""..A Esperanza Aguirre, tan dada a los brindis al sol, hay que recordarle que tiene la casa sin barrer. Y hay que sustituir ese Consejo Taurino, lleno de estómagos agradecidos, por una comisión de aficionados - no de políticos - que fiscalicen a la empresa...""
""...Se rumorea también que doña Esperanza ha influido muy mucho para que un conocido top model superstar esté muy bien colocado en la feria. Si esto fuese cierto sería una vergüenza...""
LA PRIMERA PLAZA DEL MUNDO
TIENE LA PEOR FERIA DEL MUNDO
Por Domingo Delgado de la Cámara
Madrid.-27 /03/2010
Esto es así desde hace años, pero nunca, como en este 2010, había caído tan bajo: jamás se ha visto un San Isidro tan lamentable como este año. Y sé de lo que estoy hablando porque, aunque no alcancé a ver los brillantes San Isidros de don Livinio Stuyck, sí llegué a ver los últimos de Jardón, Taurina Hispalense, Chopera y los Lozano. Ni Martín Berrocal osó organizar tamaño disparate. Y ni Chopera ni los Lozano hubieran perpetrado tamaño decalzaperros. Esto es una vergüenza.
La Empresa pensaba que anunciando a José Tomás dos tardes, la gente daría por buena esta espantosa feria. Pero no ha sido así. Todos los aficionados con los que he hablado, con independencia de gustos y criterios, josetomasistas incluidos, coinciden en que esta feria no hay por donde cogerla. Unanimidad absoluta que contrasta con el consenso a la búlgara del Consejo Taurino de la Comunidad de Madrid que ha dicho que es una feria maravillosa...
Y es que la gran responsable del desbarajuste es la Comunidad de Madrid que solo quiere dinero y lo demás le da igual. A Esperanza Aguirre, tan dada a los brindis al sol, hay que recordarle que tiene la casa sin barrer. Y hay que sustituir ese Consejo Taurino, lleno de estómagos agradecidos, por una comisión de aficionados - no de políticos - que fiscalicen a la empresa.
Y ¿qué me dicen de la empresa? Su criterio empresarial es evidente: solo va a llevárselo calentito y punto. Y no contenta con unos San Isidros desastrosos, ha dejado reducida la temporada a su mínima expresión. Y doña Esperanza calla y otorga.
Entrando en los carteles, hay que decir que la primera semana es de lo malo lo peor. Hasta el día de San Isidro no hay un cartel medianamente bueno. Después se salvan cuatro o cinco fechas y se acabó. Se ven muchos toreros fracasados año tras año, y muchos nombres inexplicables, cuya inclusión solo se explica porque estamos en el país de los caciques y el amiguismo. Y a ver quien niega a un político influyente, o a un magnate de las finanzas, un puesto para su torero en San Isidro. Sería buscarse a un poderoso enemigo de por vida. Claro, después de cumplir con los enchufados, a los chavales que sí han hecho méritos para torear, les dan una corrida y de las de menos opciones. Por supuesto, los paniaguados de siempre volverán a malgastar cuatro toros como todos los años.
La ausencia de Pablo Hermoso, el mejor rejoneador de la historia, y la de Enrique Ponce, la figura que más tiempo ha permanecido arriba y sin altibajos de todos los tiempos, claman al cielo. Es un asunto de dinero. Piden el que corresponde a su categoría, y la empresa no está dispuesta a pagar a nadie que no sea José Tomás. Por eso los principales toreros torean solo dos tardes, para no darles más dinero por una tercera comparecencia, lo que explica que se quitara de en medio la corrida de la Quinta, para no tener que dar una tercera tarde al Juli. Y me cuentan que mucha figura, con tal de ir bien colocada, ha aceptado un dinero muy discreto.
Se rumorea también que doña Esperanza ha influido muy mucho para que un conocido top model superstar esté muy bien colocado en la feria. Si esto fuese cierto sería una vergüenza. Creo que hay cien toreros que merecen mejor trato que el susodicho, y por ellos, al parecer, nuestra Presidenta no ha mostrado el menor interés.
¿Y las ganaderías? Choperita debe estar encantado de que este año Victorino no tenga toros serios para Madrid. Se ha ahorrado una pasta. Y todo aquél ganadero que ha pedido dinero se ha quedado fuera, desde Fuente Ymbro a El Pilar pasando por Miura.
Y que no me vengan con que si no es con carteles baratos en Madrid no se hace negocio. Como aficionado es un asunto que me trae al fresco. Y si los Choperita están dispuestos a dar casi mil millones de pesetas a la Comunidad cada año, es porque les interesa. El sufrido aficionado madrileño, que es quien paga todo esto, bien merece otra feria. Claro, todo el tinglado se sostiene por el chantaje del abono obligatorio, y las cinco corridas interesantes fuera de abono, para engordar aun más el negocio. Esto es expoliar al abonado.
Por cierto, las cuatro corridas de rejones son una pasada y un abuso, teniendo en cuenta que la mayoría de los abonados regalan las entradas. Estamos ante un auténtico sarcasmo. Muchos carteles de este San Isidro jamás serían ofrecidos en sitios como Burgos, Cuenca o Almendralejo, porque no asistiría nadie de malos que son. Antes torear en San Isidro era un prestigio; ahora torea cualquiera.
Visto lo visto, creo que los Choperita no deberían ser renovados, y el próximo pliego debe incidir más en la brillantez del espectáculo que en la ganancia económica, pues bastantes fuentes de financiación tiene la Comunidad de Madrid.
