(Fotografía: Del toro al infinito)
Es la hora de la unidad, no de la crítica airada
Por José María Moreno Bermejo
Madrid, 14 de Junio de 2011.-
Hablábamos hace unos días de la satisfacción que nos supuso el principio de unión entre diferentes asociaciones de aficionados, cobijada bajo el paraguas de unos esforzados amantes de la Fiesta que, alejados de sus obligaciones personales dedican a su afición todo el tiempo del mundo.
Mostramos en nuestras intervenciones el riesgo que corre toda obra noble de ser criticada por envidiosos que pensaron un día en lograr lo mismo, pero que no laboraron lo suficiente por desidia, por incapacidad o por la falta de generosidad que suele "adornar" los defectos de los débiles.
Nos congratulábamos el lunes 6-VI de la culminación de los trabajos de unión que una serie de asociaciones internacionales había iniciado tiempo ha en pro de un proyecto idílico, cual es el que nuestra Fiesta sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. En el acto fundacional de esta Coordinadora del Proyecto UNESCO, sólo vimos positivismo, unión, ilusión y ganas de trabajar.
Nuestro ideal de lograr una fusión vital de varios grupos de aficionados en pro de un proyecto común, importante y largamente deseado, parecía partir sin ninguna crítica; "rara avis" en la historia del mundo taurino.
Y al fin, sin justificación aparente, de forma imprevista, algunos están poniendo palos en los radios de la rueda para impedir que el camino sea recorrido con la necesaria tranquilidad que requiere el logro una obra bien hecha. Y para ello no han dudado en utilizar las formas más arteras dirigidas a provocar las dudas, denunciando supuestos personalismos oportunistas, acusando de incompetencia y de falta de representatividad. Otra vez nuestra Fiesta lacerada por la puñetera envidia, por los celos del incapaz, del sedicioso...
Es triste que para ello, los reventadores hayan utilizado a personas de buena voluntad, como suele hacer cutio este tipo de personajes; malmetiendo a personas que trabajan claramente por el bien de nuestra Fiesta y que lo están demostrando día a día con sus éxitos.
André Viard, presidente del Observatorio de las Culturas Taurinas, ha manifestado en un periódico de tirada nacional, que no está de acuerdo con los personalismos que guían la citada Coordinadora, y que se debería trabajar más y salir menos en las fotos. Miguel Ángel Martín, presidente de Eurotoro 2010, ha denunciado en su revista que son muchos los que le hablan del afán de personalismo de D.Williams Cárdenas, presidente de la Asociación Internacional de Tauromaquia, y expresa en ella que la Coordinadora sale tocada, sino hundida.
¿Qué está sucediendo? ¿Dónde están sustentadas estas acusaciones? ¿A quién conviene la violenta polémica? A estas preguntas debemos contestarnos con seriedad por el bien de nuestra Fiesta. Y por el cariz que se desprende de frases, emisarios y falta de argumentos, nos atrevemos a declarar que conocemos la procedencia de la inadecuada discordia.
Porque ha de venir de personas que hayan laborado en el proyecto; algunos de relativa importancia que estén temiendo que en la fase final bajo la que se desarrollan ahora los trabajos, no tendrán la relevancia que sus egos precisan. Quizás sea sólo un mediocre que hubo y no ha; un desagradecido capaz de tal insidia...
Yo exhorto a André Viard, al que admiro, pido a Miguel Ángel Martín, al que aprecio, admiro y envidio, para que no se dejen contaminar por el veneno que les pretenden inocular con esas denuncias sin fundamento, que sólo las guían la envidia.
La Asociación Internacional de Tauromaquia comenzó el proyecto UNESCO hace más de 7 años. Ha laborado calladamente durante muchos años, animando a diversas asociaciones a sostenerlo, apropalarlo; sin medios ajenos a los del propio D. Williams Cárdenas, que sólo se nutrió de sus aportaciones, de las de sus fieles colaboradores, y de los ánimos que muchos amantes de la cultura taurina le hemos ido prestando a lo largo de ese callado tránsito.
Y es que ahora, cuando la labor más ingrata se ha concluido, cuando existen claros visos de culminación con éxito del proyecto, los parásitos que se alimentan del trabajo ajeno para alardear de sus orondas tripas, vacías de triunfos, reclaman subirse al carro de la gloria, efímera, como conductor primero, como actor principal... ¡Porca misseria", la envidia nos es dada.
Y la Fiesta, siempre inocente, se ve una vez más vapuleada por los mediocres, siempre los mediocres; los que han estado acostumbrados a vencer en las luchas de golpes bajos. ¡Dios los perdone!
André, Miguel Ángel, cualquier otro que escuche estas insidias, oíd a los muchos que estamos de acuerdo con el trabajo desarrollado, con el camino seguido, con la representatividad de cada uno de los elementos que apoyan este maravilloso proyecto; quitad los palos que alguien quiere poner en las ruedas para que el camino sea tranquilo, para que todos nos dediquemos a empujar el carro en la misma dirección; para que de una vez se aparte de la Fiesta la desunión, la falacia y las zancadillas.
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