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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 4 de agosto de 2010

COMENTARIOS SOBRE UNA INJUSTA Y POLÍTICA PROHIBICIÓN / Por Ángel Sonseca

Toros en Barcelona, año 1900


Por Ángel Sonseca
Miércoles, 4 de Julio de 2010.-Como los argumentos empleados por la indeseable clase política para la PROHIBICIÓN de las corridas de toros en Cataluña suena a hueco, y todo el mundo presiente que se trata de otra cortina de humo más para ocultar los verdaderos y graves problemas que tiene la sociedad española en estos momentos, no quiero dejar de exponer mis inquietudes por lo que entiendo una manipulación burda e histriónica de la historia taurina catalana.
Primer argumento:

EN CATALUÑA NO EXISTE CULTURA TAURINA.

FALSO: se tiene constancia y documentación de la celebración de espectáculos “con toros” en Barcelona y sus alrededores desde el siglo XV (año 1445). Sólo hubo un conato de prohibición entre 1830 y 1840; movimiento que no llegó a prosperar dada la resistencia del pueblo catalán a prescindir de una afición sana y divertida. Por la documentación conocida, la difusión y conocimientos que se tienen de las celebraciones taurinas en esta parte del país corren paralelas a las del resto de la península.

A partir de 1880 el auge de los toros en Cataluña se propaga como la pólvora. Es una de las zonas españolas donde más corridas se celebran. A principios del siglo XX (junio de 1900) se inaugura la plaza de las Arenas, una de las mayores en capacidad hasta aquí. Esta plaza pasa a competir con la llamada de la Barceloneta, un poco más pequeña pero muy “torera”. Los catalanes siguen teniendo los toros como su diversión más atractiva. Tarragona inaugura su plaza a finales del siglo XIX. Las de Gerona y Figueras datan de la misma época.

En abril de 1914 se inaugura el tercer coso en la capital barcelonesa. Se llama “Plaza del Sport” y tiene una capacidad parecida a Las Arenas. El 27 de febrero de 1916 se inaugura la primera plaza Monumental de España. Se levanta en el solar de la antigua “del Sport” y tiene capacidad para 23.000 espectadores; la joya se llamará Monumental de Barcelona.

La afición local dispone de más recintos taurinos del país y de los mejores carteles. La competencia entre “Joselito” y Belmonte se estrena en Barcelona, donde torean juntos por primera vez en marzo de 1914; de aquí en adelante no faltarán ningún año a su cita catalana. La afición en Barcelona hace llenar las tres plazas los días de carteles más llamativos.

De 1900 a 1920 Barcelona mantiene espectáculos en las tres plazas.
A Barcelona acompañan plazas en Tarragona, Gerona, Lerida, Figueras, Vic, Mataró, San Feliú, Lloret, Cardona. Todas ellas de obra, además de las portátiles que se instalan puntualmente.

Después de la Guerra son mayoría los festejos organizados en Barcelona, que se convierte en la plaza de Temporada más activa. Barcelona tiene “sus toreros” y son legión los matadores que prefieren la plaza barcelonesa para tomar su alternativa.
Si conceptuar a Cataluña como tierra no taurina supone aceptar el desarraigo del toro en su territorio, no deben dolernos prendas y reconocerlo así; pero existe un factor determinante para que los catalanes no hayan sido ganaderos al uso: su falta de dehesas apropiadas para la cría de reses bravas. Respecto a los pocos y efímeros matadores de toros habidos en esta zona, también se entiende: para torear hay que tener contacto directo y habitual con el toro; cosa que no se daba por lo anteriormente explicado. Ellos eran “los clientes” del espectáculo, que no era poco. Antes el pueblo catalán consumía lo que otras regiones producían (toros y toreros). Ahora los clientes de sus productos somos nosotros, sin que haya en el capítulo taurino ninguna contrapartida.
Otra perla:

LA PROHIBIMOS EN DEFENSA DEL TORO DE LIDIA.

