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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 5 de octubre de 2017

Luis Bolívar / entrevista de Pla Ventura


Luis Bolívar de nuevo en Madrid

Todavía retumban los ecos de los que, el pasado 24 de septiembre llevó a cabo el diestro Luís Bolívar frente a un toro de José Escolar, justamente, de los encastes que siempre ha lidiado el diestro colombiano. No hubo triunfo de clamor, pero sí una total convicción entre el diestro y los aficionados de que, su causa, como matador de toros, sigue tan viva como el primer día.


LUÍS BOLIVAR: Un artista de Colombia

Todavía retumban los ecos de los que, el pasado 24 de septiembre llevó a cabo el diestro Luís Bolívar frente a un toro de José Escolar, justamente, de los encastes que siempre ha lidiado el diestro colombiano. No hubo triunfo de clamor, pero sí una total convicción entre el diestro y los aficionados de que, su causa, como matador de toros, sigue tan viva como el primer día.

Trece años después de que El Juli le doctorara en Valencia, Luís Bolívar, pese a todo, sigue tan ilusionado como en aquella inolvidable fecha para él. Es cierto que, en los dos últimos años su nombre apenas sonaba en cartel alguno, algo que nos tenía muy preocupados a los aficionados. Tras su maciza actuación en Madrid, la que referimos, Bolívar nos recuerda que no estaba “muerto”, más bien no tenía contratos pero su torería sigue tan vigente como el primer día.

Como se demuestra, otra injusticia más que nadie puede comprender en la que, ni el propio diestro es capaz de entender; él ha sufrido en sus carnes semejante vejación pero, lo que ha quedado latente es su torería inmensa que, ya lo hemos visto, a poco que le han puesto en un cartel, en este caso en Madrid, ha convencido a todo el mundo.

No se trata de un torero más; su torería trasciende mucho más allá de lo meramente convencional puesto que, de sus manos y sentidos, desde siempre, han aflorado retazos de su clase como torero. Es cierto que, Luís Bolívar, tratado por las empresas con excesiva dureza, desde siempre ha tenido que reinventarse a sí mismo, siempre, por la vía de la verdad, del sendero de la honradez puesto que, ¿cabe mejor honra que enfrentarse a ese tipo de ganaderías que, los de arriba, no saben ni que existen?

Como decía, desde el pasado año desapareció Bolívar de los recintos taurinos y, todos sospechábamos lo peor; quizás que pudiera haberse retirado en silencio; pero no, estábamos todos equivocados como demostró hace pocas fechas en Madrid.

Luís Bolívar, como digo, ha sido un referente importantísimo al respecto del toro auténtico puesto que, ganaderías como la de Victorino Martín, entre otros encastes importantes son los que le han definido como el gran torero que sigue siendo. Razón tenía don José Escolar en sus declaraciones al respecto de que una corrida de toros debe definirse de tal modo porque, como se sabe, el toro es el gran protagonista, una prueba de lo que dijo el célebre ganadero que le avala y le da la razón no fue otra que, ese gran toro que cayó en las manos de Bolívar días pasados en Madrid en que, el diestro caleño hizo vibrar a la afición venteña.

-Desde el pasado año, Luís, te alejaste en silencio. ¿Por qué?

Motivos personales que no le importan a nadie me abocaron para descansar unos meses, razón por la que, como decías, hasta entiendo que muchos aficionados creyesen que me había retirado. He vuelto y, como se pudo comprobar, con más ilusión que nunca.

-Seamos sinceros, Bolívar, ¿motivos personales o falta de contratos?

Los contratos, como siempre me sucedió, pueden ir o venir; pero las circunstancias personales, en ocasiones, hasta te doblegan impidiendo que hagas, en mi caso, lo que más amas, en este caso en mi persona, torear, porque como el mundo sabe soy matador de toros.

-Por dicha razón, al saberte acartelado en la corrida que lidiaste hace pocas fechas en Madrid, nuestra alegría resultó enorme. ¿Cómo te sentiste tú al verte incluido en tan importante corrida?

Feliz porque, ante todo, era una apuesta fuerte; era Madrid y una auténtica corrida de toros, digamos que una papeleta muy difícil de digerir; no es menos cierto que, dada mi faceta como matador de toros, era mi responsabilidad la que asumí con todo agrado.

