El de las hormigas es, con todo, el único humano de todos los paisajes urbanos que pueden contemplarse desde los vanos moriscos de la galería de grada.
En una foto extraordinaria de 1935, tomada desde la Fuente del Berro, la plaza aparece como un circo extravagante de ladrillo rojo edificado en medio de un desierto urbano. El único contorno de la plaza es un inmenso descampado. Para hacer accesible el lugar hubo que librar el desmonte que bajaba desde las rondas hasta el puente sobre el Abroñigal. El puente de Ventas, donde arrancaba cuesta arriba la Carretera de Aragón. La carretera que llevaba a Alcalá de Henares pasando por Canillejas, San Fernando y Torrejón. La que cruza el Jarama y dejaba a un lado el camino de Mejorada.
De modo que la plaza no dejaba de ocupar una vaguada. Si por arte de magia pudiéramos hacerse evaporar todos los edificios construidos en el entorno de la plaza, se recuperaría la imagen de 1935. Su aspecto de espejismo en el desierto. Un oasis moruno.
El edificio más frontal a la puerta grande tiene un parecido con el modelo de viviendas urbanas seriadas de estilo Le Corbusier. Un remoto parecido. Está en la esquina de Alcalá y Almería. Al pie del puente, a su lado, las cocheras del metro protegidas por un techo de carpa blanca. Y al fondo, apenas un rincón del parque de la Fuente del Berro, que es muy bello. Desde donde se tomó la foto del 35. Los bloques del viejo barrio de Ventas, alineados como una muralla de hormigón, son opacos. Los barrios de San Pascual y El Carmen han quedado ocultos detrás de edificios modernos bastante agresivos. Los apéndices del primitivo barrio de la Concepción, no tan ajenos al estilo Le Corbusier, parecen de cartón piedra. Cerca del tanatorio, una mole de mármol negro.
Sospecho si es que no lo sé que se trata de la sede de una compañía de seguros. Porque a las compañías de seguros les provoca mucho la muerte. Es un negocio rentable. Las casas tejadas de la avenida de los Toreros son gratas a la vista. En un paisaje que no estuviera tan marcado por la silueta de las Ventas valdrían el doble.
Una especie de colonia son. Los edificios de la cuesta de Julio Camba no tienen interés. Solo que el hotel Ibis, cadena francesa fiable, tiene un cafetín mínimo, escondido, donde se puede charlar. No es un hotel taurino. Los hoteles taurinos se presumen grandes, rumbosos. Ruido de sables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario