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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 4 de abril de 2013

Sevilla tuvo que ser (sin música por favor) / Por Paco Mora



Ramón Valencia ha dejado caer que “los toreros no han entendido que estamos en crisis”, que es toda una clave. Algo así como decir que sólo ha habido dinero para los toreros.

Sevilla tuvo que ser (sin música por favor)

Por Paco Mora

Ramón Valencia, uno de los gerentes de la empresa Pagés de Sevilla ha comparecido ante la prensa para decir que en la corrida del Domingo de Resurrección se han perdido 96.000 euros. Y eso con Morante, El Juli y Manzanares en el cartel y un lleno hasta la bandera. Datos que invitan a la reflexión sobre la situación actual del toreo. Valencia ha dejado caer que “los toreros no han entendido que estamos en crisis”, que es toda una clave. Algo así como decir que sólo ha habido dinero para los toreros. Y es que los aforos de las plazas son lo que son y las figuras que llevan gente a las taquillas cobran lo que cobran. Ahí está la madre del cordero. La empresa sevillana confía en resarcirse de las pérdidas de la corrida estrella a costa de los toreros modestos, y sus sueldos naturalmente más modestos todavía. Lo que abre todas las dudas sobre el estado de injusticia en que esta sobreviviendo el espectáculo taurino. 

El ganadero Carlos Núñez ha declarado que el panorama de la ganadería “es desolador” y recomienda “equilibrio, austeridad y responsabilidad” por parte de todos, así como que la Administración levante la vara de los impuestos que hacen la supervivencia de la Fiesta cada día más difícil. Entre unos y otros, están propiciando que el número de festejos caiga en picado, que los ganaderos se enfrenten a una ruina inminente y las plazas se deserticen de manera alarmante. Pero lo más grave, y eso si que tiene fácil arreglo, es que ya ni las corridas con las máximas figuras parecen defendibles económicamente.

Es preocupante que la empresa Pagés de Sevilla no previera, a la hora de la programación de la Feria de Abril, que prescindir de la televisión era un lujo que no se podía permitir en la situación actual. La jeremiadas post morten ya no se llevan, ni siquiera en los países árabes, y por supuesto el alquiler de plañideras ya hace mucho que desapareció. Desde aquí ya auguramos, basándonos en un sentido de la realidad muy alejado de la profecía, una feria de Sevilla de economía muy difícil. Parece que el tiempo lleva camino de darnos la razón. Y bien que lo sentimos, no por la empresa, que se lo ha ganado a pulso, sino por la Fiesta de los Toros, y por la hermosa capital andaluza que merece mejor suerte porque es santo y seña del toreo.

Se impone una mesa redonda en la que participen los toreros, los ganaderos, las empresas y la Administración para buscar rápidamente soluciones a la penuria actual de la Fiesta de los Toros. No digo que el fútbol sirva como modelo para el negocio taurino, pero sí que algo se debería aprender de su organización, financiación, puesta en escena e incardinación en los medios de comunicación. Sevilla está a punto de servir de modelo de lo que no se debe hacer en estos delicados momentos. Ojalá me equivoque…
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