la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 3 de enero de 2010

FERIA DE CALI: ENRIQUE PONCE DIEZ AÑOS DESPUES

GRAN EXPECTACIÓN POR LA VUELTA DE PONCE

“No he venido a Cali a pasear”
“Van a ver al mejor Ponce de la historia”.
Luego de diez años, el español Enrique Ponce reaparece en Cañaveralejo.
La última vez se llevó el Señor de los Cristales.

Por César Polanía,
editor de Afición Taurina
¿A quién se encomienda antes de salir al ruedo?
Tengo mucha devoción por la Virgen y Jesús. Siempre, antes de cualquier corrida, monto mi capillita con Cristo y la Virgen. Es una norma para mí antes de salir al ruedo. Es una manera de agradecerle a Dios y de pedirle que me proteja. Es, ante todo, un acto de fe.
Cali.-Enero 03 de 2010
Diario El Pais-Colombia
Por César Polanía, editor de Afición Taurina

Luego de diez años, el español Enrique Ponce reaparece en Cañaveralejo. La última vez se llevó el Señor de los Cristales. “Van a ver al mejor Ponce de la historia”.

Un día como hoy, en Cañaveralejo, Enrique Ponce le cuajó una faena inolvidable al toro ‘Genízaro’, de la ganadería de Alhama, y le cortó dos orejas. Esa actuación, aquel 3 de enero de 1999, le dio el trofeo Señor de los Cristales.
De aquella tarde memorable hasta hoy han pasado exactamente diez años. Diez años en que el matador valenciano no regresaba a Cali. Diez años que para la afición caleña fueron toda una eternidad... Y también para el propio Ponce. Porque Cali, cómo no, ocupa un lugar especial en su corazón.
Fue precisamente aquí donde el torero español comenzó, hace 17 años, su romance con Paloma Cuevas, la misma mujer que hoy es su esposa y con quien tiene una pequeña hija de 20 meses.
Pues bien, la suerte taurina ha puesto de nuevo a Ponce en un cartel de Cañaveralejo, en el cierre de la feria.
Dos toros de Fuentelapeña serán los enemigos de quien es considerado, hoy por hoy, el torero más completo. El más inteligente. El más profundo.
¿Qué significa el reencuentro con el público caleño después de diez años?
Regreso a Cali con las ilusiones puestas en hacer una tarde bonita. La última vez que vine salí como triunfador de la feria y me llevé el trofeo Señor de los Cristales.
Si mal no recuerdo, en la faena que premiaron iba vestido de azul y oro. Hablando de trajes, ¿tiene preferencia por alguno en particular?
En el ruedo, el torero tiene que estar siempre bien vestido. Soy bastante maniático en ese sentido, pero no por superstición. Si me preguntas por un traje, prefiero los rojos, el grana, el sangre de toro y el vino burdeos.
Más allá del sentimiento taurino, usted debe tener un afecto especial por Cali, pues fue aquí donde comenzó su romance con Paloma Cuevas, su esposa...
(Risas) Sí, así es. En Cali coincidimos y comenzamos a conocernos. Paloma y yo le tenemos mucho cariño a Cali por ese motivo tan especial. El hecho de no haber regresado a Cali en todos estos años ha sido por las fechas, que para mi familia son muy especiales. Toda la familia está junta en esta época de Navidad y partir para América no es muy agradable, pero siempre me ha gustado venir a Cali. Su plaza me encanta y hay una bonita afición que me ha visto triunfar muchas tardes.
Sabemos que no le gusta apartarse de su abuelo Leandro Martínez por esta época. ¿Qué tanto ha influido en su vida?
Muchísimo, no sólo como persona sino como torero. He andado con él desde niño, somos como uña y carne. Él me enseñó a torear y con él aprendí a amar y respetar el toreo, y gracias a él soy torero. De donde vengo, de Chiva (Valencia), no hay mucha afición a los toros, ni siquiera hay plaza, y fue mi abuelo quien me metió el toreo en las venas y en la cabeza. Mi abuelo tiene 97 años y todo gira en torno a él en mi familia; además, está en perfectas condiciones físicas y mentales.
Quienes lo conocen a usted creen que de no ser torero hubiera sido golfista o futbolista. ¿Es tan bueno en esos deportes como dicen?
(Risas) En plan amateur, ahí nos defendemos, pero a mí nunca me pasó por la cabeza ser otra cosa que no fuera torero. Desde que tengo 5 años estoy jugando al toro y esa es mi vida. Pero también he jugado siempre fútbol; inclusive, he estado federado con el equipo del pueblo, y juego al golf cuando el tiempo me lo permite, es un deporte que me encanta.
Usted es fanático del Valencia, pero también le hace fuerza al Real Madrid. ¿Cómo es eso?
(Risas) Mi equipo del alma es el Valencia, pero tengo mucha simpatía con el Real Madrid por los amigos que tengo allí, como Raúl. Y son buenas las relaciones con el equipo porque vivo en Madrid y cuando he tenido lesiones me ven los médicos del club. ¿Y en Cali qué amigos tiene? De Cali me llevo muy bien con los hermanos Domínguez (propietarios de la ganadería Fuentelapeña), a quienes les tengo un aprecio muy grande. En estos diez años de ausencia en Cali he ido a otras plazas colombianas y ellos han estado allí viéndome y saludándome. Inclusive, han ido hasta Quito.
Usted conoció primero a Victoriano Valencia como empresario y luego terminó siendo también su suegro. ¿Cómo le va mejor con él?
(Risas) Es mejor como suegro, porque como empresario aprieta bastante. Es un gran profesional y da gusto hablar con él de toros, tiene un sentido puro del toreo.
¿A quién se encomienda antes de salir al ruedo?
Tengo mucha devoción por la Virgen y Jesús. Siempre, antes de cualquier corrida, monto mi capillita con Cristo y la Virgen. Es una norma para mí antes de salir al ruedo. Es una manera de agradecerle a Dios y de pedirle que me proteja. Es, ante todo, un acto de fe.
¿Suele llamar a su esposa antes o después de cada corrida?
Siempre me pongo en contacto con mi familia antes y después. Además, Victoriano llama a Paloma durante la corrida y le cuenta lo que ha sucedido con cada toro. Ella está siempre al tanto, es una manera de tranquilizarla. Y más si le toca sufrir por lado y lado: por el de su padre y por el de su esposo... (Risas)
Sí, pero su padre no se pone delante del toro y por ese lado el sufrimiento es menor.
Por mi lado es mayor porque sabe que me juego la vida.
¿Qué le dice el cartel de hoy, con Miguel Ángel Perera y José Fernando Alzate?
Me gusta, es un cartel bonito y va a tener tirón para la gente porque podrá ver una gran tarde de toros.
¿En qué ha cambiado el Ponce de hoy con respecto al de hace diez años?
El concepto es el mismo, pero hay un torero más hecho, más cuajado, más perfeccionista y si los toros ayudan, en Cali van a ver al mejor Ponce de toda la historia. No cabe duda. He hecho una gran temporada en España y en América, y llego a Cali en un gran momento. Ojalá que los toros me permitan darle a la gente lo que espera ver de mí.
Sólo tiene dos toros para lucirse y deberá jugarse toda su suerte hoy...
Claro, y voy a hacerlo, porque de lo contrario no habría venido a Cali. No vengo a pasear, vengo a buscar un trofeo, como hace diez años. De hecho, no sé si sea la última tarde que toree aquí, porque esta vez he hecho un gran esfuerzo y no es fácil regresar.
En pocas palabras "Enrique Ponce mantiene una enorme juventud con 20 años ya de alternativa. Tiene una cabeza fuera de lo común”.
Manolo Molés, Crítico taurino. "Ponce torea a favor del toro; por eso y por su técnica, es un torero que pocas veces sufre cornadas. Es demasiado inteligente”.
Antonio Caballero, Cronista taurino. "Como torero, Enrique es una figura extraordinaria, distinta a las demás; y como hombre, es totalmente entregado a su familia”. Victoriano Valencia, Apoderado y suegro.

Los críticos taurinos coinciden en afirmar que el torero más inteligente, por su forma de entender los toros, es Enrique Ponce, quien tiene un récord de 39 indultos. AP / El País






Fuente: El Pais-Colombia: http://www.elpais.com.co/HOY/DEP/1toros.html

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