El ministro de Cultura, en el Congreso Taurino celebrado en Albacete
Los taurinos siguen esperando a sus "salvaores”, con los 'anti' muy organizados
El penúltimo en llegar ha sido la Plataforma Compromiso Social por la Tauromaquia. Sí, un nuevo intento de poner en marcha la lucha por y para la tauromaquia. Esta vez son los aficionados, puros y duros. Y se están cansando de todo y de todos: de los antitaurinos -por cierto, siempre tan organizados en su lucha común y pegando 'cornás'-de las autoridades, de la justicia… Y, sobre todo, de los taurinos.
Primer aniversario del Plenario Interterritorial de Podemos (Cultura). La boca del lobo y las cuatro de la tarde de un sábado 20 de junio de calor, sopor y siesta. Podemos va a explicar sus proyectos sobre cultura y va a contestar a las cuestiones que planteen los asistentes. Un día antes, un joven de 18 años ha puesto en marcha laPlataforma Compromiso Social por la Tauromaquia. Se ha presentado en Twitter y Facebook. En apenas 24 horas alcanza más de 1.000 seguidores en Twitter. Todos ellos ofreciendo apoyo, queriendo unirse, es decir, alborozo y ruido tuitero; lo que se lleva.
Anuncia que va ‘pallá’, para el Plenario, que se va a cruzar al pitón contrario ante Podemos, y convoca por las redes y anima a que los aficionados acudan. Y entonces se hace el silencio tuitero. Y se va. Y llega, y está solo, ¿Dónde están todos esos de los retuits? Y se planta ante los paladines culturales de Podemos. Y se presenta: “soy aficionado a los toros”. Y pregunta a Podemos por la tauromaquia. Y Podemos responde, y le dice que “es innegable que la tauromaquia es parte de la identidad de este país; que es una tradición popular; que en Bilbao, por ejemplo, los toros son sagrados; que van a ver el tema de la gestión económica y que van a estudiar la gestión pública y privada; y que el maltrato animal es algo que está ahí”. Salieron simplemente al paso que les marcó este chico de 18 años y su Plataforma.
Pero no hubo peleas, ni gritos, ni acusaciones de asesinatos… Se tragaron los sapitos y tuvieron que contestar con educación y civismo. Allí hubo un solo aficionado frente a ellos. Uno de los muchos que ya quieren actuar, porque las tintas se están cargando y se van a vaciar, así o de otra forma. Eso sí, para comodidad de los taurinos, que, como de costumbre miran al tendido, nunca mejor dicho. ¿Hasta dónde de llegará esta Plataforma? Está por ver. Pero, de momento, más lejos que muchos de los intentos que a lo más que han llegado ha sido a una foto, o un par de ellas, una nota de prensa y unas cuantas reuniones del tipo de “y yo más”.
¿Taurinos unidos?
Y no queda más remedio que dar, acaso, un irónico repaso. Allá por el año 2000 se creaba la Fundación Solidaridad Taurina (fines: promover, difundir y proteger la fiesta taurina, así como su cultura. Protección, investigación y divulgación medioambiental del toro de lidia). Entre sus vocales. José Tomás, Molés y Fernández Román. Ahí queda eso… Y ahí quedó.. Fines parecidos figuran en la Fundación José Miguel Arroyo Joselito y en la Fundación Taurina Internacional El Juli. No se aprecian heridas de denodada lucha en la contienda del actual obsesivo antitaurinismo. “Se persiguen fines de interés general, fines educativos, culturales, de fomento de la tolerancia y la defensa de la Tauromaquia así como su consideración a todos los niveles como actividad artística y producto cultural”, decía el artículo 3 de laFundación de Abonados de Las Ventas, que promocionó el productor de “artisteces”, Simón Casas, allá por el 2011. El caso es que pones en Google el nombre de la Fundación y la palabra BOE y no sale ningún resultado sobre ello. Raro, porque las dos citadas anteriormente sí aparecen en la búsqueda.
Existe una Asociación Internacional de la Tauromaquia que acude a congresos, actos… y que dirige su punto de mira hacia la UNESCO. Al relance también existe una Coordinadora Tauromaquia Patrimonio Universal, por si no se sabe o no se conoce. Y ahí lo dejo de nuevo. Luego está los Parlamentarios Taurinos, con sus premios anuales. En sus filas hay políticos de diversos grupos y colores, pero no se les ha escuchado alto y claro a los que se les tenía que escuchar en todo esto de los toros, el PSOE y Podemos. Nada, señores. Nada de nada.
