Y digo yo. ¿Y los políticos a nivel Comunidad no dicen nada?
¿Les parecerá bien todo lo que ha ocurrido en Valdemorillo? ¿Dimitirá alguien? Esto si es gravísimo, que la Comunidad de Madrid haga oídos ante estos desacatos es algo que nos corroe el alma.
En Valdemorillo les salió el tiro por la culata
Pla Ventura
Toros de Lidia / 29 octubre, 2021
Hace pocas fechas publiqué la mayor denuncia que nadie pudiera imaginar respecto a la licitación de la plaza de toros de Valdemorillo que, para mayor escarnio, en vez de ser un documento lícito, cabal y coherente, todo lo comprobado nos hacía sospechar que el ayuntamiento de Valdemorillo se había empeñado en hacerle un traje a medida -por cierto, he podido saber que el sastre no ha cobrado su factura- a Rafael García Garrido para que se quedara el arriendo de dicha plaza. Pero como quiera que se coge antes a un mentiroso que a un cojo, héteme aquí en las funciones que dicta mi corazón que no son otras que tratar de repartir justicia de la que tantas veces está carente el mundo, el de los toros y el de cualquier actividad que nos preciemos.
Como ya conté, las barrabasadas que tenían previstas rayaban en la más absoluta locura porque, dentro de una aparente legalidad, que se le exigiera al licitador haber organizado cuarenta corridas de toros en la temporada anterior -pandemia al margen- ese dato nos daba la medida de la contratación más rocambolesca que jamás pudiéramos imaginar puesto que, dicho dato, con los demás que explicábamos, todo ello nos hacía sospechar que estábamos ante un fraude de ley, y así ha sido.
El pliego de condiciones de Rafael García Garrido se presentó en el ayuntamiento el pasado 10 de agosto que, dada la época vacacional podríamos estar hablando de “nocturnidad” y alevosía ante el mismo. Ellos, los malhechores, sospechaban que estando de vacaciones nadie se daría cuenta de la jugada y transcurrirían los quince días hábiles para cualquier interposición. Menos mal que, dos días más tarde, la empresa Montauro, S.L. recurría dicho pliego ante El Tribunal Administrativo de Contratación Pública de la Comunidad de Madrid (TACP) y, el pasado 14 de los corrientes, dicho tribunal anuló la farsa que suponía dicho pliego. En nuestro poder obra toda la resolución de dicho tribunal que lo explica muy claro anulando lo que era una auténtica barrabasada que, sin lugar a dudas, como dije en su momento, por culpa de unos “graciosos”, al pueblo le costaría varios cientos de miles de euros y, mucho me temo que en Valdemorillo, como en cualquier pueblo de España, no están para tirar cohetes si de temas crematísticos hablamos.
Menos mal que, gracias a la sagacidad de Montauro, S.L., la empresa que interpuso el recurso, ha logrado que el TACP haya anulado aquella farsa revestida de “legalidad” que, de legitimidad tenía lo que yo de maricón. Y yo me pregunto, ¿qué necesidad tenía Rafael Garrido, coempresario con el productor francés de Madrid, para quedarse con Valdemorillo? Como diría el otro, si están podridos de millones que hagan lo que siempre se hizo en plazas como la citada, que pugnen por ella empresarios humildes cuya finalidad no es otra que ganarse un trozo de pan.
Barrunto que, entre los políticos que rigen Valdemorillo y el citado millonario hay muchas más cosas detrás y la plaza de toros ha sido una tapadera para ello pero que no sufra nadie que, lo estamos investigando todo, lo taurino y lo que nada tenga que ver con los toros. Sospecho que, mientras dure nuestra investigación, al final lograremos que nuestros lectores se queden de piedra ante lo que podamos contarles que, con toda seguridad no será poco.
Valdemorillo, como pudimos ver con todos los datos que obran en nuestro poder era el maná, la tierra prometida para tanto golfo como por allí anidan. De verdad, Rafael García Garrido, ¿te hacía falta esa plaza para poder comer y, lo que es peor, conseguirla a base de fraudes, embustes y engaños? Si para la próxima concesión o licitación de la plaza de Las Ventas, la Comunidad de Madrid se pone en manos de estas gentecillas, que no les pase nada a los toreros y, lo que es peor, a los aficionados puesto que, la hecatombe la tienen servida.
Como pudimos ver el pliego citado daba para mucho. No solo para el señor Garrido, que por cierto no encaja bien la crítica. No desmiente nada de lo dicho pero, como dicen en mi pueblo, no hace buen vino.
Según parece este pliego se aprobó en junta de gobierno donde, además del PP con su alcalde y su concejal de festejos (que ahora es muy “pepero”, pero en su momento con su voto hizo alcalde a un socialista y después le salió muy rentable ser el tránsfuga más famoso de la historia de Valdemorillo), también está Ciudadanos y un partido independiente que lo encabeza una antigua alcaldesa del PP que se marchó del partido cuando vio que la echaban para poner a los que están ahora. Dicha concejala estaba en la oposición y, cuando el gobierno estaba en caída libre, les abrió el paraguas y ahora viajan todos en ese paraguas.
¿Curioso, verdad?
Sólo hay que echarle tiempo y verse los plenos que están colgados en la Red, que es todo un serial. Es decir, gracias a la tecnología quedan grabadas todas las conversaciones políticas de cualquier ayuntamiento y si éstas se circunscriben con la mentira, como dije en su momento, se coge antes a un mentiroso que a un cojo.
Sobre las facturas pagadas en la pasada feria y las que faltan por pagar hablaré otro día si acaso. Es cierto que, toda la información que obra en mí poder me ha puesto los pelos de punta, vamos que, con sus acciones, los del PP que gobiernan en Valdemorillo parecen todos discípulos de Pedro Sánchez.
Y digo yo. ¿Y los políticos a nivel Comunidad no dicen nada?
¿Les parecerá bien todo lo que ha ocurrido en Valdemorillo? ¿Dimitirá alguien? Esto si es gravísimo, que la Comunidad de Madrid haga oídos ante estos desacatos es algo que nos corroe el alma.
Y, casualidades del destino, Rafael García Garrido se ha hecho con el arriendo de la plaza de toros de Valencia lo que viene a demostrar que, para este caballero, nada le importan las siglas que reinen en cualquier lugar porque, como es “lógico” él sabe jugar las cartas adecuadas. Estaremos atentos a todas las cuestiones de Valencia que, en realidad, pueden ser tan macabras como las de Valdemorillo y, dicho sea de paso, ahora, tras tantísimo tiempo después, el productor francés, socio de Garrido en Madrid, está devolviendo el abono de la temporada del 2020 que no se celebró. Y durante todo este tiempo, ¿dónde estaba ese dinero? ¿Qué papel desempeñó la Diputación de Valencia al respecto? Lo iremos investigando y nos encontraremos sorpresas muy desagradables. El que esté limpio de culpa que tire la primera piedra ¿verdad?
Fijémonos todo lo que se ha desatado en una plaza de pueblo que, en realidad, ésta siempre ha sido patrimonio de empresarios humildes y, en la actualidad, a tenor de todo lo que hemos visto y las consecuencias que ha tenido, parece que Valdemorillo se haya convertido en El Embudo de Insurgentes, por citar la plaza más grande del mundo que, por lógica, sí podría ser un aliciente importante de cara a cualquier empresario pero, que se hagan todas esas tropelías en Valdemorillo es una banalidad sin sentido, algo que nadie honrado puede comprender. Ellos sabrán lo que hacen, como nosotros sabemos lo que decimos y estamos aquí para contarlo.
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