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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 16 de noviembre de 2017

Tirando de pico. Anecdotario taurino de Francisco Picó


Pepín Liria

Las sobremesas en las cenas, tras los actos de Asabaf.

Quiero terminar este segundo libro de anécdotas, refiriendo las extraordinarias sobremesas, que se dan tras las tradicionales cenas de hermandad entre los socios de Asabaf.

En la mayoría de ellas, una de las voces cantantes y contantes es la de la sensacional Lina Herranz Otero, una gran artista, de la que yo recuerdo su paso por uno de los géneros teatrales como es de la revista.La recuerdo en teatros valencianos como el Apolo, el Serrano y naturalmente el templo de la Revista: el Ruzafa.

Lina tiene un saco de chistes, los hay de todos los colores, lógicamente abundan los subidítos de tono, pero su arte para contarlos, disimula con frecuencia el contenido de los mismos.

Repito, la extraordinaria Lina, le da a esas sobremesas un carácter de simpatía, que es compartido por todos los asistentes.

En una de esas sobremesas, Domingo Navarro contó que lo que más echaba de menos después de su retirada de los toros eran las tertulias y los agradables ratos que se pasan en el coche de cuadrillas, una vez terminada la corrida cuando se dirigen a otra ciudad donde tienen que actuar al día siguiente.

Navarro refirió que en una reunión, se habló de la cornada que había sufrido recientemente el torero Pepín Liria. en una plaza del norte de España, En esa reunión se hallaban otras personas como El Fandi y también el que fuera futbolista del Real Madrid, Guti.

Se hablaba de la cornada, cuando Liria, dijo: venid conmigo al cuarto de baño. Se fueron y allí Liria les mostró las cicatrices todavía tiernas de la cornada. Todos mostraron su asombro por las terribles secuelas, De repente alguien reaccionó para evitar que Guti se fuera al suelo, por el impacto que le había causado la herida.

El doctor Roca, creador y artífice de Asabaf, refirió en una de esas sobremesas, un dato muy curioso. El recientemente retirado traumatólogo, confesó algo nada común, en dos días consecutivos había presenciado el indulto de tres toros. Dos en la feria de Murcia el seis de septiembre y otros más al día siguiente 7 de septiembre en la feria de Albacete.

Los de Murcia fueron dos toros de Zalduendo, Uno indultado por Ponce y el otro por Pepín Liria.

El de Murcia fue un toro del Marqués de Domecq, indultado por Antonio Ferrera. Como dato curioso y de gran relevancia hay que destacar que tras el indulto de Murcia, la banda interpretó el Himno Nacional. o sea lo que siempre se ha llamado en nuestro país La Marcha Real.

A propósito del Himno Nacional, no comparto los que dicen que carece de letra y por eso no lo cantan. Nuestro Himno Nacional tiene letra. Se la puso el ilustre José María Pemán durante los años de nuestra guerra civil me parece que data entre 1937/1939. Esta el la letra de nuestro Himno Nacional. Naturalmente la música es la misma que la de La Marcha Real.

“Viva España, alzad los brazos hijos del pueblo español
que vuelve a resurgir

Gloria a la Patria que supo seguir
sobre el azul del mar el caminar del sol.

Gloria a la Patria que supo seguir
sobre el azul del mar el caminar del sol.

¡Triunfa España! Los yunques y las ruedas
cantan al compás
del himno de la fé.

¡Triunfa España, Los yunques y las ruedas
cantan al compás
del himno de la fe.

Juntos con ellos cantemos de pie
la vida nueva y fuerte del trabajo y paz.

Viva España, alzad los brazos , hijos
del pueblo español
que vuelve a resurgir

Gloria a la Patria que supo seguir
sobre el azul del mar el caminar del sol

Gloria a la Patria que supo seguir
sobre el azul del mar el caminar del sol.”

Fin.

Y termino con otro sucedido a cargo de Domingo Navarro, en la ciudad de Chota (Ecuador). Navarro toreó en aquella plaza y sufrió una cornada. Fue trasladado a un hospital para su curación.

Navarro estaba consciente y se enteraba de cuanto sucedía a su alrededor. Un médico se dirigió a un enfermero y le dijo: toma dinero y vete a la farmacia a buscar tal medicamento. El hospital era lo más cutre que se puede imaginar.

Navarro reaccionó: Me voy, me voy de este hospital, Se le instó a permanecer en el mismo, sin resultado.

No, no y no. Llevadme al hotel, No quiero estar ni un minuto más en este lugar.

Y asi fue. Navarro fue atendido en el hotel por un médico de total garantía.

Esas y muchísimás más cosas son las que se cuentan en esas singulares tertulias a las que me he referido.

Laus Deo.

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