Sevilla, viernes 27 de septiembre de 2019
Las figuras y los grandes empresarios deberían haber sido los que “tomasen el toro por los cuernos”, haberse puesto a la cabeza y haber dicho: ¡vamos para adelante! Si tengo que torear por el 50, el 30 o solo el 10 % de lo que habitualmente es mi caché, lo hago; si tengo que arriesgar, arriesgo, y lo hago para ayudar a la Fiesta, a la que debo tanto; si ahora hay que apoyarla para salvarla, aquí estamos nosotros los primeros, para que los aficionados puedan ver toros.
Creo que es un error
Rafael Comino Delgado
AplausoS / 6 Agosto 2020
Esta temporada se van a celebrar algunos festejos en plazas de segunda y tercera, pero pocos. Se han suspendido prácticamente todas las ferias importantes, empezando por las de Valencia y Castellón, si bien, desde mediados de julio hacia adelante, se podían haber celebrado muchas corridas de toros, aceptando solo el 50 % del aforo, pero no ha sido así. Han decidido no dar el paso adelante. Quienes hayan tomado tal decisión tendrán sus razones, respetables, pero creo que se podían y debían haber dado. Y precisamente este año con más razón que otros. Sí, porque a la Fiesta, que ya estaba atravesando un mal momento, la pandemia ha venido a darle casi la puntilla, sin embargo, los taurinos, entre los que incluyo a todos los profesionales y aficionados, no creo que hayamos estado a la altura de las circunstancias que el momento ha exigido y exige.
Si cualquier sector de la sociedad tiene un problema, son los componentes del mismo los que tienen que resolverlo. Si nosotros no resolvemos el problema nadie nos lo resolverá, y entre ese nosotros coloco, en primer lugar, a los profesionales, los que viven de ello, aunque los aficionados también debamos arrimar el hombro. Ante este panorama, dejar un año sin toros a muchísimas ciudades, cuando podían haberse dado al menos algunos festejos, me parece un craso error. Se están haciendo las cosas mal, pues solo se mira el hoy pero no el mañana y el pasado mañana.
Suponiendo que para la temporada próxima la pandemia haya pasado y tengamos una vacuna eficiente y efectiva, lo cual es mucho suponer, algunas o muchas de las ciudades que este año no han dado toros tampoco los darán la que viene, porque tendrán otras prioridades, y la gente se va poco a poco acostumbrando a que no haya toros en las fiestas. Todos sabemos que cuando la gente deja de ir a una plaza, recuperarla, hacer que vuelvan a incluir la corrida de toros como algo habitual en sus costumbres, resulta extremadamente difícil.
Cuando la gente deja de ir a una plaza, recuperarla, hacer que vuelvan a incluir la corrida de toros como algo habitual en sus costumbres, resulta extremadamente difícil
Las figuras y los grandes empresarios deberían haber sido los que “tomasen el toro por los cuernos”, haberse puesto a la cabeza y haber dicho: ¡vamos para adelante! Si tengo que torear por el 50, el 30 o solo el 10 % de lo que habitualmente es mi caché, lo hago; si tengo que arriesgar, arriesgo, y lo hago para ayudar a la Fiesta, a la que debo tanto; si ahora hay que apoyarla para salvarla, aquí estamos nosotros los primeros, para que los aficionados puedan ver toros.
No se ha hecho así, lo cual es un error que puede llevar a que este año no se haya toreado por el 40 % de lo habitual, o no se haya arriesgado, y los próximos años haya que hacerlo por el 20 % o no torear. Si este año no se ha arriesgado, los próximos habrá que arriesgar el doble, pues la Fiesta está herida muy gravemente. Está en la UVI y con el respirador puesto.
Los que han decidido no dar toros tendrán razones de peso, pero de lo que no hay duda es de que los “médicos” de este paciente, los que tienen que salvarlo, son los profesionales, aunque todos los taurinos debamos aportar algo, cada uno desde su colectivo y en la medida de sus posibilidades. Los aficionados, entre los que me cuento, acudiendo a la plaza cuando haya un festejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario