Zapatero ya sólo quiere pasar a la Historia
No cometerá Zetapé más truculencias con el muerto de Franco que los ingleses con el de Cromwell
IGNACIO RUIZ QUINTANO
IGNACIO RUIZ QUINTANO
ABC.-Día 23/06/2011
AL parecer, Zapatero ya sólo quiere pasar a la Historia, pero el portero no le deja.
AL parecer, Zapatero ya sólo quiere pasar a la Historia, pero el portero no le deja.
—La Historia sería una cosa excelente, si fuera verdadera —dijo Tolstoi, pensando, ay, en personajes como ZP, acrónimo de esa izquierda que quiere imponer a todo el mundo el deber de mentir sobre el pasado con el pretexto de salvaguardar su cohesión del presente.
Para impresionar al portero, anda Zapatero revolviendo huesos en Cuelgamuros con el ánimo de llevarse el muerto de Franco, como un Boris Karloff cualquiera en «El ladrón de cadáveres», al monte de El Pardo. Pobre Zetapé, que ni siquiera en eso sería extraordinario. Desde luego, no parece Zetapé capacitado para cometer más truculencias con el muerto de Franco que las cometidas por los «zetapés» ingleses con el muerto de Cromwell, y ahí están ellos, innominados en la fosa común de la Historia, mientras Richard Harris sigue entrando en el Parlamento hecho un «indignado» para rebanarle el pescuezo a Alec Guinness.
Zetapé puede jugar a Peter Lorre o poner a trabajar a sus censores, como el complutense Bernabé, que pide firmas para censurar a sus colegas de Diccionario Histórico. Dentro de cincuenta años, Zetapé será, si acaso, un asterisco, y Franco, unas líneas no muy distintas de las apuntadas por Aguinaga en su breve «Teoría del franquismo».
—General que, tras una guerra civil de tres años y una compleja y eficaz gobernación de treinta y seis, restauró la Monarquía en la dinastía borbónica y en la persona de don Juan Carlos de Borbón y Borbón.
A propósito de esa restauración, precisamente, Carrillo, líder moral de la izquierda hispánica, decía al zascandil de Villalonga, que en 1975 lo entrevistaba en París para la revista «Lui»
—En España, y sobre todo para el hombre de la calle, un hombre que traiciona a su padre, incluso por una corona, no puede esperar disfrutar de la más mínima credibilidad por parte de sus compatriotas. Y menos todavía, respeto.
Son palabras del mismo líder moral de la izquierda hispánica que en mayo del 39 escribe su famosa carta a su padre:
—Cada día es mayor mi amor a la Unión Soviética y al gran Stalin… El odio de vuestra cuadrilla caballerista-trotskista al Partido Comunista de España, a la Unión Soviética y al gran Stalin, es una prueba más del papel jugado por estos en la lucha del pueblo español por su libertad… Cuando pides ponerte en comunicación conmigo olvidas que yo soy un comunista y tú un hombre que ha traicionado a su clase... Entre un comunista y un traidor no puede haber relación de ningún género… No, Wenceslao Carrillo, entre tú y yo no puede haber relaciones, porque ya no tenemos nada en común.
Ya lo decía una proclama anarquista: la Historia es una puta, y los episodios son sus clientes.
Don Ignacio, acertadísimo comentario el suyo y con un gran sentido patriótico de la figura de Franco, un ser que yo creo que no se volverá a repetir en la historia de España.
ResponderEliminarLo triste par mí y para muchos españoles de bien, es que después de 36 años de su muerte no se le ha hecho la debida justicia que se merece por lo mucho y bueno que hizo para España y todos los españoles, más adelante diré lo que habría que hacerle.
Ahora se está hablando mucho de lo que este gobierno o este Zapatero o algún LISTO. quieren hacer con los restos de Franco, toda esta gentuza que quiere sacarlo del Valle de los Caídos, deberían parase un poco y pensar en la cantidad de trabajo que dio Franco para la construcción del gran monumento, miles y miles de obreros trabajando y con buenos salarios durante muchos años, muchos de ellos sin idea de lo que era un ladrillo, pero lo importante era llevar un sueldo a casa, y muchos españoles que no pudieron trabajar en la construcción de la Santa Basílica fueron colocados en muchas dependencias del Estado, aunque para ello se tuvieron que sacrificar muchos falangistas que tuvieron que abandonar a sus familias para emigrar a Holanda y Alemania para ganar el sustento, y que pudieran vivir sus familias. Esto sin duda que lo sufrió Franco, pero para él lo primero era la clase trabajadora, sabiendo que de momento todo se arreglaría para todos los españoles, como así fue y todos estos españoles de Falange que tuvieron que salir fuera, poquito a poco fueron regresando a España y también con el tiempo llegaron a situase dentro del bienestar que ya disfrutaban todos los trabajadores españoles.
Después de esta breve historia de una gloriosa época de nuestra España, voy a decir lo que me gustaría que se hiciera a nivel nacional, de principio en est evento tendría que implicase todos los medios de comunicación en especial aquellos afines a la izquierda como Intereconomía, Veo 7 o Telemadrid, que siempre están con Zapatero como si fuera un Dios, vamos a dejarnos de tonterías y a trabajar todos en la misma dirección, se trata y de eso la iglesia tiene que arrimar también el hombro, pues sería conseguir la beatificación de Franco.
Fraternales saludos
Un español de cuerpo entero
LA IRONIA LA MEJOR FORMA DE DECIR LA VERDAD, SOBRE UNA MENTIRA DIFRAZADA
ResponderEliminar