Daniel Luque fue el triunfador de la corrida de toros celebrada en Sanlúcar de Barrameda cortando un total de cuatro orejas dentro de un variado y entretenido encierro de Miura, donde se le dio la vuelta al ruedo al segundo.
Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
Sábado, 22 Agosto 2020
La localidad gaditana acogió la segunda dición de la Corrida Magallánica con un ruedo sin albero y muy colorido donde 25.000 kilos de sal tintada volvieron a ser testigos directos de la celebración del quinto centenario de la primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano. Joaquín Lara fue el encargado de diseñar el dibujo que quedó marcado en los terrenos de toros y toreros y en el que podía vislumbrarse un resumen de cuántas efemérides se celebraban en la misma tarde.
Carmelo García, un auténtico aventurero en esto del toro, fue capaz de reunir para una tarde tan especial a una terna muy sevillana compuesta por Manuel Escribano, plantando cara, Daniel Luque, en un gran momento, y Pepe Moral, pleno de corazón tras casi un año sin matar un toro, con la presencia de las cámaras de tv y ataviados con ropajes de dudoso gusto propios la época, lidiaron una corrida impecable de presentación y encastada del hierro de Miura que inauguró el Coso del Pino hace justo 120 años con una novillada. La corrida levantó gran expectación entre la afición que ocupó la totalidad de la localidades disponibles, en torno a 980 asientos entre los que se guardaba el metro y medio de distancia impuesto por un nuevo decreto que entró en vigor hace unos días por orden del gobierno autonómico. Por ello, muchos aficionados quedaron con las ganas de acudir a la plaza sanluqueña.
Nadie se aburrió con el primero de la tarde, un toro de una alzada espectacular que embestía con templanza al capote de Manuel Escribano aunque no andaba muy sobrado de fuerzas. Dobló manos tras dos pasos por el caballo. Con más atención al cuerpo de Escribano que a la muleta, el Miura no humilló en ningún momento a la franela del sevillano embistiendo de manera descompuesta, quedándose corto y saliendo con la cara alta cuando pasaba. A mitad de faena, con la nula entrega de su oponente, pudo sacarle varios naturales de un mérito tremendo alargando el brazo y llevándolo hasta el final sin dejar de aguantar miradas y derrotes. La tensión se mantuvo hasta la suerte suprema en la que el torero dejó una estocada casi entera contraria. Tuvo que hacer uso del descabello. Su labor fue silenciada.
Se gustó en el saludo capotero al cuarto de la tarde al que recibió con una larga cambiada. El Miura se arrancó con alegría y prontitud hasta en tres ocasiones al caballo que montaba un experimentado Juan Francisco Peña que dejó tres varas sensacionales. Con más ganas que acierto, Escribano decidió colocar banderillas alargando en demasía el tercio que no le vino nada bien a un oponente que no se entregó en ningún momento. Continuó con su prontitud pero sin humillar por ambos pitones, derrotando al final de cada muletazo. El torero aprovechó las inercias para sacarle algún muletazo suelto con la imposibilidad de poder ligarle. Pasó un apuro ante este cuarto que estuvo a punto de atraparlo tras perderle la cara a la salida de la última serie. Metió el brazo de manera solvente para dejar una estocada contraria casi entera. Finiquitó de un certero descabello. Volvió a recoger una sonora ovación.
Daniel Luque demostró que el paso del tiempo da una madurez primordial en esto del toreo. Pudiéndole y componiendo dos sensacionales faenas a ambos toros de su lote a los cuales desorejó. Soberbio fue el saludo capotero al serio y encastado colorado que hizo segundo de la tarde, premiado con la vuelta al ruedo. Expuso mucho saliéndose hacia los medios dibujando cinco verónicas cargadas de temple y gusto. El Miura se dejó en todos los tercios, acudiendo al caballo hasta en tres ocasiones y donde el de Gerena quiso lucirlo en pro del público y de su picador Juan de Dios Quinta. En la muleta, fue dándole sitio en el inicio con la mano izquierda donde pudo arrancarle algún muletazo de muchísimo mérito. Volvió a ella para dejar la mejor serie de su actuación. Antes, por el pitón derecho, estuvo muy firme y seguro sacando muy buenos muletazos. A pesar del estoconazo que dejó arriba tuvo que hacer uso del descabello.
También cortó las dos a un quinto echó la cara abajo en otro templado saludo capotero. Colocó la cara en ambos encuentros con el varilarguero donde no mostró mucha entrega, al igual que sucedió en la muleta. Construyó una faena asentada donde el dar los tiempos necesarios a un toro con fijeza que sabía lo que se dejaba atrás, sobretodo por el pitón izquierdo, fue esencial. Se volvía en un palmo de terreno buscando las zapatillas de un torero cuajado que bajó la mano y tapó las complicaciones del toro para llevarlo toreado y metido en los trastos por ambos pitones, siempre que pudo. Pinchó en su primer encuentro con los aceros, dejando una certera media estocada en el segundo que hizo rodar al Miura.
Pepe Moral cortó una cariñosa oreja al tercero, un Miura con menos envergadura y condición más templada que el resto de sus hermanos que humilló con clase en las buenas verónicas que le dio el torero de Los Palacios. Mantuvo a lo largo de toda su lidia esa misma condición donde el torero sevillano se gustó sobre la mano izquierda en una faena que quizás no tuvo el eco esperado en el tendido debido a la falta de emoción por parte del toro. Con la diestra, dejó varias tandas en las que se echó en falta cierta conjunción entre toro y torero. Dejó una estocada delantera y contraria que hizo rodar al Miura sin puntilla.
El andarín que cerraba plaza rondaba los seis años. No terminó de definirse en los primeros tercios donde acudió al caballo con más sosería que emoción. Brindó al empresario haciéndole saber “que todos los esfuerzos tienen su recompensa” y a la vista quedó. Moral estuvo indeciso ante la cara de un toro que no permitía dudas y ante al que había que mostrar decisión. El animal se sintió dueño del ruedo y puso en más de un apuro a un Pepe Moral que no pasó su mejor tarde. No estuvo bien con los aceros. Su labor fue silenciada.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Celebración del 120 aniversario del Coso de El Pino. II Corrida Magallánica con motivo del V Centenario de la I vuelta al mundo. Lleno en un aforo de unas 980 localidades.
Se lidiaron seis toros de Miura, espectaculares de presentación para una plaza de tercera. Más hondos, con alzada y caras muy serias los lidiados en 1o, 2o y 6o lugar. Encastado aunque sin terminar de entregarse y justo de fuerzas el primero. El encastado y bravo segundo, de nombre “Africano” n. 97, colorao, de 630 kilos fue premio con la vuelta al ruedo. Con clase, pero sin emoción el tercero. Falto de entrega y sin transmisión el cuarto. El quinto con cierta humillación, pero sin entrega en la muleta. Complicado el que cerró plaza.
Manuel Escribano, ovación con saludos en ambos.
Daniel Luque, dos orejas en ambos.
Pepe Moral, oreja y silencio.
El festejo fue retransmitido por Canal Toros y Canal Sur Radio. Se guardó un minuto de silencio en memoria de todas las víctimas de la COVID-19. Muy buenos tercios de varas de Juan de Dios Quinta al segundo de la tarde y Juan Francisco Peña al cuarto. Raúl Caricol saludó tras parear al quinto.
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