Con respecto a la feria, es obvio que con tres semanas de toros basta. No existe, ni ha existido nunca, un plantel de buenos toreros para dar una feria que dure un mes. Por otro lado, las oportunidades deben darse en el verano, y todas las figuras deben comparecer tres tardes, única forma de mantener el interés durante los veinte días que dure la feria. Pero mucho me temo que los toros en Madrid no tienen remedio. Es tal el conglomerado de intereses y vanidades que los aficionados no tenemos nada que hacer: solo pagarles la juerga a otros. Pero por lo menos que se oiga nuestra discrepancia para que vean que no somos idiotas.
Lo dicho: La primera plaza del mundo tiene la peor feria del mundo.
La Empresa pensaba que anunciando a José Tomás dos tardes, la gente daría por buena esta espantosa feria. Pero no ha sido así. Todos los aficionados con los que he hablado, con independencia de gustos y criterios, josetomasistas incluidos, coinciden en que esta feria no hay por donde cogerla. Unanimidad absoluta que contrasta con el consenso a la búlgara del Consejo Taurino de la Comunidad de Madrid que ha dicho que es una feria maravillosa...
Y es que la gran responsable del desbarajuste es la Comunidad de Madrid que solo quiere dinero y lo demás le da igual. A Esperanza Aguirre, tan dada a los brindis al sol, hay que recordarle que tiene la casa sin barrer. Y hay que sustituir ese Consejo Taurino, lleno de estómagos agradecidos, por una comisión de aficionados - no de políticos - que fiscalicen a la empresa.
Y ¿qué me dicen de la empresa? Su criterio empresarial es evidente: solo va a llevárselo calentito y punto. Y no contenta con unos San Isidros desastrosos, ha dejado reducida la temporada a su mínima expresión. Y doña Esperanza calla y otorga.
Entrando en los carteles, hay que decir que la primera semana es de lo malo lo peor. Hasta el día de San Isidro no hay un cartel medianamente bueno. Después se salvan cuatro o cinco fechas y se acabó. Se ven muchos toreros fracasados año tras año, y muchos nombres inexplicables, cuya inclusión solo se explica porque estamos en el país de los caciques y el amiguismo. Y a ver quien niega a un político influyente, o a un magnate de las finanzas, un puesto para su torero en San Isidro. Sería buscarse a un poderoso enemigo de por vida. Claro, después de cumplir con los enchufados, a los chavales que sí han hecho méritos para torear, les dan una corrida y de las de menos opciones. Por supuesto, los paniaguados de siempre volverán a malgastar cuatro toros como todos los años.
La ausencia de Pablo Hermoso, el mejor rejoneador de la historia, y la de Enrique Ponce, la figura que más tiempo ha permanecido arriba y sin altibajos de todos los tiempos, claman al cielo. Es un asunto de dinero. Piden el que corresponde a su categoría, y la empresa no está dispuesta a pagar a nadie que no sea José Tomás. Por eso los principales toreros torean solo dos tardes, para no darles más dinero por una tercera comparecencia, lo que explica que se quitara de en medio la corrida de la Quinta, para no tener que dar una tercera tarde al Juli. Y me cuentan que mucha figura, con tal de ir bien colocada, ha aceptado un dinero muy discreto.
Se rumorea también que doña Esperanza ha influido muy mucho para que un conocido top model superstar esté muy bien colocado en la feria. Si esto fuese cierto sería una vergüenza. Creo que hay cien toreros que merecen mejor trato que el susodicho, y por ellos, al parecer, nuestra Presidenta no ha mostrado el menor interés.
¿Y las ganaderías? Choperita debe estar encantado de que este año Victorino no tenga toros serios para Madrid. Se ha ahorrado una pasta. Y todo aquél ganadero que ha pedido dinero se ha quedado fuera, desde Fuente Ymbro a El Pilar pasando por Miura.
Y que no me vengan con que si no es con carteles baratos en Madrid no se hace negocio. Como aficionado es un asunto que me trae al fresco. Y si los Choperita están dispuestos a dar casi mil millones de pesetas a la Comunidad cada año, es porque les interesa. El sufrido aficionado madrileño, que es quien paga todo esto, bien merece otra feria. Claro, todo el tinglado se sostiene por el chantaje del abono obligatorio, y las cinco corridas interesantes fuera de abono, para engordar aun más el negocio. Esto es expoliar al abonado.
Por cierto, las cuatro corridas de rejones son una pasada y un abuso, teniendo en cuenta que la mayoría de los abonados regalan las entradas. Estamos ante un auténtico sarcasmo. Muchos carteles de este San Isidro jamás serían ofrecidos en sitios como Burgos, Cuenca o Almendralejo, porque no asistiría nadie de malos que son. Antes torear en San Isidro era un prestigio; ahora torea cualquiera.
Visto lo visto, creo que los Choperita no deberían ser renovados, y el próximo pliego debe incidir más en la brillantez del espectáculo que en la ganancia económica, pues bastantes fuentes de financiación tiene la Comunidad de Madrid.
Con respecto a la feria, es obvio que con tres semanas de toros basta. No existe, ni ha existido nunca, un plantel de buenos toreros para dar una feria que dure un mes. Por otro lado, las oportunidades deben darse en el verano, y todas las figuras deben comparecer tres tardes, única forma de mantener el interés durante los veinte días que dure la feria. Pero mucho me temo que los toros en Madrid no tienen remedio. Es tal el conglomerado de intereses y vanidades que los aficionados no tenemos nada que hacer: solo pagarles la juerga a otros. Pero por lo menos que se oiga nuestra discrepancia para que vean que no somos idiotas.
Lo dicho: La primera plaza del mundo tiene la peor feria del mundo.
Fuente: Web De toros en libertad.com
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