Ginés con el tercero. Fotograma, Plaza Toros Tv
En una tarde de santacolomeña nobleza, Ginés a hombros con una oreja de cada toro. A Lorenzo le niegan, la segunda y Finto riega perfume, pero pincha.
La bravura escondida
Jorge Arturo Díaz Reyes
Crónica Toro / Cali, VIII 13 2021
Santacoloma siempre, parecían decir los seis bellos y entipados cuatreños de La Quinta, que con su media tonelada exacta de promedio inauguraron hoy la feria de Begoña en Gijón. “También los hemos echado muy buenos, con más peso y edad en plazas de primera”, dijo el joven ganadero Álvaro Martínez Conradi, aclarando en buena hora los bulos corporativos, de que embistieron hoy por livianos.
Todos cárdenos en diferentes tonalidades y matices. Astifinos. Aplaudidos cinco de ellos en el arrastre, recordaron esos años sesenta cuando su casta era la preferida de los públicos en Europa y América, y por ende de las figuras. ¡Y qué figuras aquellas! La nobleza y el tranco de más brillaron en el primero, segundo, cuarto y sexto. Pero la emoción de su genética, que exige colocación, distancia y mando fue ahogada por la poca movilidad, fiereza y hasta sosería, especialmente del tercero y el quinto.
Por otra parte, los espadas estuvieron a la altura de los blasones del encierro y con dos, los malos, aun por encima. A uno le cortaron oreja y al otro de haberlo entendido Usía pues también. Una mezcla de asolerada, no escolástica e inspirada estética finista, con la de dos toreos milenias bien escolarizados.
Finito de Córdoba llevó la tarde a su cima artística en el último tercio del cuarto. Bueno, había pintado antes dos medias verónicas aisladas que ¡Hágame el favor! “Romero” el mejor de la corrida, número 37, astifino fue pastueño pero vivaz. Tal para cual. Trinchera, derechas, cambio de mano, natural y pecho en la mejor versión de Juan, que de allí en adelante se apoderó de la embestida, embebiéndola, escanciándola con lento delite, desde su erguida, lineal y aplomada humanidad. Trazo en redondo, toreo para dentro, secuencia sin vacíos. Pureza en la postura, pero también en los embroques. Tandas de a ocho por una y otra mano. El quinteño a más. Un kikiriki, una trinchera y un epílogo lujoso de cinco ayudados por bajo.
Luego la igualada se hizo laboriosa y larga. Sonó un aviso sin haber entrado. El desconcierto demudó la cara del torero, los pinchazos fueron tres cuarteando, y sin estocada, el segundo descabello acertó cuando ya se insinuaba el infamante tercer clarinazo. No obstante, la gente maravillada le sacó al tercio para ovacionarlo. El arte llena... Con el primero había sido aplaudido sin estruendo.
Álvaro Lorenzo, pese al viento, desplegó un toreo de corrección académica con el bravo segundo de 545 kilos, el de más romana. Salió volteado de la primera estocada, tendida y en el suelo se libró de ser calado. No se arredró y volvió al volapié frontal para rodar a “Milano” y recibir una oreja, que como se puso la balanza después, bien hubiesen podido ser dos. Con el quinto, el peor, tardo, mirón y poco expresivo porfió plausiblemente hasta que ligó un colofón de seis luquesinas y uno de pecho con el que nadie contaba. Le avisaron, se tiró a por todas para una gran estocada y el palco ignoró la insistente petición.
Ginés Marín, con su juvenil y alegre tauromaquia fue el contrapunto. Abunda de capa, cuatro delatantes patijuntos, cuatro verónicas a compás abierto y dos medias. En el quite, chicuelinas, tafalleras y espaldina alternadas. Brindó a la clientela, se puso de rodillas en la boca de riego, cito con la muleta armada y cuando el galope desde las tablas entraba en jurisdicción, se cambió el trapo a la espalda, para el otro lado, descarriló el viaje y resolvió con una arrucina explosiva. De allí para delante, la cosa fue no dar tregua al toro ni al tendido. Tensión y atención permanente, es lo suyo. No importó que el tercero remoloneara, Para eso estaba él. Mato de una con aviso y cortó la primera. Se superó con el sexto al que condujo sin dislates a las cinco bernadinas de postre con el derechazo, el cambio de mano y el forzado. Pinchó. Estoqueó luego delanterillo, pero letal y le dieron la otra que le permitió salir a hombros.
Fue una buena tarde de toros, quizá para haber sido una gran tarde hubiese convenido un poco más de eso que el sistema repudia tanto en los santacolomas, bravura.
FICHA DEL FESTEJO
Viernes 13 de agosto 2021. 1ª de feria. Lleno en lo permitido. Seis toros de La Quinta, bien presentados, nobles, y de justa fiereza. Cinco aplaudidos en el arrastre.
Finito de Córdoba, palmas y saludo.
Álvaro Lorenzo, oreja y saludo tras petición.
Ginés Marín, oreja y oreja.
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