Recogiendo al de Escolar con el capote

-Una corrida en la que como ha contado todo el mundo, estuviste magnífico en tus dos enemigos; en tu segundo, por muy poco, pudiste haber cortado una oreja que, como supimos, la pidió todo el mundo. ¿Por qué no se te concedió?

Eso habría que preguntárselo al presidente que era el que tenía la última palabra; se pidió la oreja con autentico clamor y, como te digo, mi gozo en un pozo por la decisión de un señor que, él sabrá, pero que con toda seguridad se sintió por encima del bien y del mal. Duele, no tengo recato en confesarlo que la decisión de una sola persona hunda en la miseria el criterio de miles de aficionados y, sin duda, al protagonista que se jugaba la vida que justamente era yo.

-En tu caso, Luís, por todo lo que he podido leer, robarte ese trofeo le sonó a todo el mundo como a puñalada trapera. ¿Hubiera hecho lo mismo el presidente si el interfecto se hubiera llamado Enrique Ponce, por citar a un diestro afamado?

No lo sé, pero en el caso de que así hubiera sido, a Ponce o a cualquier diestro de los encaramados en lo más alto del escalafón no le hubiera afectado para nada; pero no era mí caso que, esa oreja pudo abrirme muchas puertas. Bueno, los hechos ya se consumaron y poco más podemos hacer; lo que queda no es otra que, resignación y empezar de nuevo.

-Hablan y no acaban de tu segundo toro, el de José Escolar que, como nos han contado, estuviste pletórico. Bueno, trofeos al margen, para ser la primera del año no está nada mal. ¿Digo bien?

Es cierto que me sentí muy bien; es más, tenía la idea en mi mente de que tenía que triunfar y, hasta la espada me acompañó. Me sentí torero de verdad y eso es lo importante. Y tuvo mucha importancia todo porque, como sabes, que se aúnen tantos factores para que un torero pueda triunfar es algo complicadísimo y, mucho más si hablamos de Madrid.

Doblándose con el toro

-Una espada, Bolívar, que si no recuerdo mal te ha robado muchas orejas en Madrid. ¿Cuántas has cortado en Las Ventas?

Creo que han sido cuatro o cinco orejas, no recuerdo con exactitud, como no es menos cierto que, por culpa de la espada he perdido alguna que otra puerta grande en Madrid. Se puede entender, aunque produzca mucha rabia interna, que un torero pierda un gran triunfo por el mal manejo de la espada, pero que aciertes con rotundidad para refrendar lo que has hecho con la muleta y que no tengas premio, eso entristece a cualquiera.

-Dentro de todo, matador, te queda el orgullo de haber circunscrito tu carrera, desde siempre, con el toro de verdad, el auténtico, el que lidian los toreros que en realidad son tales. Todo un honor el que te avala puesto que, si me lo permites, Luís, eres como el trapecista que hace sus números sin red; los hay igual de buenos, caso de muchos de tus compañeros, pero actúan con red, es decir, su vida apenas corre peligro. Tras lo visto, la pregunta es obligada, ¿sirve para algo tanta grandeza?

A nivel de satisfacción personal es lo máximo; nadie podrá ponerme reparo alguno a lo que ha sido siempre mi trayectoria personal. Una carrera de la que, como entenderás, me siento muy orgulloso.

-Deja que te cuente por si no lo sabías que, existe un señor que cría unos animalitos que parecen toros y, algunos, hasta parece que salen santificados de “Lo Álvaro”. Con dichos animalitos algunos diestros han construido faenas memorables. ¿No sientes envidia por encontrarte con alguna “hermanita de la caridad” como las que te cito?

No creas que, tampoco sea todo tan sencillo. Como sabemos, a Juan Pedro como a cualquier ganadero le han salido toros que no había por dónde meterles mano. La bravura no es una ciencia exacta, tiene muchos matices. Las ganaderías que yo suelo lidiar, como decías, no son el plato fuerte para muchos toreros y, en mi caso, con dichas ganaderías he logrado triunfos muy grandes. O sea que, dentro de todo, si empezáramos a matizar quizás nos llevaríamos sorpresas.

Dando distancia

-Por lo que me cuentas estás feliz con el tipo de ganaderías que lidias. Siendo así, nada que objetar. Mis respetos para ti, matador. Y si la cosa es tan simple como parece, digamos como tú apuntas, ¿cómo es posible que don José Escolar no tenga una larga lista de toreros de los llamados figuras esperando poder matar sus toros?

