"...Por lo visto los monopolios siguen siendo malos, pero sólo depende con quién… Al final constatamos que en el toreo casi todo se cura con la misma medicina aunque hay que salvar a otro extremeño que, con sus cosas, sí se sigue vistiendo por los pies. Llegados a este punto hay que certificar que el desembarco azteca es un hecho con todas las consecuencias..."
Tres nombres propios para despedir el año
Sevilla, 31/12/2014
Talavante: la guerra de las pistolas de agua.
Unas pistolas que llenó en la ría del Odiel en aquellas horas de siesta choquera en las que le hirvió el radiador: “empiezo esta tarde el segundo tramo de mi temporada bélica y por tanto paralela, con las grandes familias empresariales”. Visto lo visto, parece que al Tala se le han pasado las ganas de guerra –es torero de faenas, no de temporadas- y ha decidido poner sus complacencias en el nuevo señor del gran poder, que ya le había firmado una jugosa exclusiva para sus actuaciones mexicanas. En aquella ocasión dijo con la boca chica que la decisión no afectaba a su relación profesional con Curro Vázquez, que recibió la inocentada en el día de los ídem con cara de póquer. Bailleres ya le ha robado dos veces la pareja de baile con la llamada del ahorro. Y ya que hablamos del nuevo dueño de vidas y haciendas -ha sumado sin solución de continuidad la exlcusividad de Morante, la compra de Zalduendo, la gestión de Los Califas y el fichaje de Talavante y Hermoso para sus actuaciones mexicanas- conviene recordar que todas las proclamas de independencia, dignidad y valores que elevaban la moral del senado taurino ahora son agua pasada. Por lo visto los monopolios siguen siendo malos, pero sólo depende con quién… Al final constatamos que en el toreo casi todo se cura con la misma medicina aunque hay que salvar a otro extremeño que, con sus cosas, sí se sigue vistiendo por los pies. Llegados a este punto hay que certificar que el desembarco azteca es un hecho con todas las consecuencias. El toreo anda encantando con el soniquete de esta guajira de ida y vuelta que sí viene acompañada de lo que anda escaso acá: la plata. Esperemos que el tintineo de los pesos no vuelva a sumir a don Alejandro en una de sus siestas cósmicas. A pesar de sus vaivenes, sigue interesando.
Rivera vuelve a la cancha.
Los vaivenes de Talavante fueron la última noticia de una semana trepidante en lo taurino en la que también hemos confirmado lo que ya se daba por hecho: Francisco Rivera Ordóñez hará temporada de la mano de Simón Casas y Pepe Cutiño, que refuerza otras alianzas -sí, esas mismas- que podrían cambiar las fronteras y el mapa del toreo. Esperemos que sea para bien. Francisco tiene oficio de sobra para solventar la papeleta con más o menos brillantez sin pasar ninguna fatiguita. No creo que nadie espere ningún milagro pero tampoco se puede negar que el tironcito mediático del último Paquirri puede dar algún empujón inesperado a ciertos carteles. A las empresas les interesa este tipo de toreros que pueden sumar en la taquilla sin inquietar a los patronos. Después, en el ruedo, que cada uno aplique su gusto particular. Ahí no nos metemos. Y en cualquier caso, suerte.
Manzanares ya está contratado en el Baratillo.
La noticia era sabida aunque logró sorprender en la forma de ser transmitida. El comunicado fue enviado en una hora y una fecha -las primeras horas de la madrugada del día de Nochebuena- que atrasó su publicación en papel hasta la mañana del 26 de diciembre. Pero las redes amplificaron lo que ya era una certeza: Manzanares es el primer torero del extinto G-5 que oficializa su contratación en la plaza de la Maestranza para la temporada 2015. El brevísimo comunicado enviado por los Pagés, que ya podrían tener casi amarrados otros barcos de gran calado, también servía para certificar la defunción de un grupo que se enredó en intereses diferentes aunque quisieran vestirlo de un objetivo común. Se han podido leer algunos recados entre líneas de ciertos medios más o menos sintonizados con los líderes de aquel alzamiento. No debe haber caído bien la decisión de Manzanares de romper unilateralmente con la declinante disciplina de un grupo que ya no tiene cohesión. Suponemos que las disculpas oficializadas por Valencia y Canorea y la propia decisión de Manzanares podrían servir de efecto dominó para ir retomando la normalidad de relaciones con el resto de toreros alzados aunque -dicen- hay uno que no pondrá las cosas tan fáciles. Sólo una cosa más: Feliz año 2015. Se lo deseamos de corazón.
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