Los toros como parte principal de un todo / por Pedro Cavier Cáceres

"...Ya es un hecho, San Sebastián volverá a tener toros. Del 13 al 16 de agosto..."

Los toros como parte principal de un todo

Pedro Cavier Cáceres / 28/06/2015

Ya es un hecho, San Sebastián volverá a tener toros. Del 13 al 16 de agosto. Y es una historia, al hilo de la noticia, fantástica, que estoy viviendo en primera persona y de las que entresaco alguna reflexión.

Muchas han sido las personas amigas que se han interesado por esta Semana Granda en Donosti, taurina. Se tiene la seguridad que va a ser una gran feria con casi todas las figuras. El objetivo es llenar en la mayor medida posible la plaza, porque este es el mayor aval de convencimiento, en S. Sebastián y en cualquier lugar a aquellos que están por prohibir los toros.

Ese es el problema. La salud de los toros está en sus aforos llenos o aparentes, estos se afianzan con el abono y se completan con el día a día por taquilla. Para ello no basta el espectador, lugareño o próximo. Necesita del aficionado itinerante, como antaño, que -bajo excusa de una gran feria- complemente el resto del día con otras facetas de ocio, gastronomía y culturales; es el grueso clientelar, y el que deja los beneficios derivados en una ciudad para poder seguir invocando ante la contra lo importante que son los toros para el sector servicios de una localidad.

Se asume que los toros son caros, aunque ya se les ha advertido que va a haber descuentos importantes respecto de 2012 y una máxima atención al abonado.

El problema viene, como es el caso de San Sebastián, y esta es la historia que les cuento me han contado varios amigos: cuando buscas hotel y te encuentras con 150 euros del ala, por noche, y en 3 estrellas.

Vale que cometas pecado mortal por estar en San Sebastián y comer en una pizzería, un Vips o Burger; pero a excepción de Pamplona, no está bien visto acampar en un parque 3 noches, en el supuesto que no esté prohibido.

Puede ser la historia del quiero y no puedo… para muchos que les gustaría.

Si la familia Chopera, o cualquier otro empresario en su lugar, se reencarnaran en Juncal, dirían “tomo nota”.

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El Imparcial