Se acabó la fiesta
Pido perdón de antemano por mi soberbia ignorancia musical pero debo reconocer que la primera vez que tuve conocimiento de la existencia de Kevin Roldán (o sea, este sábado por la noche) pensé para mis adentros: "Fíjate si es generoso y bueno Cristiano que incluso ha tenido el detallazo de invitar a su fiesta de cumpleaños a uno de los amigos del revoltoso Neymar"... Pero no, K.R. no venía en representación del delantero culé sino que al parecer había sido contratado para cantar, aunque eso tampoco haya quedado a mi modo de ver acreditado si a los vídeos que se han filtrado en Youtube hemos de remitirnos. Los cinco años y medio que Cristiano lleva hasta ahora en el Real Madrid se han caracterizado por un comportamiento profesional impoluto tanto dentro como fuera del terreno de juego; seguro que los sabuesos han revuelto en los cubos de la basura para pillarle en fuera de juego y encontrarle un desliz, un descuido, pero nunca lo han logrado.
Lo más irritante de todo (más que nada porque era fácilmente evitable) es que Ronaldo se ofreció como voluntario de Tele Escándalo para servirle en bandeja de plata a todos sus archienemigos la Cuatro Estaciones que llevaban cinco años esperando. Y, sorprendentemente, después de tanto tiempo llegó caliente. Con José Mourinho, que mientras estuvo aquí ocupó la primera posición destacada en la clasificación de los más buscados por la Interpol periodística, pincharon en hueso porque, como todo el mundo sabe, el plan de estudios de Mou en Portugal fue la agogé, pero, antes incluso de que lo hiciera él mismo, en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid aterrizó la indemostrable mala fama del jugador, que venía dispuesto a cerrar los locales nocturnos que se abrieran a su paso y a acabar por supuesto también con la virginidad de todas y cada una de las mocitas madrileñas que se pusieran a tiro, incluidas las del himno.
Jorge Mendes dijo el otro día en El Larguero de la Cadena Ser eso de que "es muy difícil ser Cristiano". Este suele ser uno de esos mantras que no se le caen de la boca al archimillonario representante portugués. Desconozco si es difícil o no ser Cristiano pero si Mendes está en lo cierto y ser Cristiano es más difícil, por ejemplo, que ser un mileurista con dos hijos y un jefe despótico, para eso tiene contratados Cristiano a una serie de profesionales que revolotean a su alrededor y cuya única misión consiste precisamente en aconsejarle bien. Para eso tiene Cristiano Ronaldo.. a Jorge Mendes. Sobre la fiesta del otro día se han vertido, y seguirán vertiéndose, ríos y más ríos de demagógica tinta, pero Mendes, que es un lince, que es un hacha, que es muy listo, debió anticiparse a la jugada y no lo hizo, debió repetirse para sus adentros que no, que Cristiano no es ese mileurista anónimo con dos hijos y un jefe desagradable sino probablemente una de las cincuenta personalidades más conocidas del mundo. Como cuando lo del famoso "no soy feliz", Cristiano se ha equivocado y Mendes no ha hecho bien su trabajo. Punto final a los Kevin Roldán, Lucrecia Jennifer, Morgan Clemente o Emerson Wagner. Se acabó la fiesta. A jugar al fútbol, señores, a jugar al fútbol.
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