"...Pues allá que nos trasladó el Dr. Stopello como un gentil mozo de espadas, junto con el Dr. Pedro Casanova y esposa, para encontrarnos con otro caballero y aficionado de postín como es Manuel Safrane, tantos años veterinario de las corridas en Valencia, y también integrado en el movimiento bienvenidista..."
Un día en Guataparo
Juan Lamarca
'Del toro al infinito' / Fotografías La Loma
Valencia, 26 de Noviembre de 2015.-
La hospitalidad venezolana nuevamente se pone de manifiesto con la mayor naturalidad, como el buen toreo, a través de un caballero con perfil de hidalgía quijotesca que siente el orgullo de su sello hispano, se trata del Dr. Ángel Stopello, al que nos une vieja amistad por causa de ese otro vínculo que nos hermana como es el toro, y que nos lleva a compartir ilusiones y entrega por la causa taurina en el seno del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, cuya familia estuvo tan ligada a esta santa tierra.
Al doctor Stopello su pasión y responsabilidad de aficionado cabal le lleva a integrar la Comisión Taurina de la ciudad valenciana, capital del estado de Carabobo, y que recién pasada la festividad de su patrona, Ntra. Sra. del Socorro, sin feria taurina por motivo de índole política que asola a este país, sí podrá ser el escenario, mañana domingo, de un acontecimiento taurino como es la novillada mano a mano entre Colombo y Vanegas. Pues eso es lo que nos trajo a Venezuela en esta ocasión y ese es el tema que una y otra vez sale a relucir en nuestras conversaciones.
Don Ángel Stopello pensaría que para seguir la tertulia volante no sería mal sitio el Guataparo Country Club, "plaza de primera" y tan monumental como el propio coso valenciano que lleva por nombre el de un héroe del torero que se llamó Bernardo Valencia, trágicamente desaparecido.
Pues allá que nos trasladó como un gentil mozo de espadas, junto con el Dr. Pedro Casanova y esposa, para encontrarnos con otro caballero y aficionado de postín como es Manuel Safrane, tantos años veterinario de las corridas en Valencia, y también integrado en el movimiento bienvenidista.
Stopello y Safrane, de casta le viene al galgo, son maracuyeros y frente a la plaza de la Maestranza, que hiciera construir el Gral. Juan Vicente Gómez y que inaugurara en 1933 Manolito Bienvenida, se criaron y crecieron junto a ella, y todavía conservan el recuerdo de su niñez del histórico mano a mano que protagonizaron en Maracay, nada más y nada menos, que Manolete y Arruza, contratados precisamente por un prócer de los toros como fue el padre de Manuel Safrane. Tampoco fueron ajenos a la conmoción de la aparición de la providencial aparición para el toreo de César Girón seguido de su hermano Curro y los que vinieron detrás.
Antes del suculento almuerzo nos mostraron detalladamente las magníficas instalaciones y parajes de elegante Club de Golf, haciéndonos presentaciones de innumerables amigos, entre hoyo y hoyo, entre cancha y cancha, bordeados por la línea montañosa del horizonte que dibujaba el símbolo del abrazo fraterno de esta gente sin par.
Con qué vehemencia postularon la figura del toro, ¡si no hay toro no hay Fiesta! exclamaban. Los recuerdos taurinos de Venezuela y España se fueron sucediendo sobre platos y manteles, y con el aderezo del buen vino chileno, para ver la maravillosa caída de la tarde envuelta en fina lluvia entre destellos huidizos de sol, que dio paso a un sentido brindis por España, por Venezuela y por nuestra Fiesta.
Gracias, amigos, compartiremos con ustedes la novillada de Colombo y Vanegas, que se espera sea un festejo trascendente y memorable, también con los aficionados valencianos y los que llegan de todas partes de Venezuela, con Fortunato González capitaneando a los Capítulos bienvenidistas, y con el Víctor López El Vito, la voz de la Fiesta, como estandarte de los aficionados.
¡¡Suerte!!
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