
Monumental “César Girón” de Pueblo Nuevo. III corrida de abono.
Con poco menos de tres
cuartos de plaza (Aproximadamente 11000 personas), en tarde entoldada y ventosa,
se han lidiado toros de EL PARAÍSO (Jackson Sandoval) dispares de presencia,
mansos y desarrollando peligro sordo el 2º, resultando el mejor del lote el
corrido en 5º, noble hasta que se paró. Se lidiaron para rejones toros de EL
PRADO (3º) y RANCHO GRANDE (6º) el primero áspero y de marcada querencias a tablas.
El otro, bravo, con largo recorrido premiado con la vuelta al ruedo, llevando
por nombre «Tinajero» N° 149 de 455 kilos. De sobrero se corrió un toro de JUAN
BERNARDO CAICEDO (4º bis) mansurrón que se dejó por el pitón derecho,
protagonizando particular tercio de varas.
Pesos: 460, 442, 442,
550, 446, 455
JAVIER CASTAÑO (Azul rey y oro con cabos blancos), silencio tras aviso y palmas tras
aviso.
RAFAEL ORELLANA (Azul Bilbao y oro), silencio y vuelta al ruedo tras aviso.
PABLO HERMOSO DE MENDOZA (A la usanza rondeña), palmas y dos orejas.
INCIDENCIAS: Festejo el cual comenzó con 15 min de retraso. *** Igualmente se retrasó
la corrida casi 30 minutos para la salida del toro sobrero. *** Escasa
distribución de programas oficiales para los medios de comunicación. *** En
general las cuadrillas lucieron desubicadas y poco atentas a la lidia que
plantearon los toros, en algunos casos convirtiendo en verdadera capea lo
acontecido en el ruedo. *** Castaño debutó en Venezuela con el toro «Alcahuete»
N° 89 de 460 kilos de El Paraíso.
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Fandiño de nuevo destacado
en el festival nocturno de feria
Nuevamente
el debutante diestro vasco, Iván Fandiño,
ha sido el más destacado del festival taurino a beneficio de la Escuela Taurina
“César Faraco” de la ciudad de San
Cristóbal el pasado viernes. El mencionado coleta ha cortado las dos orejas de
su ejemplar, perteneciente al hierro de Rancho Grande, al igual que el espada
local Marcos Peña “El Pino”. Una
oreja cercenó así mismo el rejoneador José
Luis Rodríguez.
Con poco
más de un quinto de plaza, en noche calurosa , se han lidiado reses de la
ganadería Rancho Grande y Los Aranguez (1º) en su conjunto
ásperos y a menos en la muleta, destacando el recorrido de lidiado en tercer
lugar.
Por su
parte los alumnos de la Escuela Taurina de San Cristóbal y de Mérida, David González y Camilo Cepeda han estado voluntariosos y con deseos de agradar,
ante erales de complicado comportamiento en los engaños.
Los
diestros Juan José Padilla y El
Fandi fueron baja en el festival horas antes de iniciar el mismo por
distintas razones, el primero por estar lesionado del tobillo y el segundo no
haber arribado a la ciudad tachirense.
José Luis Rodríguez, oreja.
Javier Castaño, silencio.
Marcos Peña “El Pino”, dos orejas tras aviso
Iván Fandiño, dos orejas.
David González, palmas.
Camilo
Cepeda,
palmas
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