La elección de cada cual seguirá siendo una cuestión de libertad personal de cada torero, algo que no cuestionaré jamás. Pero si debo repetirte lo que antes hemos comentado, los grandes toros que me han salido, he lidiado y he triunfado en las llamadas ganaderías duras como por ejemplo, en esta mi primera corrida del año que pude torear en Madrid y, con un toro importante de José Escolar creo que estuve a la altura.

-Al final, torero, tras todo lo visto, ¿no será toda una cuestión de suerte?

Además de la decisión, la torería, las ganas de ser torero, la capacidad para serlo y la entrega total, es cierto que, un puntito de suerte no es ninguna tontería. Pongamos por caso, como antes comentábamos, las veces que la espada me jugó una mala pasada en Madrid, impidiéndome abrir la tan soñada puerta grande del toreo. Si, ese resquicio de suerte puede cambiar el signo de un torero, la prueba la tienes en la que este año han salido por la puerta grande de Madrid; los que no lo hicieron no quiere eso decir que son peores profesionales, nada de eso; pero la suerte de triunfar y salir exitoso de Madrid dice todo a favor de un determinado diestro.

-En estos momentos, Luís Bolívar, ¿quién te apodera?

Mi espada y mi muleta, no tengo más. Pero no cierro ninguna puerta. Apoderados tuve y creo que una vez alguien más se atreverá a creer en mi proyecto que, dicho sea de paso, no es nada desdeñable y, por supuesto, ninguna locura.

Así toreó al natural Bolívar

-Imagino, así lo quiero pensar, que te esperarán las ferias de Colombia, tu “plato fuerte” el que seguramente ansías con toda la ilusión del mundo. ¿Sigues en activo gracias a Colombia?

Estoy en activo porque siempre he creído en el proyecto de mi vida, de mi carrera toda; Colombia es una suerte mía en la que mis paisanos me tratan con desmedido cariño, con exigencias, pero siempre se acuerdan de mí. Sí, hombre, ya estoy ilusionado que lleguen esas ferias en las que, gracias a sus contratos, allí me siento torero de verdad.

-Torero y, como caso paradójico, allí te enfrentas con los grandes toreros españoles que, en España no has tenido ni la oportunidad de tomarte un café con ellos. ¿Qué trato sientes que te dan las figuras del toreo cuando te encuentran en Cali, Manizales, Bogotá…?

No puedo objetar nada contra nadie porque todos me han tratado con enorme respeto. Es más, es un lujo muy grande poder competir con ellos aunque sea en Colombia; uno, a nivel artístico, aquello de sentirse espoleado por los mejores siempre es muy agradable.

-Y en Colombia, en lo que a éxitos se refiere, ¿tienes la sensación de que les has pasado por encima a mis compatriotas?

Ha habido de todo, pero en la mayoría de los casos, para mi suerte, he sido el gran triunfador.

Saboreando la vuelta al ruedo

-Seamos optimistas, Bolívar, y pensemos que esa gran actuación tuya en Madrid de la que tanto hemos hablado servirá para que, al año venidero, Simón Casas te reserve un puesto de honor en la feria de San Isidro. Y a eso le llamaríamos justicia. ¿Lo ves posible?

De entrada, creo que sí. Aunque no pude esgrimir el trofeo que todo el mundo me pedía, mi actuación, es decir, mi firmeza ante una auténtica corrida de toros, ese mérito nadie me lo podrá robar; es más, por parte de los aficionados, como dijimos, ocurrió todo lo contrario, me lo valoraron muchísimo y esa felicidad no hay quien me la quite.

-¿Añoras no llevar a tu lado a Domingo Navarro?

Por supuesto. Ese era uno de los grandes lujos que yo me daba dentro de las plazas de toros. Ocurrió que, Domingo, por motivos personales y de trabajo decidió colgar el traje de luces, pero eso no quita para que yo le añore como subalterno y como persona cuando estaba a mi lado. Desde vuestras páginas, permíteme que le mande un afectuoso saludo puesto que, ante Navarro solo caben dos opciones, quererle o quererle.

-Poco más nos queda que añadir, admirado Luís Bolívar. Darte la enhorabuena por esa gran actuación en Madrid, desearte muchos éxitos en Colombia y, a poder ser que sigas tu estela de triunfos por los ruedos de España y del mundo.

Fotos: Muriel Feiner

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