Hubo una Confederación de Asociaciones Profesionales Taurinas; la CAPT, ¿lo recuerdan? Aquello terminó como el rosario de la Aurora, con José Luis Lozano dimitiendo como presidente en 1997. No le han vuelto a pillar en otra. Está siempre sin estar. Y para tropezar otra vez en la misma piedra, la segunda parte: el asunto de la Mesa del Toro y sus luchas internas y las cuentas. Ay las cuentas, hasta que salieron…
Y entonces, en el 2012, llegó el Comando G, el g-10, luego el g-7, después el g-5, ahora el g-3. Figuras del toreo a las que no se sabe quién convenció o si se creyeron lo que no podían y no podía ser. ¿Cómo fue aquello que dijeron en un comunicado? ¿Vamos a ser los vigilantes o los guardianes de la tauromaquia? La frasecita todavía arranca sonrisas. Acabaron tirándose los trastos en las redes sociales y con una guerra de comunicados “a medio escribir” que dejaron al aire muchas cosas.
Los aficionados
Y en estas llega el Pentauro (Plan Estratégico Nacional de Fomento y Protección de la Tauromaquia). La Administración se vio obligada a trabajar en ello tras una ILP. Todavía no habrán salido de su asombro en el Ministerio de Cultura tras las reuniones con todos los sectores de la Fiesta. Si pensaban que podía haber unión, es que no se habían informado bien. Así que la Administración lo terminó, lo entregó y “ahí lo tienes báilalo”. Que, desde luego, para eso es. Ya nadie se acordaba de la Comisión Nacional de Asuntos Taurinos; años y maricastaños sin reunirse, entre otras cosas, porque los propios profesionales del toro no habían tenido interés por convocar. Se hicieron las reuniones, las fotos y ahí está el Pentauro y sus decenas de comisiones.
¿Y la FIT? ¿Qué decir? Llegaban “los salvaores” desde México y sin que los taurinos tuvieran que despeinarse. Lo de la Fusión Internacional de la Tauromaquia fue su presentación en el Hotel Wellington, “que Bailleres sepa que yo he estado allí” y sus plazas y sus toreros y poco más. Más, más… En 2013 se presentaba laAcademia de las Artes y Cultura de la Tauromaquia con estasfrases para el recuerdo: “el proyecto de futuro que necesita la tauromaquia”, “activismo taurino”, “hay que afrontar la realidad desde todos sus ámbitos y proponer un cambio que no puede considerarse utópico”. Han dicho…
Y hartos de aguantar, hace unos meses, los aficionados de Madrid pusieron en marcha la Plataforma para la Defensa de la Tauromaquia con la que, al menos, que es mucho, sí han conseguido que las autoridades empiecen a tomarse en serio los numeritos antitaurinos y sus ataques físicos y verbales. No quieren en sus filas a taurino alguno. Sólo aficionados. Qué clarito lo tienen. Hace unos días, la Unión de Criadores de Toros de Lidia anunció que iba a promover la constitución de laFundación del Toro de Lidia, para la promoción, difusión y defensa de la Tauromaquia, en la que “de forma abierta puedan participar y formar parte de ella, cualquier persona, entidad, empresa…. de todos los sectores de la sociedad que apoyen el mundo del toro con independencia de su nacionalidad”.
Pues es un nuevo proyecto… Esto en su momento, es decir, en el momento que fue de la Mesa del Toro, y “controlado” en corto y por derecho por la Unión, posiblemente hubiera arrojado resultados. Porque todo el trabajo y la coordinación ha ido a parar y va a parar siempre a las mesas y los despachos de la Unión, y con ello los gastos. Con el dinero que se puso encima de la Mesa del Toro posiblemente hubiera funcionado, y bien, esta fundación. Pero después de aquella aventura, a ver quién vuelve a poner. El escarmiento aún suelta olor. Tienen los taurinos a ellos mismos, a los aficionados, a blogueros y a periodistas desencantados, escépticos, irónicos y sarcásticos.
Algunos ya no quieren saber nada y así lo anunciaron en su momento desde las redes sociales. Pero ellos, a lo suyo, mirando para otro lado, que no se sabe cuál es, mientras la tauromaquia es atacada, denostada y perseguida. Lo más es ir a dar alguna conferencia, a participar en jornadas, dar premios, figurar. Esfuerzo y dinero, en forma de congresos nacionales e internacionales, que no tiene repercusión ni extensión de cara a un futuro próximo en el que dejar funcionando, con garantías, una entidad representativa, combativa y comunicativa de la tauromaquia como se ha conseguido en Francia con el Observatorio Francés de las Culturas Taurinas. Eso sí, tras casi diez años de trabajo serio y planificado por parte más de profesionales que de taurinos.
Pues… suerte a los que vivan de esto.
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