"...La de hoy, de Fuente Ymbro, dio mucho de sí, sumamente fácil para una terna también muy sobrada de técnica y talento. Y el balance -siete orejas- dice mucho; sin embargo, más de una, y de dos, quién sabe si de tres también, fue por la manga ancha del presidente..."
EXAGERADO "MARCADOR" DE SIETE OREJAS
- PERERA Y MARÍN, A HOMBROS CON TRES APÉNDICES CADA UNO
- LUQUE, UNA, Y UN CAÑÓN CON LA ESPADA
Juan Miguel Núñez Batlles
Corrida que hay que considerar de "puente" entre los modestos y las figuras. Ayer terminaron los unos y mañana vienen los otros, naturalmente con ganaderías de encastes y comportamientos muy diferentes.
La de hoy, de Fuente Ymbro, dio mucho de sí, sumamente fácil para una terna también muy sobrada de técnica y talento. Y el balance -siete orejas- dice mucho; sin embargo, más de una, y de dos, quién sabe si de tres también, fue por la manga ancha del presidente.
Miguel A. Perera
Abrió plaza un jabonero de nobles e incansables embestidas, al que Perera enjaretó faena muy templada y ajustada sobre el pitón derecho. Fuera de lo fundamental las únicas concesiones, un par de molinetes de rodillas. Lo demás, muy serio, de notable consistencia, incluida la estocada, atracándose de toro. Hubo pañuelos para la segunda oreja, pero esta vez y en contra del criterio que tendría después "el palco" dio sólo una.
Y si se quedó corto entonces el usía, en el cuarto se pasó de qué manera, haciéndose el remolón en primera instancia para acabar sacando ¡dos pañuelos! de una vez. No hay quién lo entienda. El toro tuvo calidad, un buen toro pero que adoleció como sus hermanos del brío que hubiera prestado auténtica emoción. Perera lo toreó despacio, a placer. Faena suave, limpia y de enjundia. No obstante, queda claro la exageración del doble trofeo.
Daniel Luque
Al segundo, toro noblón, le costaba seguir el engaño. Luque estuvo con él correcto, pero sin poder entrar en profundidades. Lo mejor, la estocada.
Y tampoco aportó nada el quinto, que se movía sin maldad, yendo y viniendo, con la cara arriba. Luque le hizo de todo, mas aquello trascendió poco. Ninguna emoción, si no el interés que despertaron en el último tramo unas vistosas luquecinas marca de la casa. De nuevo la espada, qué espadazo, sería determinante para pasear una oreja.
Ginés Marín
El tercero, toro también de buena condición, con voluntad de embestir, sin embargo, andaba escaso de motor, de tal manera que los buenos intentos de Marín no pasaron de una simple apariencia de faena. Eso sí, la espada funcionó bien; y como Pamplona es tan sorprenderte para lo de los "triunfos fantasma", hubo una oreja que iba a marcar el sendero del triunfalismo que a partir de ahí se dió en la tarde.
En cambio fue de categoría la faena al sexto, toro de muy dulces embestidas, con el que Marín se empleó a fondo, con especial recreo en el toreo al natural.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Fuente Ymbro, bien presentados y muy nobles, aunque esa docilidad habría que entenderla como un punto faltos de raza.
Miguel Ángel Perera: buena estocada (oreja con petición de la segunda); y estocada caída (dos orejas).
Daniel Luque: soberbia estocada (gran ovación); y estocada de manual (oreja)
Ginés Marín: estocada (oreja); y estocada (dos orejas).
La plaza se llenó "hasta la bandera".
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