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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 13 de agosto de 2022

Fortuna en el sorteo / por Pla Ventura


Si de mala suerte hablamos respecto a los sorteos, Diego Urdiales ha sido el gran damnificado en la presente temporada. Cuidado, no estoy justificando para nada al diestro de Arnedo, pero sí contando la pura realidad de lo que ha tenido que vivir este artista de la torería que, compartiendo grandes carteles, veía como sus compañeros lograban el triunfo mientras que él, pese a un esfuerzo titánico, como los animales no querían, le dejaban la tarde en blanco. 

 Fortuna en el sorteo

Pla Ventura
Toros de Lidia / 13 agosto, 2022
Hasta para sortear seis toros entre tres espadas hace falta mucha suerte respecto a tal o cual torero. Lo digo porque, habitualmente, los diestros que funcionan en la élite de los festejos taurinos, digamos las llamadas figuras, no a todos les corresponde siempre el toro ideal para hacer el toreo soñado, cosa que, a los mandones del toreo les tiene sin cuidado porque con mayor o menor suerte, siguen toreando todos los días y en todas las ferias. Es decir, cuando se ha logrado estar en la élite todo es favorable, incluso cuando los toros se niegan a embestir porque, reitero, al día siguiente tienen otra oportunidad, y otra, y otra….

Sin embargo, dentro de esa amalgama de toreros de gran predicamento, existen algunos diestros que, pese a formar parte de ese festín, todavía les hace falta la suerte para que les embistan los toros porque, de lo contrario te pasan una factura horrible. Es el caso de Diego Urdiales que, como sabemos, a diario, en todas sus actuaciones es capaz de mostrarnos su arte inmaculado, su pureza al más alto nivel pero, en la presente temporada, los sorteos no le han sido muy favorables que digamos puesto que, como miles de veces dije, todos los toros de las figuras no salen con esa nobleza que todos anhelamos para ver al artista en su plenitud.

Si de mala suerte hablamos respecto a los sorteos, Diego Urdiales ha sido el gran damnificado en la presente temporada. Cuidado, no estoy justificando para nada al diestro de Arnedo, pero sí contando la pura realidad de lo que ha tenido que vivir este artista de la torería que, compartiendo grandes carteles, veía como sus compañeros lograban el triunfo mientras que él, pese a un esfuerzo titánico, como los animales no querían, le dejaban la tarde en blanco. Cuestión de azar en la mañana del sorteo.

Por fin, entre otras plazas, Santander y Huesca les ha sido propicias para la expansión de su arte que, como sabe todo el mundo, lo tiene a raudales, el problema, como decía, es tener un enemigo acorde para poder mostrarlo, cosa que algunos hasta han llegado a dudar. A los memos me refiero, porque un artista podrá tener una tarde de mayor o menor relevancia por aquello del toro que tenga enfrente pero, que pierda su esencia torera, eso es un imposible.

Es archisabido que Urdiales no compite con nadie, ni quiere sumar ochenta tardes pero, a diario, donde fuere que actuare, el diestro intenta dar lo menor de su ser que, casi siempre suele ser una lección inenarrable de torería. Su pena, como la de todos los aficionados, es algo notorio porque, para bien o para mal, Diego Urdiales es un torero esperado, un artista con vitola como tal al que los aficionados esperamos con inusitada ilusión. ¿Motivos? No es nada normal que nos encontremos, a diario, con toreros del corte del mencionado que, en los tres primeros compases de la lidia ha puesto a todo el mundo de acuerdo.

Celebramos, como explico, que la suerte le sea favorable a la hora del sorteo porque, mientras los demás intentan cautivar al público de forma heterodoxa, caso de Roca Rey, Urdiales pretende conquistar al aficionado por la causa hermosa del arte, razón por la que sus faenas, cuando suceden, son inolvidables. No se trata de abogar por la cantidad, pero sí por la calidad inmensa de este hombre que, riéndose de las estadísticas, si se aferra desde el fondo de su alma por aquello de alcanzar la gloria que quiere mostrar a cuantos le admiramos.

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