Felipe VI, desde el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid
Majestad: en democracia, y en tiranía, las ideas propias siempre son dogmas
Otro discurso que parece haber sido escrito en Moncloa, no en Zarzuela.
Eulogio López
Lamentabilísimo discurso de Navidad de Su Majestad el Rey Felipe VI. Nuevamente, tal parece que en lugar de en Zarzuela ese discurso haya sido escrito en Moncloa.
Si a un observador neutral le dicen de qué ha hablado el Rey de España esta Nochebuena, responderá que de la necesidad de superar el actual estado de enfrentamiento civil. El problema es que cuando el jefe del Estado confunde las convicciones con el extremismo, cuando afirma que las idas propias no deben ser dogmas, al parecer, olvida el Rey que sólo hay dos tipos de personas: los dogmáticos que saben que lo son y los dogmáticos que no saben que lo son.
'..Ciertos o erróneos, los dogmas de un señor no son más que sus convicciones y sólo hay dos tipos de personas: los dogmáticos que saben que lo son y los dogmáticos que no saben que lo son..'
Un dogma no es otra cosa que una convicción, que no tiene por qué convertirse en imposición y que jamás persigue que los demás acepten dicho dogma sin pensar por qué lo aceptan.
Lo de Felipe VI es como lo del Mayo Francés de 1968. Aquellos rebeldes sin causa y con muchas ganas de fornicar sostenían que cualquier tipo de convicción resultaba una forma de petulancia, no de coherencia. A la postre, aquellos majaderos rijosos que consideraban que el relativismo constituye la esencia de la democracia.
Es el mismo sofisma que “los radicalismos, extremismos y populismos”, que utilizan el hastío sobre la política para amenazar la democracia.
''El Monarca habla de superar extremismos, radicalismos y populismos. Sabe perfectamente que la gente lo entenderá como una crítica a Vox, tercer partido en el Gobierno, cuando el otro extremismo, los comunistas, están desde hace siete años, integrado, en el mismísimo Gobierno de España..'
Mire usted, señor, emplea el mismo lenguaje que Sánchez, quien ha convencido a buena parte del país de que solo hay un radicalismo, el populismo de Vox. Cuando, supuesto que Vox sea extrema derecha, él, don Pedro Sánchez, tiene metido en el mismísimo gobierno al radicalismo y populismo de extrema izquierda, a los comunistas de Sumar y Podemos. Insisto, no como tercer partido de la oposición sino en el mismísimo Gobierno.
Si Felipe VI pretende hablar de radicalismo, que se refiera sin equívocos al actual Gobierno de España. Majestad: los jóvenes no votan a Vox porque se hayan vuelto ultras. Votan a Vox porque están hasta el gorro de las grandes mentiras del bipartidismo y un poco hartos de buenismo de PSOE y PP, tan preocupados por los vulnerables -con el dinero de los demás, por supuesto- que se han olvidado de los españoles necesitados, que no son invulnerables.
Y como referencia, Luis María Ansón recordaba que la monarquía se mantendrá si resulta útil para la sociedad, pues al paso que vamos..
Vive alejado de las preocupaciones que agobian a la ciudadanía española, en su torre de marfil...
ResponderEliminarEs un discurso de un busto inerte, como el que tiene detrás en la foto...
Un discurso dictado por la patulea del Gobierno actual, aún siendo Felipe la mayor autoridad del Estado, porque es el jefe del Estado que jerárquicamente está por encima del presidente del Gobierno y del Gobierno, habló como una marioneta que cuelga de sus hilos antiespañoles...
No habla con virilidad, ni por su forma de débil vocecilla fina púber eunuca castrati, poco varonil, voz de mando, ni por su fondo de la contundencia directora que no tiene...
No habló de lo fundamental, que es la ausencia de vivienda social para la gente normal que produce 'lógicas okupaciones' y VIOLENCIA en las calles...
No habló de que hay enfrentamiento mujer contra hombre y hombre contra mujer dirigido e instalado en el gobierno y en muchas chiringuitas de color violeta que producen más y más casos de violencia con resultado de muerte por crispación desde las autoridades hacia las gentes...
