Me llama desde el sur de Francia mi amiga Amélie, antropóloga y muy aficionada, diría casi historiadora de la cosa taurina. Decía sentirse extrañada por ciertos comentarios que leía en algunas redes sociales con respecto a los últimos festejos celebrados en España, y que son los primeros de esta temporada. En concreto se refería a los llamados como “gira de la reconstrucción”.
Mi amiga mencionó especialmente las crónicas de Pla Ventura sobre los festejos de Ubrique, y que provocaron en algunos lectores, que además participan en redes sociales, no sólo el rechazo, también dictaminaron que en esta web se hacía un periodismo antitaurino. Y todo ello, porque Pla Ventura explicaba la escasa presencia y contenido de los toros lidiados, en especial la corrida de Jandilla. Mi amiga, que no pudo ver los festejos, pero sí vio fotografías de los astados, y también leyó a otros cronistas, no entendía nada.
Nosotros hemos querido ahondar por simple curiosidad, en algunos blogs de internet cuyos autores suelen ser muy buenos aficionados, agudos y certeros en sus críticas. Escogemos como ejemplo lo que se dice en ToreoEnRedHondo, donde su autor versa sobre la comodidad programada para Pablo Aguado, aludiendo a que su entorno ya le prepara el toro pequeño y billete grande. Se refiere al festejo de Ubrique y observen lo que dice al respecto de los toros de Jandilla:
“En Ubrique lo vimos ante unos jandillitas agradables de carita, justitos de casta y tontitos de ideas. Todos venían picaditos del campo. Observen la presencia del que desorejó Aguado al que dieron una irrisoria vuelta al ruedo: (aquí debería ir la fotografía del toro que ilustra el comentario)
Su segundo fue ese novillete brocho que veíamos antes. Los de televisión querían taparlo diciendo que era corniapretado. El realizador está bien aleccionado porque ni una sola vez enfocaron un primer plano de la cara del bicho. Debió de ser para que los espectadores no pasaran vergüenza ajena. En esto, los de Castilla-La Mancha son más honrados y te muestran siempre los pitones aunque estén claramente afeitados. Al pobre lo destroncó el maestro con dos medias letales.
En el debe, la ausencia de enemigo a pesar de que los comentaristas televisivos quedaron encantados con él. ‘Un gran toro’, decían, ‘qué buen toro de Jandilla’, ‘cuánta nobleza y entrega, cada vez embiste mejor’ . Nosotros no dábamos crédito a semejantes halagos. Pero no hay que molestarse, simplemente el concepto que tienen ellos de lo que debe ser un toro de lidia no tiene absolutamente nada que ver con el nuestro. Eso es todo, no nos vamos a pelear por ello.
El último jandillita daba pena porque no se tenía en pie. Antonio Chacón hizo de enfermero para que no devolviesen el torillo ¿Se acuerdan ustedes de la canción aquella de ‘la cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar…’? Pues eso se puede aplicar a este coleóptero jandillesco. Ningún interés tuvo lo que hizo Serna ante él.”
¿Qué habrían dicho en semejantes redes, acerca de lo publicado en este blog? ¿Habrían enviado al fuego eterno a su autor? Está claro que todavía sobreviven aficionados que defienden lo mismo que Torosdelidia, es decir: integridad, honestidad y la verdad de una tauromaquia sin fisuras. Para nuestra desgracia, en España se lleva mucho tiempo echando agua al vino en este espectáculo.
Mientras tanto, mi amiga Amélie lo tiene claro: “No se trata de copiar lo que se hace en Francia con respecto a los toros, simplemente se pueden tomar algunos conceptos, que a la larga podrían fortalecer la tauromaquia española, que anda muy al límite”.
En la fotografía que mostramos, los toros de Jandilla al que alude nuestro compañero en su ensayo.
Excelente contrapunto y observación de los toros en cuestión, tanto de Vd. como de la compañera Amélie. ¡Enhorabuena! Gracias a ambos. // Atte., Torotino
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