Sentí que se me desgarraban las entrañas ante la muerte del amigo querido; para mí no es que muriera en famoso cantor argentino puesto que, en mi persona estaba el vacío que me había producido la muerte de un amigo del alma. Como digo, aquel nueve de julio, para el mundo, mataron al cantor y, en dicho día yo me quedé huérfano de su amistad, sin duda el valor más preciado que Cabral tenía y me lo había entregado sin condición.
Tras muchos años de amistad y cariño, desde España, como decía Cabral, éramos sus mejores antólogos puesto que desde nuestra Web dedicada a Facundo difundíamos su nombre y su obra sin condición, algo que sabía el cantor y que tanto nos agradecía. Cierto es que, la culminación para la consolidación de nuestra amistad tuvo lugar cuando Facundo me llamó para decirme que quería cantar en mi pueblo, que venía a España para un programa con Jesús Quintero y que, aprovechando la coyuntura estaba dispuesto a cantar para mí.
Sin lugar a dudas, aquella acción me honró hasta lo inimaginable puesto que, un hombre de su fama, de su talento, de su tremenda popularidad por el mundo, logrando ser hasta amigo de La Madre Teresa, que aquel hombre se ofreciera para cantar junto a nosotros, le emotividad no pudo ser más grande. Aquello ocurría un 30 de abril de 2006 en que, para nuestra fortuna, Cabral firmaba lo que sería su último concierto en España, algo tan mágico como excepcional puesto que, hacía ya varios años que el cantor argentino no pisaba suelo español, lo que daba la medida de su grandeza como artista y como ser humano.
Por mor de aquel concierto nació LA MAGIA DE CABRAL, el libro que tenía la virtud de inmortalizar para siempre la visita del argentino en Ibi, algo que no ocurriría nunca más, de ahí la relevancia que tomó dicha efemérides la que, como explico, pudimos inmortalizar al astro en lo que fue su paso por España, forma concreta, por nuestra “casa”. Cabral se ufanaba de dicho libro pero, su emoción más grande le llegó cuando una noche, tras un concierto en Buenos Aires, se presentaron cinco amigos míos con el libro para que Cabral se los firmara. No daba crédito Facundo a lo que estaba viendo; el libro que Pla le había hecho en España, ahora, unos argentinos se lo mostraban para que lo autografiara.
Tras el concierto aludido en aquella fecha emblemática, nuestra Web dedicada a Cabral tomó una fuerza inusitada, era el nexo que nos unía a todos los cabralistas por el mundo. Teníamos colaboradores/as en todo el mundo. Argentina, Colombia, Ecuador, Venezuela, Uruguay, Francia y, desde España nosotros le dábamos vida y sentido a una Web que, como digo, era admirada por todos los amantes de aquella filosofía bellísima, la que impartía a diario en sus conciertos el maestro Facundo Cabral. Al respecto, debo e contar una anécdota llena de dramatismo que, cuando ocurrió nos dejó sin sangre en las venas a todos los que amábamos aquella doctrina cabralista. Entre tantos colaboradores, teníamos a la señora Saitanlua, un prodigo de ser humano que construyó o elaboró más de trescientos videos sobre Cabral que ilustraban todos los trabajos que hacíamos cuantos versábamos sobre Cabral. Un trabajo de una categoría inmensa y, por supuesto, de una relevancia fuera de lo común, algo que nadie había hecho en el mundo.
Dicho lo cual, aquel nueve de julio murió Cabral y, como si de una maldición del destino se tratare, morimos todos un poco. Resulta que, cuando Cabral había entregado su alma a Dios, un buen día entramos en la página y vimos que habían desparecido todos los videos que la señora Saitanlua había hecho con tanto amor y un trabajo desmesurado, entre tantos videos, el que hacía referencia al concierto de Cabral en Ibi, un documento de un valor importantísimo que, pasados los años pudimos recuperar y que tenemos alojado en esta web que está usted leyendo, justamente en la parte superior de la página.
--En la primera imagen vemos el busto de Facundo Cabral, obra del artista Francisco Puig Alarcón, al que inmortalizó de una forma extraordinaria. El lienzo lo dice todo, sobran las palabras.
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