No habló ni mencionó a todos los políticos que están cobrando de la teta de España y que sin embargo su idea o ideología es romperla en pedazos de esos tampoco habló y convive con ellos diariamente...
Tampoco habló de los sueldos, medios contratos, trampas en empresas muy poderosas, no tocó el tema de los millones de sufridos autónomos con su calvario diario cuando van a levantar España, y que ambos, autónomos y trabajadores, con la carestía de la vida actual no llegan a fin de mes esos millones de personas...
tampoco habló de la degradación moral societaria que existe al perder muchas de las virtudes que teníamos los españoles...
tampoco habló de una juventud muy preparada, como él, y que es conformista y malgasta su tiempo sin hacer prosperar a España retrasando su vida social hasta los cuarenta y cinco años con la esperanza de cobrar a continuación una paguita todavía en edad de trabajar...
y sobre todo, no habló en plan existencial vital, de lo poco fecundo que es ahora el pueblo español, que tiene la natalidad más baja del mundo, obviando los centenares de miles de abortos de futuros españoles, sin ofrecer medidas ni soluciones para paliar que nos vamos a extinguir...
Tampoco habló de que nuestro Ejército no debe de estar para suplir a otros Organismos que ya cobran bien todo el año por evitar catástrofes, incendios, inundaciones, ya que nuestro soldados están para proteger nuestras fronteras y la independencia del Estado de España protegiendonos de nuestros enemigos de dentro y fuera de nuestra milenaria Nación que quieres hundir y romper...
y así lógicamente no puede cuajar un buen discurso para una nación que está oprimida por la corrupción, la pereza, las paguita, los millones de funcionarios que son indolentes, los 17 reinos de tarifas CCAA, los malos modos , las malas praxis políticas y sociales, el vicio de los chiringuitos y oenegés...
y así lógicamente no puede cuajar un buen discurso para una nación que fue modélica en modos, formas y pulcritud con aseo hasta hace 50 años y que ahora está oprimida por la corrupción, la pereza, los malos modos, la instauración de la droga paralela con el ocio de la juventud actual, las malas costumbres y que está siendo sustituida aquell sociedad de nuestra infancia por otra sociedad totalmente llena de gente, gentuza y de seres extraños.
Está tensando demasiado la cuerda que en cualquier momento puede romper si sigue con estos discursos alejados de la problemática verdadera de España.
No se trata de sacar punta a todo lo que dice el rey. El rey tiene un papelón, cualquier día tratan de modificar la constitución pir la puerta de atrás y como en el 1931 también por la puerta de atrás, instauran una república. La legalidad se la pasan por el mismo lugar que los indultos y la amnistía. El rey tiene que andar con mucho cuidado. Somos la sociedad civil la que tenemos que defender España. A ver si echamos a estos desgarramantas. España está en peligro.
ResponderEliminarSi nos metemos con el rey, les estamos haciendo el trabajo a sumar y a podemos
Para empezar el sitio del mensaje navideño: el Patio de Columnas del Palacio Real. Con el desacertado recuerdo de que en dicho Patio se hizo el ingreso de España a las Comunidades Europeas. Como si esto hubiera sido un gran avance para el país y no el abandono de su industria automotriz. La Navidad no es una institución; es una tradición religiosa, histórica y, sobre todo, familiar. El sitio del mensaje debería haber sido la Zarzuela, residencia de la familia real española; con un decorado de fondo que incluyera un discreto Belén y fotos de los 4 Borbón-Ortiz. La Corona (que sí es una institución) está también afectada de la contracultura que intoxica al Gobierno y a toda la sociedad española. Es lamentable.
ResponderEliminarSi a la sociedad civil como se llama ahora al inexistente pueblo español se le atribuye la obligación de de echar del poder a ña gentuza que gobierna, también se le podría convocar a un referéndum sobre la monarquía española en la Jefatura del Estado y así tener la posibilidad (seguro que sí) de erradicar a esta otra gentuza coronada que traiciona a España.
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