FALSO: Difícilmente se puede defender la vida y permanencia de una raza animal aniquilándola, si, aniquilándola. Esto es lo que se pretende con la supresión de las corridas de toros. Aquí van algunas perlas.
Sin las corridas, este magnífico animal no tiene razón de ser; realmente se trata de una raza especial cuyo único fin es la muerte en una plaza. El toro de lidia, a diferencia de otras razas bovinas, tiene desde el nacimiento una personalidad diferencial. Posee una ficha de identidad con su fecha natal, su número de individuo en la dehesa y los elementos diferentes que le hacen pertenecer a la aristocracia animal.

Los perjuicios que ocasionaría su aniquilación correría paralela al final de los animales empleados para su mantenimiento. Se pueden enumerar los miles de caballos que existen en las ganaderías para el manejo del ganado bravo. Por no hablar de perros, cabestros, etc.

Por cada animal lidiado existen unas vacas, unos becerros, unos erales, unos utreros y unos novillos algunos de los cuales jamás serán lidiados. Estos últimos animales desechados para la lidia se sacrificarán en mataderos, al igual que el resto de los terneros, cerdos, pollos y otros “comestibles”. Animales de casta brava que servirán para el consumo humano y por lo tanto no “sufrirán” el castigo de la corrida. Podemos decir que los animales bravos sacrificados igualarían los muertos en la plaza. Claro que la carne de las reses de lidia es un producto saludable y que no transmite ninguna enfermedad al consumidor; cosa que no ocurre con otras carnes consumidas.

Tampoco pasaran por el “quinario” de la plaza los muchos sementales que servirán para lo contrario que persiguen sus enemigos-aniquiladores. Si tenemos en cuenta que los sementales de una ganadería no cubren más de 30 vacas, llegamos a otra conclusión: miles de sementales no tendrán la oportunidad de vivir una existencia feliz en un habitat natural por culpa de los anti ¿anti que?.

En una palabra, detrás de cada toro muerto en el ruedo hay siete u ocho animales que vivirán hasta su muerte natural. Ojo con esta segunda evaluación: estamos hablando de millones de animales.

También conviene destacar que, aunque no son muchos los toros indultados –cosa apreciada por los buenos aficionados, por cierto-, cada vez es más frecuente esta práctica. Los toros indultados vuelven a la ganadería para vivir placidamente una existencia ganada en el ruedo. Precisamente la selección que se hace en las ganaderías, mediante la tienta, es con vistas al juego y posible indulto del toro bravo. Nadie mejor que el ganadero desea la vida del animal que ha demostrado su casta en la arena.

Entre los ganaderos de La Unión de Criadores de Toros de Lidia y las distintas Asociaciones de Criadores y Ganaderos de Bravo suman más de mil ganaderos-empresarios; con lo que no es aventurado avanzar cifras cercanas al millón de reses sentenciadas.

De la economía productiva y tratamiento fiscal que conllevan las corridas de toros, nos extenderemos más en cuanto recojamos datos fidedignos y contrastables.

QUE BARBARIDAD, SI A LOS “DEFENSORES” DE LOS ANIMALES SE LES HACE CASO, SE CARGARÍAN TODA UNA RAZA BOVINA DE PRIMERA MAGNITUD. MALDITOS SEAN ELLOS Y SUS SEGUIDORES.

Otra patraña:

LA PROHIBIMOS POR RESULTAR CRUENTA EN SU DESARROLLO.

FALSO EN SU CONTENIDO GENERAL: Todos los animales, incluidos los humanos, pasamos por etapas en la vida en la que el sufrimiento y el dolor están presentes; a veces sin pasar por la dicha de vivir holgada y placenteramente la mitad de nuestra existencia, como ocurre con el toro de lidia. ¿A cuantos animales que se dedican al consumo se les permite vivir tanto y tan bien? Quieren una contestación: a ninguno.

