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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 25 de septiembre de 2012

Merci, nueva palabra taurina de moda / Por Ricardo Díaz-Manresa

Consejo Constitucional de Francia

El soberano ejemplo de Francia blindando el espectáculo taurino es una lección para España, que no sabe defenderse, y un aviso y respuesta para Cataluña, San Sebastián, Colombia, Ecuador y México entre tantos otros que van contra la libertad, la razón, la tradición y han perdido el sentido común con tal de hacer daño.

Merci, nueva palabra taurina de moda.

Ricardo Díaz-Manresa
Merci al Consejo Constitucional de Francia. Merci le decían a JT cuando salía por la de los Cónsules. Merci a la afición francesa protagonista de la mañana mágica de Nimes. Merci a los políticos franceses. Merci a los taurinos franceses que han defendido lo suyo. Merci a todos los que van a las plazas del país vecino, apoyan el espectáculo y disfrutan con él. Merci por la lección que nos han dado. Merci por afear a Cataluña y a San Sebastián su atrocidad. Merci por recordar a Colombia lo que es una tradición. Merci por mostrar a Ecuador lo que es la fiesta completa y cómo conservarla. Merci por el capón a los mexicanos dubitativos. Merci por dar este gran aviso a todos. Un gran merci para todos ellos. Están de moda. Se han puesto en primera línea. Lo tienen claro y no se dejan amedrentar. Se defienden estupendamente. Tendrían que haber sido los últimos y han sido los primeros. Claro que los derechos de sus ciudadanos están por encima de todo. Y la libertad. Y la justicia. Les importan mucho estas cosas. No se acobardan. Gracias, gracias, gracias.

Mientras, a los políticos españoles se les debería caer ya la cara de vergüenza. Francia tiene que darnos el ejemplo teniendo toros sólo en una parte de su territorio. España, como siempre, pegando petardos. Cataluña los prohíbe y no sabemos defenderlos. Bildu hace daño y no les plantamos cara. Hasta un grupito de gallegos quiere incordiar e incordia y nadie les tapa la boca.

Muchos no quieren hablar un idioma que está entre los primeros del mundo e incluso el voto en Estados Unidos es hispano en un 25%...Los candidatos norteamericanos buscan como locos a los que hablan español para dirigirse al electorado y ellos mismos intentan decir algunas frases en nuestro idioma. Pues bien, aquí funciona el manicomio y la cobardía. Y lo prohíben en parte en Cataluña. Mala baba. España es una inmensa olla podrida desde el Cantábrico al Mediterráneo y al Atlántico, del Norte al Sur, del Este al Oeste. Tenemos muchos alucinados que van contra sus propios intereses. ¿Cómo nos van a respetar en Europa y en el resto del mundo teniendo a tantos incoherentes y estúpidos?

Menos mal que Francia se ha dado prisa, nos ha adelantado y blinda el toreo dentro de la ley. Ya no lo van a tocar. Allí también hay muchos antis, pero no han podido. Es una buena noticia que alegra y da esperanzas.

España es la cuna del toreo pero los vecinos nos enseñan el camino para defender lo nuestro.

Poco hay que decir. Nuestro Parlamento espera a no sé qué para debatir lo mismo y supongo que sacar, con la mayoría del PP, la ley que los blinde y acabar con las locuras. Al que no le guste la corrida, que no vaya. El que esté en contra, que intente convencer a muchos para su causa. Si son capaces, que vacíen las plazas, ayudados por los taurinos putrefactos de dentro. Sí, tantos ganaderos, toreros, apoderados y empresarios. Mientras, que nos dejen en paz. 

A muchos nos llevaron de niños a los toros. Nuestros padres nos legaron su afición. Y somos miles y miles los que tenemos los mejores valores humanos. Bastantes de los que están contra los toros no lo están contra sus mascotas que seguramente torturan teniéndolas en un piso, entre cuatro paredes, casi todo el día sin tener la libertad continua que tiene el toro al menos cuatro años.

Nos da pena, por un lado, que no sepamos hacer bien las cosas. Y alegría de que los franceses sí. A ellos no les hubiera pasado lo de nuestros territorios históricos que llaman. Ni una prohibición para el toro. Faltaría más. Tampoco les dan ni agua a los separatistas.

No sé si aprenderemos alguna vez a ser un pueblo serio y coherente. Mientras tanto, queridos franceses, merci, merci, merci y merci.
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