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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 6 de julio de 2020

Decálogo para ser feliz / por Rafael Comino Delgado


Este decálogo se puede resumir en tres puntos fundamentales: a) Acepta la vida tal como viene, sin protestarle a Dios; b) Trata de hacer el mayor bien posible desde la humildad; c) Vive en la verdad y para la verdad. Todo lo demás será un camino equivocado que conducirá a la infelicidad.

Decálogo para ser feliz

Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
La felicidad es un estado emocional, y por tanto es algo subjetivo, y relativo a cada persona, en el cual se experimenta una sensación de satisfacción, de bienestar espiritual, de tranquilidad, de armonía, de felicidad, en definitiva. 

Aristóteles, entendía   que la felicidad es el mayor bien del hombre, y por tanto el fin principal, que solo se logra a través de la virtud, y nunca en placeres materiales. Así pues, la filosofía de Aristóteles tiene un fin teleológico, Dios, y también tiene claro que la felicidad es el significado y el propósito de la vida, el fin de la existencia humana.

Para Diógenes de Sinope el soberano bien es la virtud, pues los honores y las riquezas son falsos bienes que deben despreciarse. La felicidad estaría relacionada con el equilibrio y la armonía, y se logra mediante acciones que permiten realizarnos como personas pensantes.

Debasish Mridha (médico y poeta americano) piensa que la felicidad es un estado de consciencia que viene de la tranquilidad, servicio, amor y perdón.

Y para Agustín de Hipona la felicidad es el fin último de toda la conducta humana, que no se puede alcanzar con los bienes exteriores finitos, ni perfeccionando nuestra mente, y sí en la vida beatífica, en la presencia de nuestra alma ante Dios. 

Para Tomás de Aquino, la felicidad solo puede estar en la visión de la esencia divina. Buscar la felicidad en el disfrute de placeres, de honores recibidos es un error. Por tanto, en esta vida solo se puede ser feliz parcialmente, pero nunca se podrá lograr la total y perfecta felicidad, que solo se obtiene en premio a acciones virtuosas, a la vida en virtud (Suma Teológica)

Para las tres religiones monoteístas la felicidad es un estado de paz que solo se alcanza en la comunicación con Dios.

En cambio, para Sigmund Freud la felicidad es una utopía, ya que en el mundo real en que vivimos hay experiencias desagradables, dependientes de nuestro cuerpo y de nuestra mente, que impiden esa felicidad total; solo podría ser, en el mejor de los casos, parcial.

Todos los grandes filósofos, todos los hombres verdaderamente sabios han recomendado la moderación  para ser feliz. Así, el escritor y científico alemán Johann Wolfgang von Goethe pensaba que “la felicidad se fundamenta en la moderación”; Tales de Mileto, uno de los siete sabios de Grecia, afirmaba, “Sea tu oráculo la mesura”; otro  de los siete sabios griegos, Cleóbulo,  decía “Lo óptimo: la mesura; y Euripides, “Hasta las desdichas han de sentirse con moderación”. Naturalmente con todos ellos estamos de acuerdo, y añadimos, de forma más explícita, que la felicidad tiene su base, su fundamento en el equilibrio, el orden, la armonía a través de la virtud
Nosotros creemos que, en este mundo, es evidente que la felicidad total no se puede logar porque tenemos cuerpo o soma y  este puede tener y tiene padecimientos, lo que nos produce dolor o sufrimiento, más o menos intensos, y tenemos psique o mente con capacidad de  pensar, razonar, sentir, es decir, una parte afectiva que a veces también nos pude causar sufrimiento, por ejemplo la pérdida de un ser querido,  pero si es posible lograr una felicidad suficiente para que la vida sea agradable, y ello se logrará cumpliendo el siguiente decálogo:

1)No odies ni hables mal de nadie, ni siquiera a quien se lo merezca. Si no puedes amarle, ignórale y si no puedes hablar bien de él, cállate. El odio te hará infeliz, porque alimenta los sentimientos más bajos y autodestruye a la persona. Al contrario, procura hacer todo el bien que puedas a los demás, sea quien fuere. “Haz el bien y no mires a quien” (Biblia. Gálatas 6:9)

2)Acepta la vida como vaya viniendo, y procura resolver los problemas de la mejor forma posible, sin protestar. Nosotros solemos decir: "No discutas con Dios, acepta la vida como venga, que él sabe muy bien lo que hace y por qué lo hace". 
3)En tu trabajo procura hacer lo máximo posible y lo mejor posible. Aristóteles decía: “Solo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio”. No conozco a nadie que estando siempre, o casi siempre, ocioso sea mínimamente feliz.
4)Procura encontrar un trabajo que te guste, si lo logras eres un ser privilegiado, y si no lo logras procura que el que tienes te guste. Se puede lograr.
5)Procura actuar siempre de manera ecuánime, justa y honesta. Ello hará que tengas la conciencia tranquila, lo cual es fundamental para ser feliz.
6) Procura llevar una vida ordenada y moderada en todo, pues la felicidad reside en la mesura, la virtud y la armonía interior.
7)Procura respetar a todo el mundo como te gustaría que te respetaran a ti.
8)Procura tener siempre ilusión por algo. “La capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual”, decía don Gregorio Marañón
9)Busca la felicidad siempre, no solo en lo material sino, especialmente, en lo espiritual. 
10)Vive la vida en la verdad y para la verdad. “Hasta la muerte lucha por la verdad y el señor combatirá por ti” (Biblia.Eclesiástico, 4)

Este decálogo se puede resumir en tres puntos fundamentales: a) Acepta la vida tal como viene, sin protestarle a Dios; b) Trata de hacer el mayor bien posible desde la humildad; c) Vive en la verdad y para la verdad. Todo lo demás será un camino equivocado que conducirá a la infelicidad.

El Rey Salomón decía, "Feliz es el hombre que ha hallado Sabiduría”. La persona que cumple el anterior decálogo pensamos que es una persona sabia y, por ello, que logrará la felicidad. 

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