Por no hablar de la muerte de las personas. Son pocos los casos mortales donde el dolor no esté presente en sus distintos grados.
Parece ser que el animal bravo sufre durante su lidia distintas crisis, que van desde el dolor de las primeras heridas, hasta la furia que le ciega en su lucha. Todos hemos experimentado en nuestra vida esos momentos de ofuscación donde el dolor recibido injustamente nos hace insensibles al daño posterior.

Estamos preocupados por los últimos momentos vividos por el toro de lidia y nos olvidamos del resto de los animales a la ahora de ser sacrificados. Sin saber que, ciertas muertes –y sus vidas-, son más preocupantes que la de este animal tan magnífico en todo.

Este argumento se sale de madre:

SOMOS UNOS ¡¡¡ASESINOS!! Y MALTRATADOTES.

INSULTO AL BUEN GUSTO Y FALTA DE RESPETO HACIA LOS ESPECTADORES DE UN ESPECTÁCULO LEGAL Y RECONOCIDO EN GRAN PARTE DEL MUNDO. Cuando oigo esto dicho en Cataluña me pregunto: los más de 40.000 aficionados que acudían en los años 20 todos los domingos, jueves y “fiestas de guardar” a los toros en Barcelona -la Ciudad Condal no tenía los habitantes actuales-, supongo que no todos eran de Murcia, Cáceres, Zamora o Logroño.

Quiero suponer que una buena parte era local o, cuanto menos, regional. Parece ser que ninguno de los millones de espectadores a las corridas de toros de estos años tenía algún parentesco con los políticos catalanes de ahora. Porque, de ser así, los encargados del Parlamento de Cataluña estaría renegando de sus antepasados y, lo que es peor, reconociendo que no son hijos legítimos de aquella buena y culta gente, por ¡¡¡asesinos y torturadores!!!. De los charnegos que arribaron con sus costumbres y aficiones, para que hablar; en estos momentos tienen hasta un Presidente que dice ser más natural que los propios.

Lo siguiente no tiene desperdicio:

PROHIBIMOS PARA SALVAGUARDAR LA VIDA DE SERES HUMANOS

ARGUMENTO INCONSISTENTE Y, POR LO TANTO, DIGNO DE RESPONDER CON IRONÍA: para cuidar en extremo de la vida de los demás, deberíamos empezar por los deportes de riesgo extremo: el montañismo; los deportes de motor (automovilismo, motorismo etc.); las carreras de caballos; la caza en sus distintas modalidades; el fútbol, con varias decenas de futbolistas profesionales fallecidos en los últimos años. Cualquiera de estas disciplinas deportivas se lleva anualmente más victimas que las corridas de toros. Llegados aquí hay que recordar que el último matador de toros muerto en el ejercicio de su arte lo fue hace 25 AÑOS. Precisamente estos días se conmemora su cogida mortal en Colmenar Viejo: José Cubero “Yiyo”.

Amigo lector o sencillamente, amigo: escribo estas letras con el dolor y, por que no decirlo, la “mala leche” que produce una atentado contra la LIBERTAD, libertad de poder elegir donde voy los domingos por la tarde. De momento no me lo cuestiono, por suerte existen plazas de toros suficientes en el país como para no preocuparse, pero pienso en los miles de aficionados catalanes que, a partir de enero de 2012, no tendrán la oportunidad de divertirse en su tierra. Les recuerdo que tampoco podrán elegir libremente a sus políticos, para más regodeo si cabe.

PARA CUANDO UNA NUEVA LEY ELECTORAL Y LISTAS ABIERTAS PARA CONOCER A NUESTROS REPRESENTANTES GENUINOS; MÁS QUE NADA PARA PEDIRLES EXPLICACIONES Y CUENTAS DIRECTAMENTE.

Saludos.
A. Sonseca.
(Aficionado mientras se pueda)

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