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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 10 de diciembre de 2024

El templo del «Napoleón» de los toreros, un homenaje a la tauromaquia moderna / por Juan Manuel Reina

Retrato de Francisco Montes "Paquiro" por Antonio Cavanna

'..Elegante como pocos –introdujo las lentejuelas, alamares y borlas, además de acortar la chaquetilla e incorporar la montera–, el espíritu de Francisco Montes «Paquiro» impregna de forma poderosa uno de esos rincones en los que se muestra parte importante de su historia… del toreo..'

 Chiclana de la Frontera (Cádiz). El Museo Francisco Montes «Paquiro» cautiva a los taurinos y a los menos aficionados.

El templo del «Napoleón» de los toreros, un homenaje a la tauromaquia moderna.

Juan Manuel Reina
Diestro de quiebros, galleos y recortes. Maestro, como diría el propio Pedro Romero, carente de miedo y gran vigor en piernas y brazos; Francisco Montes «Paquiro» (1805), el «Napoleón» de los toreros, marcó un antes y un después en la tauromaquia.

Protagonista de mil y una tardes de gloria, de esas que entraron en los anales de la historia por la puerta grande, este chiclanero de noble cuna cuajó una de sus mejores faenas lejos del albero.

Fue una «tarde» de tintes eternos, en la que sustituyó el quiebro del capote y la suerte de la espada por la palabra y el conocimiento para dar la vuelta al ruedo con una de las grandes obras maestras del toreo, su «Tauromaquia completa. El arte de torear en la plaza, tanto a pie como a caballo», esa que aún hoy rige los destinos de este arte.

En ella, publicada hace ya casi dos siglos (1836), además de encarar la técnica lidiadora, este sabio legislador puso las bases para un futuro que ya es presente.

Elegante como pocos –introdujo las lentejuelas, alamares y borlas, además de acortar la chaquetilla e incorporar la montera–, el espíritu de Francisco Montes «Paquiro» impregna de forma poderosa uno de esos rincones en los que se muestra parte importante de su historia… del toreo. Un espacio, el Museo Municipal Francisco Montes «Paquiro», que se levanta a orillas del río Iro, en Chiclana de la Frontera, en un emblemático entorno bodeguero, y que, a principios de siglo, abrió sus puertas para mostrar y cautivar a visitantes –aficionados o no– con un escenario único en la provincia de Cádiz de trajes de luces, cuadros, carteles, esculturas, abanicos y demás objetos de arte. Piezas que, partiendo de la sala principal, esa que, exclusivamente, rinde culto a la figura de Paquiro, nos acercan a una parte trascendental del toreo.
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De espíritu inquieto, este espacio museístico, que «bebe» de la Colección Sagnier –de propiedad municipal– y de los fondos de Pedro Leal, está consagrado en cuerpo y alma a eventos artísticos ligados al mundo del toreo, lo que lo convierte en uno de los rincones de tradición, cultura y arte más sobresalientes de Andalucía.

Y es que al toro, a la tauromaquia, también se llega por el camino del arte y no de la afición, como, hace ahora dos décadas y por extraño que pueda parecer, le sucedió a quien ha regido los destinos del Museo Municipal Francisco Montes «Paquiro», Pedro Leal, apasionado del arte y reconocido fotógrafo. «Yo no he sido aficionado al toro. Me acerqué a este universo atraído por su plasticidad y su parte más artística e histórica», explica.

«Fue tras una visita al Museo Taurino de Córdoba cuando me animé a impulsar este espacio, que siempre tuve claro que debía estar dedicado a la figura de uno de los más grandes por su arte y legado, Francisco Montes ‘Paquiro’», argumenta.

Leal explica el origen de este museo: «Me resultó muy curioso que una persona de la talla de ‘Paquiro’, autor de la tauromaquia que aún rige el toreo, fuese tan desconocido. Desde entonces, con la implicación del Ayuntamiento de Chiclana, no hemos dejado de dar pasos par enriquecer el museo y, con ello, dar a conocer la figura de alguien tan importante para la historia de la tauromaquia».

Museo que, en la actualidad, cuenta con más de 600 piezas en su colección y que, en esta época, con la temporada dando sus últimos coletazos, se convierte en visita obligada para esos aficionados y amantes del arte y la historia que quieran adentrarse en la figura de un hombre, Francisco Montes «Paquiro», que llegó al toro para revolucionarlo.

El célebre retrato que del torero pintó Antonio Cavanna, el busto del maestro que realizó José Piquer y Duart, un ejemplar que José María Repullés editó de la Tauromaquia o grabados que Daniel Perea realizó para la revista «La Lidia» son algunos de los muchos atractivos que dan vida al que es un auténtico viaje por la historia de Francisco Montes «Paquiro».

Publicado en La Razón

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