Por ahora Núñez Feijóo no es sino un aprendiz de dictador, un becario en prácticas, sobre todo comparado con los monstruos del partido comunista soviético. Aunque quiera hacer méritos no deja de ser un personaje algo ridículo, engreído jefe de taifa que juega a gran estadista con su parafernalía anticonstitucional y despótica de confinamientos de personas sanas, intentos de encierros en campos de concentración sui generis, toques de queda, bozales, certificados de «vacunación», obstáculos a la libertad de empresa, incluso cierres y la atención primaria…
En el propio monasterio de Guadalupe en Cáceres puede observarse una estrella de David. Se achaca a la protección que el duque de Béjar ofreciera a los judíos de esa comarca salmantina o a los de Hervás cerca de la Abadía, en el norte de Cáceres, el que fuese dedicatario de la primera parte de El Quijote. En la comarca de Sanabria limítrofe con Orense pero en la provincia de Zamora existían importantes comunidades judías, así como en la Maragatería, entre Astorga y el Bierzo. Una especie de recuerdo que tiene que ver con esto es el famoso cocido maragato en el que la sopa se sirve al final.
Se trata de una reminiscencia del antiguo cocido hebreo originario con la diferencia que este no tiene carne de cerdo, pero sí habitualmente griñones. Según me explicaron en la sinagoga madrileña la importancia religiosa del cocido estaba en que era un plato que permitía guardar el sábado. En la Galicia actual el cocido es uno de los grandes platos de su magnífica gastronomía.
Se suele considerar que en el carácter tópico gallego existe muchas similitudes con el comúnmente achacado a los judíos. Por ejemplo, la habilidad, la laboriosidad, el disimulo cuando no doblez, la tendencia al ahorro, cierta humildad algo hipócrita, la desconfianza, la cautela, el individualismo insolidario, el hábito de emigración, el amor a la tradición…
Rasgos que evidentemente no son exclusivos de los gallegos pero que probablemente abundarían algo más en Galicia que en otros lugares de España.
Algunos autores especulan con que probablemente el general Franco pudiera tener ascendencia judía, y de ahí su filantrópica protección a judíos centroeuropeos y del norte de África que tantas vidas de perseguidos por el nazismo salvara alegando que eran sefarditas de procedencia española. Yo desconocía este generoso proceder del general Franco y de sus colaboradores del cuerpo diplomático como el heroico don Ángel Sanz Bríz, hasta que hace ya muchos años precisamente un judío querido amigo mío me lo explicó conmovido y agradecido.
No es la primera vez que me preguntan si el actual presidente autonómico Núñez Feijóo es judío. Les digo que no lo sé de cierto.
“Es que con esa nariz y con esas actitudes…”
Pudiera ser judío. La mayor judería gallega estaba en Orense y son muy famosas algunas de la provincia como Rivadavia o Allaríz.
Ónega en su libro clásico Los judíos en el reino de Galicia se hace eco de unos Núñez penitenciados por la Inquisición en 1727. Se trata de una familia o grupo familiar. Miguel Núñez Carballo; su mujer, Beatriz Núñez Enríquez; su hijo Manuel Flores Núñez y sus cuñados. También lo fuera otro grupo familiar de Monforte de Lemos. Juana Núñez y sus hijas, Blanca, María y Jerónima. En la antes citada vecina Sanabria también fuera procesado por esa época otro judío: Baltasar Gómez Núñez, en este caso por bigamia.
Sea como fuere, en el Núñez Feijóo actual cabe encontrar fácilmente los rasgos o características étnicas antes citadas: Su habilidad para sostener una cosa y su contraria. O para hacer pasar por enxebre lengua gallega el lamentable castrepo transgénico que farfulla en sus discursos oficiales. Su doblez para presumir de galleguista a este lado de Piedrafita y de muy “español”, al otro. Su desconfianza taimada para no dar la cara. Su pretendido amor al terruño cuando se trata de uno de los más fanáticos políticos globalistas existentes en España, aunque no esté claro si también en su versión sionista. El otro día en Salamanca durante el akelarre taifal pontificó que la pandemia había consolidado el Estado de las Autonomías, es decir el oneroso caos despótico y liberticida en el que se crían y medran déspotas como él. Sólo desde una grave disonancia cognitiva o desde el cinismo del sujeto se puede entender que tal cosa sea un bien para España y los españoles.
Con motivo de la dichosa plandemia y su pretensión de vacunar a todo dios a la fuerza o encerrar en un gulag ad hoc a quien no se deje, está mostrando sus querencias totalitarias al modo bolchevique. Fuerza política, por cierto, inspirada en la obra de un judío alemán financiado por la saga Rothschild y llevada a cabo por judíos en la Rusia zarista, financiados por capital judío. Como también judíos fueron los asesinos del zar y su familia. Si bien en la modalidad ashkenazi o jázara no procedente originariamente de Palestina, que no en la sefardita o mediterránea, más religiosa tradicional, noble y culta. También es un Rothschild el promotor de la siniestra Agenda 2030.
Pero las comparaciones son odiosas. No hay que exagerar. Por ahora Núñez no es sino un aprendiz de dictador, un becario en prácticas, sobre todo comparado con los monstruos del partido comunista soviético. Aunque quiera hacer méritos no deja de ser un personaje algo ridículo, engreído jefe de taifa que juega a gran estadista con su parafernalía anticonstitucional y despótica de confinamientos de personas sanas, intentos de encierros en campos de concentración sui generis, toques de queda, bozales, certificados de «vacunación», obstáculos a la libertad de empresa, incluso cierres y la atención primaria…
Una especie de Charlot, pero sin gracia, jugando con el globo terráqueo en El Gran dictador y favoreciendo con su megalomanía y arbitrariedades la ruina de esta querida región española.
De momento, el Tribunal Constitucional algo le está parando los pies y no deja indefensos por completo a los gallegos.
Otro obstáculo histórico a la implantación del NOM sobre los escombros de las antiguas naciones sin duda es la Espiritualidad en general y el Cristianismo en particular. No sé si tiene directamente que ver o no pero una última muestra de su “poca amistad” con el Cristianismo y la Libertad, ha sido la retirada de la estatua conmemorativa de la visita del Papa Juan Pablo II a Compostela erigida en el cercano Monte del Gozo. La cruz también ha sido retirada pues nuestro Trampeta bolchevique no va a ser menos que el doctor falsario con la monumental del Valle de los Caídos. Una actuación al menos consentida por el desquiciado PP DE Galicia, quizás inserta en su ya amplia y lamentable panoplia de medidas dictatoriales dirigidas a llamar la atención de la plutocracia globalista judía y a hacer méritos ante la misma. Y desde luego audaz, porque Compostela vive de explotar el turismo de peregrinación, de los cristianos viejos prebendados eclesiásticos y de los cristianos nuevos de la Xunta.
Es de suponer que tampoco va a ser otro taimado impostor encaramado a lo más alto de la cucaña del emergente NOM como Bergoglio quien proteste por esta demolición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario