Elogio de Espartaco a Cartagena de Indias / por Guillermo Rodríguez

'Estoy contento por volver. Hubo detalles nada más, me hubiera gustado cuajar un toro, pero no ha podido ser'

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Elogio de Espartaco a Cartagena donde dibujó el toreo sin llegar al climax

• Espartaco dejó apenas el esbozo de una gran faena que no se cuajó porque no hubo el toro en el ruedo cartagenero 

Guillermo Rodríguez | 4 de Enero de 2015

Espartaco en estado puro. Foto gentileza de Golfredo Rojas para tendido7

Más allá del paso del tiempo, del cabello plateado, de que las facultades no son las del 79 cuando tomó la alternativa pero sí la hondura, el pozo de un toreo inmarchitable , "Espartaco" salió de la hermosa plaza, esa corona que se eleva al cielo de Cartagena iluminada la nche por una luna llena de enero el maestro "Espartaco" con la espina de no haber cuajado una faena a un toro que se lo hubiera permitido y que no salió por toriles.La corrida de "Alahma" bella de lámina y carente de la buena casta ese fusible qaue emociona por las embestidas claras y a los engaños....

No ha envejecido Don Juan Antonio porque no ha perdido la curiosidad ni el talento. Sus muñecas aun pueden dirigir aunque el cuerpo no responda de la misma manera que 30 años atrás..

"... 'Estoy contento por volver. Hubo detalles nada más, me hubiera gustado cuajar un toro, pero no ha podido ser. Algunos detalles me han salido y he podido interpretar, no es el Espartaco que me hubiera gustado que hubieran visto pero estoy feliz y contento de estar aquí'.

Farmacon, remedio y veneno que decían los romanos. El veneno, el toro que apenas fue medio ( un buen pitón derecho ) y remedio, el temple , el como lo enganchó alante y pintó 7 hermosos muletazos como quizas los hubieran delineado a la misma edad "El Calesero" , Ordóñez, Camino, o "El Viti". El toreo de Juan Antonio aun brilla.Es oro puro, no bisuteria. Y esos andares, y ese intento con el bien torear con el capote en ese toro cuarto donde surgió la emoción que nace de la verdad, desnuda,, absolutamente sincera.

Sabía de las limitaciones y no hubo pánico en el torero andaluz pero sí miedo, humanum est especialmente con el incierto primero.